LA HISTERIA COLECTIVA Y LOS TRASTORNOS POST TRAUMATICOS DE LA VIOLENCIA POLITICA EN EL PERU
El Indulto
y la degradación de la palabra pública y política
A unos días del mes de diciembre del 2017, el Presidente del Perú, Pedro
Pablo Kuczynski, decidió conceder el indulto "por razones
humanitarias" a Alberto Fujimori, exmandatario condenado por corrupción y
violaciones de los derechos humanos. El
indulto ha sido cuestionado por legitimidad y de ser una componenda política,
que se aleja del sentido humanitario. Pero
lo que el Presidente del Perú PPK había ignorado, los efectos traumáticos y
post-traumas en una sociedad donde el discurso social de intolerancia y
el magnicidio, no ha podido ser resuelto. El indulto al Alberto Fujimori ha divido más la sociedad
peruana; la intolerancia y los odios han renacido como Ave de Fénix.
Los efectos post-traumático, pueden graficarse en las expresiones
individuales frente a cada legítima protesta social, el síntoma de pánico compulsivo
del retorno al pasado de terror, lo impulsa atacar a cualquier persona que
exprese un sentimiento de compasión sobre otro y viceversa. Los
diálogos de intolerancia y el lenguaje de odio están presente en la
cotidianidad, con la intensión de herir al interlocutor.
Las disputas y agresiones mutuas son los efectos traumáticos que vivieron y
que se han transmitido a las nuevas generaciones. Las heridas de odio e
intolerancia y la degradación de la palabra se expresa en el lenguaje de
insultos en todos los espacios sociales del Perú; tal es en el Congreso de la
Republica, en las escuelas, en los centros de trabajo, en los sindicatos, en
los partidos políticos, en los medios de comunicación, en la radio, televisión
y la familia. La intolerancia es la premisa.
La prensa escrita, televisa, los noticieros y comentarios no tienen una
ética de respecto por la salud mental de las personas que fueron afectadas por
la violencia política, inclusive los chistes de la farándula tienen una carga
de odio y discriminación.
Otro elemento que pone en evidencia los efectos traumáticos de la violencia
política, son los sentimientos de piedad y compasión por el prójimo. Para las
madres que perdieron sus hijos el vacío y sentimiento de dolor marco sus vidas
con el dolor emocional. El Otro lado es la pérdida del sentimiento de piedad,
compasión por el prójimo; donde el dolor ajeno se alimenta del odio del Otro,
llegando a expresar que los desaparecidos son una fantasía y se fueron quemados
vivos, se justifica porque eran diferentes. Los efectos traumáticos afectan a
todos a las víctimas de Tarata, policías, soldados, alcaldes y autoridades. Que
se expresan desde diferentes, expresiones de angustias. Pero no deja de ser
dolor. La compasión por el prójimo está ausente, aferrada a la degradación de
la palabra pública y política.
Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara
Miami, Enero 11, 2018
LA HISTERIA COLECTIVA
Y LOS TRASTORNOS POST TRAUMATICOS
DE LA VIOLENCIA POLITICA EN EL PERU
“En el Perú, cada publicación se ha convertido en un debate de disputas y
agresiones mutuas, porque reabre las heridas de odio e intolerancia por la
metodología de los estudios, en un país donde la intolerancia es la premisa de
los argumentos”
Si algo caracteriza la grave coyuntura actual es la degradación de la
palabra pública y política, una de cuyas manifestaciones es el lenguaje del
insulto, y la intolerancia por lo cual se perpetúan los perversos mecanismos
que nos han llevado a esto. Pero como todo lenguaje de conflicto no es
solo una situación del momento, la búsqueda urgente de horizontes menos
verticales y violentos, tiene necesariamente que ver con nuestra historia
mediata y acaso más lejana. He ahí que el lenguaje de la violencia y la
intolerancia es, según el valioso aporte de Jorge Yeshayahu Gonzales Lara, un
síntoma post traumático. De los muchos caminos que recorrer quizás
aquí encontremos algunas pautas.
Fredy Roncalla
JORGE YESHAYAHU GONZALES
LARA SOCIOLOGO MA, CASAC-T
Han transcurrido 32 años desde que la violencia
política explosiono como un conflicto de guerra interna en el Perú en 1980.
