El mestizaje como discurso político ha enmascarado el racismo
Una mirada retrospectiva y reflexiva, porque que todas las vidas importan.
El mestizaje como discurso político ha enmascarado el racismo
Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara
La
servidumbre indígena en los países andinos y el servicio personal de indios
durante la colonia, se convirtió en una costumbre para una serie de diferentes
quehaceres domésticos en las haciendas o estancias y en las casas de los
religiosos, en las de las autoridades y familias españolas o criollas; y se
instituyó como el servicio obligatorio en la administración pública en las
ciudades, en los centros mineros, en los tambos, en las fiestas, en las
parroquias, que se remonta a la llegada de los españoles. Y a diferencia de la servidumbre en
América del Norte, la esclavitud era una condición hereditaria.
Para los afro-latinos la esclavitud fue también una condición
hereditaria de los antepasados y ha sido difícil encontrar y aceptar su
identidad por que el racismo en el América latina y el caribe es asolapado pero rampante en un mundo imaginario que ha
levantado falsas imágenes de los negros y negras que fueron señalados como carentes de capacidades
intelectuales e iniciativas propias y el negro paso a ser sinónimo de cosas,
situaciones y actividades negativas; día negro, negra suerte, negro destino,
mano negra etc. y otra expresiones del racismo es el desconocimiento o negación
de los aportes y esfuerzos a la formación de lo que hoy es.
En el caso del Perú, fenómeno que ha sido llamado
“invisibilidad”. En el Perú los conflictos sociales visibles han sido entre los andinos y los
amazónicos como grupos étnicos, el racismo también es evidente en los andinos y
selváticos contra los afro-peruanos, un racismo horizontal y un racismo
vertical que busca crear una supuesta invisibilidad ha ignorado a los
afro-peruanos y peruanas como sujeto societal en igualdad de derechos y
oportunidades en la sociedad peruana, en la educación, salud, trabajo,
política, derechos de propiedad, acceso al crédito, y lugares públicos
etc.
En el lenguaje cotidiano y las representaciones
icnográficas, de “lo negro” se encuentra estrechamente asociado a
tipificaciones envilecedoras, vinculado a lo malo, la desgracia, la desdicha,
lo perjudicial. Por ejemplo cuando se habla de mercado “negro” la
referencias son: contrabando, venta, distribución o intercambio clandestino e
ilegal de bienes y servicios, el viernes negro (desplome de la bolsa de valores
de nueva york), humor negro (satanización de situaciones sociales oscuras,
dolorosas, polémicas), un futuro negro, gato negro (símbolo de mala suerte),
dinero negro (aquel proveniente de actividades delictivas), magia negra
(brujería), inclusive en la farándula peruana y latinoamericana entre otros
temas; los cuales son solo una muestra del carácter significantemente
vilipendiado de la negritud.
Pero la llamada invisibilidad es del Otro contra lo
Otro que se ve distinto, para el estado este segmento de la población
afroperuana ha estado invisible e ignorado, y segregado por el Mundo Andino y
Mundo Amazónico. Pero ellos y ellas están presentes en la cultura peruana en la
música, arte, danzas, ritmos, la lengua, cultos, religión, la literatura, el
arte y expresiones. Es decir, no son invisibles, sino transcienden en la
cultura del Perú. Pero el racismo en el Perú es evidente, por ejemplo, una
inscripción encontrada en una universidad estatal y en varias líneas de
transporte público decía: “Nunca nos van a imponer la estúpida idea de que
los negros son peruanos. Perú nunca fue ni será un país de negros, ya es tiempo
de vivir entre nosotros”.
Mónica Carrillo del movimiento Lundu nos narra
su experiencia personal, en mordiendo el racismo y la injuria contra la mujer
afroperuana, ella nos narra… “Volviendo a casa, un auto me toca el claxon,
da la vuelta, me encuentra en el cruce de calles. Se detiene y dice “¿Quieres
que te lleve?”. Es la onceava persona que me agrede. Me abalanzo hacia el
carro con la esperanza de que se vaya o -aunque no sea “políticamente
correcto”- pueda destruirle una luna y hacer que desaparezca. El desprecio
del sujeto hacia mí se aviva: “No te hagas la disforzada… A las negras como
tú les gusta que les den por el culo (sic)”.
Estas notas gráficas y reproduce la imagen visible de
los peruanos entre sí mismo, la fractura identitaria entre las lenguas nativas
y su identidad, como se ven ellos mismos, y como son vistos por el Otro. Un
constante enfrentamiento en la escuela, el barrio, el centro de trabajo, la
universidad, e inclusive en la familia. El Perú fue un país que no tuvo un
proyecto nacional como nación, no tuvo padres de la patria como otras naciones,
sino lo contrario fueron extranjeros quienes llevaron el grito de la
independencia, el General Argentino Don José Francisco de San
Martin proclamó nuestra independencia, con la ayuda del chileno, Bernardo
O'Higgins, los venezolanos, Simón Bolívar, José Antonio Sucre y aun esa
fractura identitaria persiste en el existencialismo de más de dos Perú.
No existió una identidad nacional real que unificara
al Perú como otras naciones. La peruanidad ha sido presentada desde un ángulo
vertical, racista y excluyente que ha creado espacios sociales excluyentes.
Discotecas para un grupo determinado según el color de piel y vestimenta,
lugares de esparcimientos excluyentes. La educación es el punto medular más
evidente de la exclusión entre lo público y lo privado., y podía agregar entre
el color y los colores.
