LA HISTERIA COLECTIVA Y LOS TRASTORNOS POST TRAUMATICOS DE LA VIOLENCIA POLITICA
JORGE YESHAYAHU GONZALES
LARA
SOCIOLOGO MA, CASAC-T
Palabras Claves: Violencia política, intolerancia, discurso de odio, síndrome
post-traumático por estrés (PTSD), salud pública, salud mental, quecha
hablantes, limeños, racismo, discriminación, histeria colectiva.
Políticas públicas de
salud mental y prevención para evitar tragedia
Las heridas de la violencia en la década pasada aún se
mantienen abiertas en el Perú, el odio consume muchos de los debates, el Perú
es una sociedad consumida por el racismo rampante y la intolerancia frente a lo
diferente. Un racismo vertical y un racismo horizontal que descansa en la
violencia, marcada por la histeria colectiva que explica el Post Traumatic
Stress Disorder (PTSD-DSM IV-TR Code 409.81[i] El syndrome post-tramautico por
estres se conoce en inglés por sus siglas PTSD]. Es un trastorno de
ansiedad que puede surgir después de que una persona pasa por un evento
traumático que le causó pavor, impotencia y horror extremo. La guerra
interna del Perú 1980-2000, fue un evento traumático que causo horror, dolor y
dejo una secuela de traumas, tales fueron diversos episodios de la guerra
interna que causaron dolor extremo: el caso de los estudiantes de secuestrados
y asesinados de la Cantuta, el ataque a un segmento social de clase media
dejando heridas en la memoria colectiva de los residentes del barrio Tarata en
Miraflores, el asesinato de una familia en los Barrios Altos en momento que
celebraban una fiesta, los periodistas asesinados en el caso Uchurahay, los
campesinos quechua hablantes en el caso Cayara, Lunamarca, Accormarca, los
ataques a los centros de la policía en diversas regiones del Perú, asesinatos
de alcaldes, asesinatos de dirigentes sindicales, asesinatos selectivos de
miembros de las fuerzas armadas y policiales del Perú, el reclutamiento forzado
de niños y niñas en los conflictos internos armados, los niños desaparecidos, y
el terror vivido ha producido una serie de post-traumas colectivos y
personales. Esto explica los diálogos de intolerancia y el lenguaje de odio con
la intensión de herir al interlocutor y como referencia para la evaluación del
trastorno por estrés postraumático, son los recogidos en el Manual Diagnóstico
y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV), y debe tenerse encuentra en
el contexto cultural, étnico y la cosmología en que se desarrollaron los
eventos
.
Los Trastornos Relacionados con Experiencias Traumáticas.
Desde una revisión de la literatura sobre trastornos
relacionados con experiencias traumáticas y post-traumáticas en las guerras
internas o llamadas contrainsurgencia, o alzamientos armados de guerrillas o
grupos insurgentes, se observa que la mayoría de estudios sobre secuelas
post-traumáticas son sobre personas refugiadas, generalmente distante sobre el
sitio o lugar donde ocurrió el evento o episodio traumático. En el caso del
Perú, las victimas sobrevivientes, familiares y personas relacionadas se
refugiaron en Chile, Bolivia, Argentina, México, España, Suecia, Canadá y
Estados Unidos muchos de ellos solicitaron asilo político.
La mayoría de estudios sobre el
conflicto armado entre el Estado peruano, las fuerzas armadas, Sendero
Luminoso, Rondas Campesinas, y el Movimiento Túpac Amaru han prestado poco o
nada atención para evaluar el
impacto sobre la salud y las consecuencias psico-sociales de la violencia
política y la Guerra interna en la población civil a nivel del
impacto en las personas en la ciudad de Lima, Ayacucho, las comunidades
urbanas, rurales y grupos étnicos en el Perú. En Lima los ciudadanos
fueron víctimas del cruel ataque en un barrio de clase media de Miraflores,
Tarata, dejando huellas traumáticas en la memoria colectiva de los peruanos de
la ciudad de Lima. Los efectos psicológicos y los post-traumas han sido
ignorados y remplazados por un discurso social de intolerancia y magnicidio cuando
se refieren al caso de los estudiantes y un profesor de la Cantuta,
secuestrados y asesinados. El efecto post-traumático, pueden graficarse en las
expresiones individuales frente a cada legitima protesta social, el síntoma del
pánico compulsivo del retorno al pasado de terror, lo impulsa atacar a
cualquier persona que exprese un sentimiento de compasión sobre otro y
viceversa. La enfermedad no discrimina afecta a todas las partes en
diferentes grados. El impacto de la violencia en Ayacucho dejo huellas y
traumas especialmente en el quechua-hablante; el racismo y la discriminación
fueron dos elementos sociales que acompañaron a la violencia contra una
población de una cosmología diferente a la ciudad de Lima. Muchos analistas
políticos coinciden que Ayacucho se convirtió en el símbolo para los
Senderistas y agrego el terror para sus pobladores. El estudio revelo que los
ciudadanos de Ayacucho en especial los quechua hablantes sufrieron el mayor
impacto de la violencia politicen la historia contemporánea del Perú. La
violencia política y los efectos traumáticos dejaron huella en la salud mental.
Más aun no existe una política de salud pública y mental en el Perú, que
ofrezca tratamientos clínicos (quechua hablantes, o en castellano) sin ningún
prejuicio social, y ver al paciente víctima de una enfermedad de salud mental,
resultado del conflicto interno armado.
Los Traumas de PSTD no Discriminan.