El conflicto dio fin en el 2000 con la derrota militar de los grupos
levantados en armas “Sendero Luminoso” y el “Movimiento Túpac Amaru,” que
desataron el terror en la población civil. La captura de sus máximas figuras
fue juzgada y sentenciadas por los crímenes de odio y la destrucción que
causaron al Perú y los peruanos. En esta Guerra interna no hubo ganadores, el
resultado fue la secuela de traumas y pos traumas consecuencia de la
violencia política indiscriminada de las Fuerzas Armadas, y los operativos
contra insurgente por los “llamados escuadrones de la muerte” y “grupos de
aniquilamiento selectivos” y terror de los andes y la ciudad Sendero
Luminoso, causando las perdida de aproximadamente 1.2 millones de vidas
humanas, 340,00 personas muertas en la ciudad de Lima metropolitana, 16 mil
personas reportadas desaparecidas y el 56% de victimas de origen
andino-quechua hablantes, siendo el sector humano que sufrió los horrores y
crueldad de la violencia política en el Perú.
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La secuela de traumas y post-traumas son las que hoy
los peruanos y peruanas conviven diariamente. Los efectos en la salud pública
y mental se grafican en los diálogos de odio, la intolerancia, la ira, la
discriminación y el racismo resultado del síndrome de estrés post- traumático
(PSTD). El odio vertical y el odio horizontal que afecta a las nuevas
generaciones y peruanos y peruanas que fueron expuestos a la violencia
política indiscriminada directa e indirectamente.
Seguir leyendo o bajar en pdf100843206-La-Histeria-Colectiva-y-Los-Trastornos-Post-Traumaticos-de-La-Violencia-Politica-en-El-Peru-1980
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JORGE YESHAYAHU GONZALES LARA
SOCIOLOGO MA,
CASAC-T
Palabras Claves: Violencia política, intolerancia,
discurso de odio, síndrome post-traumático por estrés (PTSD), salud pública,
salud mental, quecha hablantes, limeños, racismo, discriminación, histeria
colectiva.
Políticas públicas de salud mental y prevención para
evitar tragedia
Las heridas de la violencia en la década pasada aún se
mantienen abiertas en el Perú, el odio consume muchos de los debates, el Perú
es una sociedad consumida por el racismo rampante y la intolerancia frente a lo
diferente. Un racismo vertical y un racismo horizontal que descansa en la
violencia, marcada por la histeria colectiva que explica el Post Traumatic
Stress Disorder (PTSD-DSM IV-TR Code 409.81[i] El syndrome post-tramautico por estres se conoce en inglés por sus
siglas PTSD]. Es un trastorno de ansiedad que puede surgir después de que una
persona pasa por un evento traumático que le causó pavor, impotencia y horror
extremo. La guerra interna del Perú 1980-2000, fue un evento traumático
que causo horror, dolor y dejo una secuela de traumas, tales fueron diversos
episodios de la guerra interna que causaron dolor extremo: el caso de los
estudiantes de secuestrados y asesinados de la Cantuta, el ataque a un
segmento social de clase media dejando heridas en la memoria colectiva de los
residentes del barrio Tarata en Miraflores, el asesinato de una familia en los
Barrios Altos en momento que celebraban una fiesta, los periodistas asesinados
en el caso Uchurahay, los campesinos quechua hablantes en el caso Cayara,
Lunamarca, Accormarca, los ataques a los centros de la policía en diversas
regiones del Perú, asesinatos de alcaldes, asesinatos de dirigentes sindicales,
asesinatos selectivos de miembros de las fuerzas armadas y policiales del Perú,
el reclutamiento forzado de niños y niñas en los conflictos internos armados,
los niños desaparecidos, y el terror vivido ha producido una serie de
post-traumas colectivos y personales. Esto explica los diálogos de intolerancia
y el lenguaje de odio con la intensión de herir al interlocutor y como
referencia para la evaluación del trastorno por estrés postraumático, son los
recogidos en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales
(DSM-IV), y debe tenerse encuentra en el contexto cultural, étnico y la
cosmología en que se desarrollaron los eventos
.
Los Trastornos Relacionados con Experiencias Traumáticas.