En el Perú lo negro se ha presentado en la literatura
y textos escolar asociado al mutismo, la invisibilidad, la ignorancia, lo
diabólico de la noche, a las historias urbanas tenebrosas, la morbosidad, al
sexo anal perverso y en consecuencia a la oscuridad, como lugar por naturaleza
inhóspita, desolada, desapacible y llena de vicios, en efectiva contraposición
a lo blanco. El discurso político desde la colonia hasta nuestros días está
marcado por ese énfasis de ciudadanos de segunda clase, aferrados a un Cristo
Morado y/o al Santo negro San Martin de Porras, con el respecto que tiene la fe
religiosa.
La presencia de los afroperuanos desde la colonia en
la costa del Perú, el Norte, Lima, Tumbes y los valles de la costa norte, y
ciudades del sur, Chincha, Puerto de Tambo de Mora, Ica, Nazca y una presencia
en la ciudad de Arequipa y la ciudad de Arica en esa época colonial, han sido
invisibles para un segmentado de la sociedad e ignorados en las políticas
públicas del Estado.
Simbología identitaria en la cocina afroperuana
El racismo se introdujo en las sociedades
Latinoamericanas mediante la asignación de un lenguaje discriminatorio y sería
posible institucionalizar, transmitir y mantener el racismo a la llegada de la
conquista española. En este contexto el lenguaje sin duda se constituyó
como un elemento significativo en el proceso de construcción de sociedades
jerarquizada desde la colonia, instaurándose como elemento de fomento,
legitimación e institucionalización de las desigualdades. El término
“negro/negra”, fue empleado para denominar a las personas africanas
secuestradas y esclavizadas, como a sus descendientes (afro- descendiente)
nacidos en territorio americano; no obstante, dicha nominación cumpliría una
clara y definida función social, la cual sería: diferenciar a todo individuo no
europeo, descalificarlo y subordinarlo por el color de su piel.
Desde el exterior en un mundo de migraciones
internacionales, hoy la gastronomía peruana busca recrear ese espacio de
identidad desde afuera hacia adentro, reivindicando la cocina de afroperuana,
la cocina costeña, la cocina andina, y la cocina de la amazonia peruana, en un
espacio simbólico de identidad y peruanidad en el exterior. Pero aún
persiste la fractura identitaria, porque la gastronomía se presenta solo como
el aspecto de la diversidad de la cocina peruana, y se distancia de las
imágenes étnicas del Perú. Como simbología identitaria la gastronomía peruana
es una apertura de dialogo abierto a la interculturalidad, el respecto a las
diferencias de la diversidad cultural en un mundo globalizado. La gastronomía
peruana trae consigo la identidad cultural, étnica, racial y los inmigrantes
peruanos traen consigo sus prejuicios sociales que se han levantado con
imágenes falsas de los llamados Otros desde inicios de la Republica.
El racismo está presente
En el Perú existen más de 669,443 personas
afroperuanas, de las cuales el 54% percibe haber sido discriminado y agredido,
especialmente las mujeres, según estadísticas de la Encuesta Nacional Continua
(ENCO) del año 2006 y estudios realizados por organizaciones afroperuanas.
Dichas cifras fueron citadas en el panel de debate “Diagnóstico sobre la
problemática de género y la situación de las mujeres afrodescendientes en el
Perú”, realizado en el Museo Nacional Afroperuano, en el Cercado de Lima. No
existen políticas públicas que garanticen el desarrollo de mujeres y hombres
afroperuanos y esto agrava la situación de exclusión y pobreza en la que viven.
Se observa una dispersión y homogenización en las políticas interculturales, en
las que la población afrodescendiente no está visible y por ello es necesario
contribuir al diseño de nuevas políticas. Los estudios realizados se
conocieron que las enfermedades recurrentes que afectan a los afroperuanos y
las afroperuanas son: artrosis, diabetes, hipertensión arterial, cáncer de
mama, reumatismo y artritis. Según algunas cifras en cuanto a educación, el 9%
de la población afroperuana en edad de saber leer y escribir no lo hacen y que
de los 14,854 encuestados 1,994 son analfabetos. Asimismo, la encuesta (ENCO)
destacó que el 29% de las mujeres afroperuanas mayores de 50 años son
analfabetas, y el 17% del rango entre 36 a 50 años también eran analfabetos.
El mestizaje como discurso político
El mestizaje ha sido una herramienta de análisis para
explicar la pluralidad cultural en el América Latina desde diversas temáticas e
inclusive para definir étnicamente a un grupo social, como mestizo. La teoría
del mestizaje como ideología ha sido usada para definir conductas, estilos de
vidas, sobre la percepción de la sociedad como producto del mestizaje, donde
las identidades han sido ocultadas, ignoradas, negando el derecho propio de
identidad de los pueblos y nacionalidades indígenas, negras en América Latina.
La separación de sus lenguas originarias, su historia y origen ancestral,
manifestaciones culturales, religión y tradiciones. El mestizaje como discurso
político ha enmascarado el racismo y exclusión, dando fuerza a la teoría que
todos pertenecemos a una sola raza “mestiza”, y ha sido utilizada para ocultar
la discriminación y el racismo.
La idea del mestizaje tiene sus orígenes con la
formación de la república, y la formación del estado republicano, dando la idea
de la raza única mestiza era un arma de defensa contra otros elementos que
podían fragmentar los nuevos estados latinoamericanos. Por medio de esta se
buscaba fortalecer los países emergentes al estilo de las naciones europeas,
creando una fractura identitaria del Perú como nación en su diversidad étnica
cultural y la separación de sus lenguas nativas.
El propósito de este artículo es dar una mirada retrospectiva
y reflexiva para desterrar los comportamientos y posturas racistas para una
mejor convivencia entre seres humanos, porque que todas las vidas importan.
29,
Sivan, Tamuz, 5780.