Desde una revisión de la literatura sobre trastornos
relacionados con experiencias traumáticas y post-traumáticas en las guerras
internas o llamadas contrainsurgencia, o alzamientos armados de guerrillas o
grupos insurgentes, se observa que la mayoría de estudios sobre secuelas
post-traumáticas son sobre personas refugiadas, generalmente distante sobre el
sitio o lugar donde ocurrió el evento o episodio traumático. En el caso del
Perú, las victimas sobrevivientes, familiares y personas relacionadas se refugiaron
en Chile, Bolivia, Argentina, México, España, Suecia, Canadá y Estados Unidos
muchos de ellos solicitaron asilo político. La mayoría de estudios sobre el
conflicto armado entre el Estado peruano, las Fuerzas Armadas, Sendero
Luminoso, Rondas Campesinas, y el Movimiento Túpac Amaru han prestado poco o
nada atención para evaluar el impacto sobre la salud y las consecuencias
psico-sociales de la violencia política y la Guerra interna en la
población civil a nivel del impacto en las personas en la ciudad de Lima,
Ayacucho, las comunidades urbanas, rurales y grupos étnicos en el Perú.
En Lima los ciudadanos fueron víctimas del cruel ataque
en un barrio de clase media de Miraflores, Tarata, dejando huellas traumáticas
en la memoria colectiva de los peruanos de la ciudad de Lima. Los efectos
psicológicos y los post-traumas han sido ignorados y remplazados por un
discurso social de intolerancia y magnicidio cuando se refieren al caso de los
estudiantes y un profesor de la Universidad La Cantuta, secuestrados y
asesinados. El efecto post-traumático, pueden graficarse en las expresiones
individuales frente a cada legitima protesta social, el síntoma del pánico
compulsivo del retorno al pasado de terror, lo impulsa atacar a cualquier
persona que exprese un sentimiento de compasión sobre otro y viceversa. La
enfermedad no discrimina afecta a todas las partes en diferentes grados.
El impacto de la violencia en Ayacucho dejo huellas y
traumas especialmente en los quechuas-hablantes; el racismo y la discriminación
fueron dos elementos sociales que acompañaron a la violencia contra una
población de una cosmología diferente a la ciudad de Lima. Muchos analistas
políticos coinciden que Ayacucho se convirtió en el símbolo para los
Senderistas; y agrego el terror para sus pobladores. El estudio revelo que los
ciudadanos de Ayacucho en especial los quechuas hablantes sufrieron el mayor
impacto de la violencia política en la historia contemporánea del Perú. La
violencia política y los efectos traumáticos dejaron huella en la salud mental.
Más aun no existe una política de salud pública y mental en el Perú, que
ofrezca tratamientos clínicos (quechuas hablantes, o en castellano y en la diversidad lingüista del castellano de
la Costa, Sierra y Selva) sin ningún prejuicio social, y ver al paciente
víctima de una enfermedad de salud mental, resultado del conflicto interno
armado.
Los Traumas de PSTD no Discriminan.
En el Perú, cada publicación se ha convertido en un
debate de disputas y agresiones mutuas, porque reabre las heridas de odio e
intolerancia por la metodología de los estudios, en un país donde la
intolerancia es la premisa de los argumentos. En una reciente presentación de
un libro académico, “Profetas del Odio”, el estudio sociológico enfatiza en la
conducta mesiánica y el discurso de odio de Sendero, el presentador
señalo “Estos jóvenes que irrumpieron en la presentación eran de clase
media.”… “muy posible que algunos, o muchos de ellos, tengan vinculaciones
familiares con los senderistas de primera hora.”… “La única vacuna contra la
demencia de estos jóvenes es la memoria”. El desafío que se nos presenta
es examinar los efectos de la violencia política en términos de episodios
traumáticos y post traumáticos en el entorno social. Este es problema de la
salud mental pública y violencia política asociada a los efectos traumáticos
socio-políticos. Este evento pone en evidencia los efectos post trauma en las
nuevas generaciones que fueron expuestos a través de miembros de la familia y
la propaganda de apología a la violencia, ha afectado a los jóvenes en
diferentes grados.
Los traumas PTSD y Post Traumas no discriminan, la clase
social o el grupo étnico de pertenencia, o el grado de educación. Afecta a
todos los que estuvieron expuestos a la violencia política en el Perú. La
evidencia de la ira y la identificación con el discurso de odio guarda una
correlación posiblemente causada por un incremento de las hormonas del estrés
producidas durante el evento traumático y/o durante los numerosos momentos en
que se revive el evento: el secuestro, el crimen de odio, la pérdida de un
familiar querido, (padre, madre, novia, novio, esposa, esposo y hermanos), la
separación y ruptura de la familia por el encarcelamiento o la muerte. Estos y
otros eventos afectan la vida íntima de los individuos expuestos a eventos
traumáticos desde el punto de vista socio-clínico que guardan relación con el
entorno social en que se relación los individuos. En algunos casos estos
eventos pueden pasar desapercibidos para otros, pero el impacto emocional
individual puede ser catastrófico con la perdida de la identidad individual y
se convierte en una identidad colectiva de grupo en la repetición memorística
del discurso de odio. Este fenómeno producido por el trauma afecta a muchos en
el Perú, porque la enfermedad de salud pública no discrimina.
Nos interesa explicar, el doble lenguaje del discurso
violento e intolerante, aumenta el riesgo de trauma en algunas personas que
fueron expuestas a la violencia política y las reacciones pueden resultar en
tragedia. El propósito es tener una política de prevención para personas que
han desarrollado post-traumas. En el Perú, la prensa escrita, televisiva, los
noticieros y comentarios no tienen una ética de respecto por la salud mental de
las personas como víctimas de la violencia sin distinción de credo u opinión
política, los debates públicos, los diálogos e inclusive los chistes de la
farándula tienen una carga de odio, irracionalidad y racismo que debe ser
moderada por la salud pública y mental de la ciudadanía para cerrar heridas y
buscar tratamientos adecuados a este problema de salud pública. En la práctica
clínica los criterios diagnósticos más ampliamente utilizados como referencia
para la evaluación del trastorno por estrés postraumático son los recogidos en
el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) y en la
Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10).
El Impacto de las Guerras en la Salud Mental.
La guerra es un término que está íntimamente relacionado
con la historia de la humanidad y con los desastres, catástrofes o emergencias.
La guerra y guerras internas son la continuación de la política por otros
medios. La guerra interna que sufrió el Perú no fue simplemente un acto
político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las
relaciones políticas, una gestión de las mismas con otros medios"
que sirvió a grupos interesados, a fomentar la corrupción que se
institucionalizo, al narco-tráfico, a los grupos violentistas. (Escuadrones de
la muerte, terroristas, narcotraficantes, y las llamadas rondas campesinas, los
comandos de aniquilamiento de Sendero Luminoso etc.).Las incursiones
senderistas sembraron muerte y el terror. Utilizaron métodos brutales de
exterminio: trituraban la cabeza de autoridades locales, torturaban y
degollaban a los soplones, acuchillaban a los desertores y a sus familias;
mientras los militares arrasaban poblados enteros en los que torturaban y
mataban indiscriminadamente personas, como relata uno de los primeros estudios sobre
los efectos PSTD en la salud mental en las comunidades alto-andinas de
Ayacucho. (Violencia política y salud en las comunidades alto andinas de
Ayacucho Perú” Duncan Pedersen, Jefrey Gamarra, María Elena Planas y Consuelo
Errazuriz).
Las rondas campesinas operaban en las zonas andinas del
Perú, conjuntamente con los comandos militares, funcionaron como
administradores de “justicia”, sin código de justicia ética por la vida. Los
comandos de aniquilamiento de Sendero Luminoso jugaron un rol similar ajusticiando
alcaldes, comuneros, campesinos y miembros de las rondas campesinas. Las
formas de ejecutar fueron igualmente atroces, como la mutilar a las víctimas en
presencia de los miembros de familia, en muchos casos para apropiarse de
tierras, o resolver rencillas personales o deudas pendientes. Esta forma de
justicia autodefinida como “justicia popular” se exporto al termino del
conflicto interno a los pueblos jóvenes, y ha continuado ejerciendo las formas
más crueles de ajusticiamiento, como torturar a sus víctimas, quemar a las
victimas vivas, extendiendo el odio y la sed de venganza sic “justicia popular”
a un grupo de personas entre hombres, mujeres, jóvenes y niños.
Los linchamientos humanos en los Pueblos Jóvenes revelan
los efectos del PTSD
Los llamados linchamiento humanos o “populares”, es un
tipo de violencia que se ha convertido en una práctica cotidiana en los Pueblos
Jóvenes y Conos de la ciudad de Lima, frente a la complacencia del sistema de
Justicia del Perú, La Policía Nacional, El sistema de Salud Mental y la
sociedad civil. Estos actos de violencia y crueldad son en muchas ocasiones
justificados por personajes públicos, la prensa, los comunicadores sociales e
inclusive por autoridades locales, como forma de combatir la delincuencia y pandillerismo.
El problema de los actos delincuencia se presentan como un problema social de
forma, detrás del problema de forma hay un efecto clínico que explica la
conducta de los individuos en sociedad con respecto a la ley, la moral, los
derechos constitucionales, sistema de creencias, el valor de la vida y la
muerte. Este problema clínico y de salud mental expone a toda la sociedad a
otras tragedias de mayor envergadura.
Un gran segmento social de la población que hoy reside en
los Pueblos Jóvenes y Conos del Perú fueron familias desplazadas
voluntariamente o forzadas de las zonas de emergencia o zonas rojas durante el
conflicto armado durante 1980-2000. Esto puede explicarnos los efectos
traumáticos sufridos durante el conflicto armado y el fuego cruzado a que
fueron expuestos. El peligro para la sociedad civil es que este comportamiento
de violencia y odio son ignorados como resultado del trauma post-traumático y
terminan en tragedia. El ajusticiamiento colectivo es una forma de violencia
muy típica en las pandillas. La política pública y de salud mental ha ignorado
estos hechos como un problema de Salud Pública y Mental. El ajusticiar a una
persona frente a un grupo de personas que se complacen en matar a otro ser
humano, entre gritos de euphoria, puede ser explicado como un trauma
post-traumático que podría estar asociado a una enfermedad mental, y a la
histeria colectiva, o reproducir actos de violencia a los que fueron expuestos
durante el conflicto armado interno, hoy reproducen el rol como ejecutor, como
resultado del trastorno por estrés postraumático.
El trastorno psicológico clasificado dentro del grupo de los
trastornos de ansiedad. Se caracteriza por la aparición de síntomas específicos
luego de la exposición a un acontecimiento estresante, extremadamente
traumático, que involucra un daño físico o es de naturaleza extraordinariamente
amenazadora o catastrófica para el individuo.
La guerras internas y conflictos armados internos entre
el Estado y los grupos levantados en armas, insurgentes, narco guerrillas,
grupos que generan terror en los ciudadanos, en un concepto más amplio que no
solo abarca el conflicto bélico entre sus contendientes, en su sentido
tradicional y convencional, sino va más allá, es un amplio espectro de
agresiones de toda índole que abarca todos los aspectos de la vida de un grupo,
etnia, comunidad, clase social, pueblo, nación o país, incluyendo el uso de
tecnologías de avanzadas para lograr sus propósitos.
Los Muertos Sin Apellidos Solo un Rostro
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El trastorno de estrés postraumático puede producirse a
raíz de traumas personales (por ejemplo violación, guerra, desastres naturales,
abusos, accidentes serios o cautiverio) o por haber presenciado o saber de un
acto violento o trágico. El resultado del conflicto armado interno peruano
que causo la muerte de cerca de 1.2 millones de víctimas en todo el Perú,
(INFORME Final 1999- CVR), de las cuales aproximadamente 340,000
residentes de la ciudad de Lima metropolitana, 16 mil personas reportadas desaparecidas,
una guerra marcada por el racismo y el odio étnico donde la mayoría de las
víctimas fueron de origen andino, sobre todo campesinos (56%),
quechua-hablantes, este conflicto es el más sangriento de la historia del Perú.
Los efectos post-traumáticos se producen a raíz de
traumas personales o eventos traumáticos colectivos que afectan la vida de cada
persona en diferentes niveles. Una de las expresiones más evidentes en la
sociedad peruana, se evidencia en la prensa escrita, en los medios de
comunicación, en el discurso político y social son las brechas de odio. PTSD
pone evidencia los trastornos post-traumático afectan la vida cotidiana de los
peruanos en los diversos roles en que se desenvuelven. Expresiones de odio
desde diversos segmentos de la sociedad nos revela el impacto de la violencia
internalizada en los ciudadanos peruanos que sufrieron los efectos de la guerra
interna, por la pérdida de un familiar, amigo o un ser amado.
Un reporte de CVR o un discurso no cura estas heridas que
pueden estar asociadas a la salud mental. Hoy los peruanos reviven con el odio
irracional de los momentos de la guerra interna que afecto a toda una nación y
a su diversidad étnica y cultural. Hoy un segmento social piensa que matando a
todos los acusados de terroristas, o quemar a todos los "indios"
seria la cura al dolor causado por la violencia política. Las imágenes que los
medios de comunicación presentan de un segmento de los peruanos que son
provincianos, con rasgos indígenas, percibidos como incultos, sin naturaleza
humana o sentimientos de amor.
Magnificación de los Eventos y la Creación de imágenes de
Idolatría
Por otro lado, el odio a la ciudad capital, contra los
empresarios, periodistas, profesionales, policías, militares son
percibidos ideológicamente, sin sentimientos y pasiones, y que los alimenta la
codicia por el oro y el dinero. A ello se suma la magnificación de los
eventos y la creación de imágenes como personajes de idolatría. Sendero
Luminoso creo al “presidente” Gonzalo. El otro lado creo a él “Salvador”, el
japonés, Alberto Fujimori, donde se magnifica su imagen entre rituales y el
culto a la personalidad, donde la corrupción institucional se justifica, por
ser “El Salvador”, y los Senderista glorifican la quinta espada del maoísmo y
justifican las masacres, los llamados "juicios populares", los
degollamientos de sus víctimas y asesinatos selectivos de dirigentes
sindicales, policías, empresarios y miles ciudadanos con rostros pero sin
apellidos. La crueldad fue el cordón umbilical de los grupos violentistas,
terroristas, escuadrones de la muerte y aniquiladores a sueldos. Esta crueldad
ha tenido un impacto negativo en la memoria colectiva de las victimas
sobrevivientes de atentados, torturas, arrestados inconstitucionalmente,
violaciones, secuestros, y ciudadanos que fueron afectados por la violencia
directa o indirectamente por los recuerdos. En términos de salud pública y
mental, soldados, sub oficiales, oficiales de las fuerzas armadas y de la
policía son víctimas de los post-traumas, de igual manera los civiles adultos,
jóvenes y niños, autoridades civiles, y los insurgentes de los grupos
levantados en armas. Las enfermedades mentales no discriminan afectan a todas
las partes en conflictos y se extiende en muchas casos a miembros de la familia afectados
indirectamente a temprana edad, y que desarrollan los sistemas.
Efectos de los trastornos de estrés postraumático desorden emocional (PTSD) en las victimas sobrevivientes y familiares
Otro elemento que pone en evidencia los efectos del
trastorno de estrés postraumático (PTSD), son los sentimientos de piedad y
compasión por el prójimo. Para las madres que perdieron sus hijos este vacío y
sentimiento de dolor marco sus vidas con el dolor emocional, y se profundiza
para quienes nunca pudieron dar sagrada sepulturas de sus familiares. El Otro
lado es la pérdida del sentimiento de piedad, compasión por el prójimo; donde
el dolor ajeno se alimenta el odio del Otro, llegando a expresar que los
desaparecidos son solo una fantasía, y que si fueron quemados vivos, o
torturados se justifica porque eran diferentes.
Los efectos
traumáticos afectan a los dos grupos que expresan su dolor desde diferentes
expresiones, pero no deja de ser dolor. En el caso del Perú el trastorno
de estrés postraumático (PTSD) tiene una relación con la cultura en que
desarrollaron los eventos, donde el racismo, la discriminación, la diversidad
lingüísticas del castellano, donde una mayoría de las víctimas fueron
quechua-hablantes. Estas víctimas siguen siendo invisibles para el establishment de
la sociedad peruana. Hoy solo se recuerda a las víctimas de Tarata y la
Cantuta, las otras víctimas son invisibles pero están presentes en la memoria
de las familias. Los peruanos suelen minimizar las tragedias, o negar los
hechos ocurridos cuando se trata de personas quechua hablantes, afro-peruanos.
El mestizaje como discurso político ha jugado un rol
discriminatorio, y ha reforzado el discurso intolerante y de odio por los
familiares que reclaman por sus familiares desaparecidos, o injustamente
acusados por ser de origen andino y ha creado una brecha en la sociedad. Los
limeños convirtieron sus hogares en cárceles privadas, enrejaron sus casas,
negocios, oficinas para prevenir asaltos, plagios por los grupos armados. El
efecto psicológico de enrejar su propia casa y ofrecer el sentido de seguridad
tuvo un efecto secundario que afecto en diversas formas el estima personal de las
personas, que se expresa en pánico e inseguridad.
Los Dos Lados de la Moneda
Los dos lados de la moneda han creado sus propias
apologías. Lo irónico que los dos personajes mitológicamente creados se
encuentran en prisión. Este es un tema que nos pone a repensar sobre los
traumas y la salud mental, crea sus propios mitos psicológicos para reducir el
dolor físico que se convierte en dolor emocional a largo plazo. Los
efectos post- traumáticos (PTSD) nos permite explicar el lenguaje violentista
en los diálogos. Esto pone evidencia la intolerancia que para construir
relaciones democráticas, hay que racionalizar que los ciudadanos tienen
derechos a sus opiniones propias, cultos religiosos y creencias, que constituye
parte de la naturaleza humana de los individuos en una sociedad. En los
diálogos peruanos el prejuicio latente está detrás de cada expresión, hay una
conspiración golpista, terrorista, caviar-izquierdista, jacarista. El
odio y la irracionalidad para entender la dinámica y efectos de la violencia son
diversos y tiene que ver con los valores sobre la vida y la muerte de cada
individuo.
Las personas que sufre PTSD bloquean colectivamente
eventos de violencia, por ejemplo para algunos los asesinatos de la Cantuta no
existen es solo una creación caviar. Otro segmento de la sociedad que sufre
PTSD o Post Trauma menosprecia el
atentado que ocurrió en Tarata, por ser un sector residencial de clase media. Como
explicar estos dos eventos y los traumas personales donde hubo víctimas. Los
traumas PTSD y Post Trauma muchas veces reprimen emocionalmente incidentes
violentos que no pueden ser explicados, y se reprimen o se bloquea las
emociones, victimizándose así mismo. Esta es solo una aproximación que busca
comprender el fenómeno de los traumas en los ciudadanos que vivieron, porque
puede presentarse otros elementos que afecten la salud mental. (Bi-polar
disorder, esquizofrenia, dependencia crónica a las drogas o alcohol, bulimia,).
El comportamiento de las personas que sufre este trauma PTSD puede explicar su
comportamiento frente a un monumento recordatorio de las víctimas de la
violencia "El Ojo que Llora". Un grupo de personas con una agenda
política de odio busco destruir el monumento recordatorio. Este comportamiento
nos revela el peligro que pueden ser expuestos individuos que sufren
post-trauma y llegar extremos de violencia. Destruir un monumento que
representa una reflexión sobre la violencia en la década pasada, bajo la
manipulación política es un grave delito para la salud mental. El monumento
es una roca que expresa el llanto y el dolor causado. El
bloqueo del dolor por los Otros, la represión de los sentimientos de piedad y
compasión por el prójimo por los familiares que también son víctimas
sobrevivientes. La compasión por el prójimo está ausente.
Políticas públicas de salud mental y prevención para
evitar tragedias
Esta dicotomía es la que se expresa en los diálogos y
comportamientos cotidianos entre peruanos y la exportan a las nuevas
generaciones como dogmas. Estos son los efectos que el PTSD requiere de
políticas de salud pública y mental. El conflicto interno que afecto a todos en
la diversidad de peruanos y ciudadanos que se inter-relacionan entre sí
cotidianamente han sido afectados por las imágenes de atentado en Tarata, los
plagios de la Cantuta, el caso de los periodistas de Uchurahay, los campesinos
asesinados en el caso Cayara, Accomarca, el caso de los Barrios Altos, el
atentado a la embajada de Japón, los coches bombas en las calles de Lima. Estas
y otras imágenes de terror están presentes en el subconsciente y en la memoria
colectiva de las victimas sobrevivientes de los atentados, (abusos
físicos-emocionales, violación sexual, torturas, persecuciones extrajudiciales,
acoso policial, político, el abuso verbal con el propósito de afectar la estima
personal de la víctima, estas y otras formas de violencia política).
El trauma es la incapacidad del individuo para responder
adecuadamente a la intensidad de un aflujo de excitaciones demasiado excesivo
para su psiquismo producido por determinado acontecimiento experimentado. El
bloqueo de la actividad motriz externa (imposibilidad de reaccionar) aumenta la
posibilidad del estrés postraumático. La función del YO es evitar
estos estados traumáticos, tamizar y organizar la excitación recibida
descargándola motrizmente o ligándola a pensamientos y palabras.
Esto es posible debido a la capacidad del Yo para
anticipar en su fantasía lo que va a ocurrir e ir preparándose para el futuro.
Los hechos que no han sido anticipados y que son experimentados de una manera
violenta e intrusiva originan grandes cantidades de excitación no controlada
que las vuelven abrumadoras para el psiquismo. Esta excitación es excesiva en
relación con la tolerancia del sujeto y su capacidad para controlarla y elaborarla
psíquicamente.
El trastorno por estrés postraumático es generado por los
efectos patógenos duraderos que este incidente traumático provoca en toda la
organización psíquica. Las probabilidades que tiene un incidente de producir un
trastorno por estrés postraumático se hayan directamente relacionadas con su
carácter de imprevisto.
El principal síntoma es el bloqueo o disminución de las
funciones del Yo y esto es lo que trae como consecuencia todos los
demás síntomas. Este bloqueo se explica por la concentración de toda la energía
psíquica disponible por el psiquismo en una sola tarea: el intento de controlar
la abrumadora excitación psíquica invasora. La urgencia de esta tarea hace que
todas las demás funciones lloicas queden relegadas, la emergencia domina
completamente al sujeto. Eso genera toda clase de mecanismos de defensa del Yo
y de fenómenos regresivos.
Casi todos los síntomas del trastorno por estrés
postraumático son producto del bloqueo de las funciones perceptivas del Yo: el
embotamiento psíquico, la amnesia total o parcial, la reducción acusada del
interés, la disminución de la capacidad para sentir emociones, las dificultades
para concentrarse, el insomnio, la irritabilidad y la disociación psíquica.
El gobierno central, y los gobiernos locales y
regionales, las instituciones de salud pública y bienestar social deben
establecer políticas públicas de salud mental y prevención para evitar
tragedias. El PTSD es una enfermedad real. Las personas que viven una
experiencia terrible y aterrorizante pueden tener PTSD. Se puede tratar
con medicamentos y/o terapia. No existe en el Perú estadísticas sobre
cuántas personas pueden sufrir de PTSD después de: - Ser víctima de
una violación o abuso sexual - Ser golpeado o herido por un miembro de
su familia - Ser víctima de un crimen de violencia - Estar en un
accidente aéreo o automovilístico - Un huracán, tornado o incendio -
Estar en una guerra o conflicto interno - Ser obligado a convertirse en
refugiado - Estar en una situación en la que pensó que lo iban a matar -
O, después de haber presenciado cualquiera de los eventos anteriores.
Las personas que sufren PTSD, a menudo tienen
pesadillas o pensamientos aterrorizantes sobre la
terrible experiencia que tuvo. La persona trata de mantenerse alejado
de cualquier cosa que le recuerda ese momento tan horrible. Puede sentirse
enojado e incapaz de preocuparse por otras personas o confiar en
ellas. Siempre está a la defensiva, pendiente de cualquier peligro. Las
personas que sufren PTSD son propensas en algunas situaciones de extremo estrés
asociadas a enfermedades mentales no diagnosticadas a tiempo y pueden cometer
un crimen y terminar en una tragedia. Las señales de PTSD tardan años
en manifestarse. El PTSD puede ocurrir a personas de todas las
edades. Hasta los niños lo pueden tener. Algunas personas mejoran en
seis meses mientras que otras pueden tardar mucho más en mejorarse.
El PTSD es un trastorno cerebral serio que tiene un
sustento biológico. Recientes estudios científicos determinaron que las
personas con PTSD tienen una disminución en el tamaño de la región del cerebro
involucrada en el aprendizaje, la memoria y el desarrollo de las emociones, así
como una alteración en los niveles de algunos químicos del cerebro. Se
cree que estos cambios son causados por un incremento de las hormonas del
estrés producidas durante el evento traumático y durante los numerosos momentos
en que se revive el evento.
New York, Julio 21, 2012.
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es.scribd.com/doc/82506764/ENTRE-PROJIMOS-El-conflicto-armad
[i] -In 2000, the
American Psychiatric Association revised the PTSD diagnostic criteria in the
fourth edition of its Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders
(DSM-IV-TR)(1). The diagnostic criteria (A-F) are specified below. Diagnostic
criteria for PTSD include a history of exposure to a traumatic event meeting
two criteria and symptoms from each of three symptom clusters: intrusive
recollections, avoidant/numbing symptoms, and hyper-arousal symptoms. A fifth
criterion concerns duration of symptoms and a sixth assesses
functioning. Criterion A: stressor :The person has been exposed to a
traumatic event in which both of the following have been present: The person
has experienced, witnessed, or been confronted with an event or events that
involve actual or threatened death or serious injury, or a threat to the
physical integrity of oneself or others. The person's response involved intense
fear, helplessness, or horror. In children, it may be expressed instead by
disorganized or agitated behavior.