En el Perú, cada publicación se ha convertido en un
debate de disputas y agresiones mutuas, porque reabre las heridas de odio e
intolerancia por la metodología de los estudios, en un país donde la
intolerancia es la premisa de los argumentos. En una reciente presentación de
un libro académico, “Profetas del Odio”, el estudio sociológico enfatiza en la
conducta mesiánica y el discurso de odio de Sendero, el presentador
señalo “Estos jóvenes que irrumpieron en la presentación eran de clase
media.”… “muy posible que algunos, o muchos de ellos, tengan vinculaciones
familiares con los senderistas de primera hora.” “La única vacuna contra la
demencia de estos jóvenes es la memoria. “El desafío que se nos
presenta es examinar los efectos de la violencia política en términos de
episodios traumáticos y post traumáticos en el entorno social. Este es problema
de la salud mental pública y violencia política asociada a los efectos
traumáticos socio-políticos. Este evento pone en evidencia los efectos post
trauma en las nuevas generaciones que fueron expuestos a través de miembros de
la familia y la propaganda de apología a la violencia, ha afectado a los
jóvenes en diferentes grados. Los traumas PTSD no discriminan la clase social o
el grupo étnico de pertenencia, o el grado de educación. Afecta a todos los que
estuvieron expuestos a la violencia política en el Perú. La evidencia de la ira
y la identificación con el discurso de odio guarda una correlación posiblemente
causada por un incremento de las hormonas del estrés producidas durante el
evento traumático y/o durante los numerosos momentos en que se revive el
evento: el secuestro, el crimen de odio, la pérdida de un familiar querido,
(padre, madre, novia, novio, esposa, esposo y hermanos), la separación y
ruptura de la familia por el encarcelamiento o la muerte. Estos y otros eventos
afectan la vida íntima de los individuos expuestos a eventos traumáticos desde
el punto de vista socio-clínico que guardan relación con el entorno social en
que se relación los individuos. En algunos casos estos eventos pueden pasar
desapercibidos para otros, pero el impacto emocional individual puede ser
catastrófico con la perdida de la identidad individual y se convierte en una
identidad colectiva de grupo en la repetición memorística del discurso de odio.
Este fenómeno producido por el trauma afecta a muchos en el Perú, porque la
enfermedad de salud pública no discrimina.
Nos interesa explicar, el doble lenguaje del discurso
violento e intolerante, aumenta el riesgo de trauma en algunas personas que
fueron expuestas a la violencia política y las reacciones pueden resultar en
tragedia. El propósito es tener una política de prevención para personas que
han desarrollado post-traumas. En el Perú, la prensa escrita, televisiva, los
noticieros y comentarios no tienen una ética de respecto por la salud mental de
las personas como víctimas de la violencia sin distinción de credo u opinión política,
los debates públicos, los diálogos e inclusive los chistes de la farándula
tienen una carga de odio, irracionalidad y racismo que debe ser moderada por la
salud pública y mental de la ciudadanía para cerrar heridas y buscar
tratamientos adecuados a este problema de salud pública. En la práctica clínica
los criterios diagnósticos más ampliamente utilizados como referencia para la
evaluación del trastorno por estrés postraumático son los recogidos en el
Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-IV) y en la
Clasificación Internacional de las Enfermedades (CIE-10).
El Impacto de las Guerras en la Salud
Mental.
La guerra es un término que está íntimamente relacionado
con la historia de la humanidad y con los desastres, catástrofes o emergencias.
La guerra y guerras internas son la continuación de la política por otros
medios. La guerra interna que sufrió el Perú no fue simplemente un acto
político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las
relaciones políticas, una gestión de las mismas con otros medios" que
sirvió a grupos interesados, a fomentar la corrupción que se institucionalizo,
al narco-tráfico, a los grupos violentistas. (Escuadrones de la muerte,
terroristas, narcotraficantes, y las llamadas rondas campesinas, los comandos
de aniquilamiento de Sendero Luminoso etc.).Las incursiones senderistas
sembraron muerte y el terror. Utilizaron métodos brutales de exterminio:
trituraban la cabeza de autoridades locales, torturaban y degollaban a los
soplones, acuchillaban a los desertores y a sus familias; mientras los
militares arrasaban poblados enteros en los que torturaban y mataban
indiscriminadamente personas, como relata uno de los primeros estudios sobre
los efectos PSTD en la salud mental en las comunidades alto-andinas de
Ayacucho. (Violencia política y salud en las comunidades alto andinas de
Ayacucho Perú” Duncan Pedersen, Jefrey Gamarra, María Elena Planas y Consuelo
Errazuriz).
Las rondas campesinas operaban en las zonas andinas del
Perú, conjuntamente con los comandos militares, funcionaron como administradores
de “justicia”, sin código de justicia ética por la vida. Los comandos de
aniquilamiento de Sendero Luminoso jugaron un rol similar ajusticiando
alcaldes, comuneros, campesinos y miembros de las rondas campesinas. Las
formas de ejecutar fueron igualmente atroces, como la mutilar a las víctimas en
presencia de los miembros de familia, en muchos casos para apropiarse de
tierras, o resolver rencillas personales o deudas pendientes. Esta forma de
justicia autodefinida como “justicia popular” se exporto al termino del
conflicto interno a los pueblos jóvenes, y ha continuado ejerciendo las formas
más crueles de ajusticiamiento, como torturar a sus víctimas, quemar a las
victimas vivas, extendiendo el odio y la sed de venganza sic “justicia popular”
a un grupo de personas entre hombres, mujeres, jóvenes y niños.
Los linchamientos
humanos en los Pueblos Jóvenes revelan los efectos del PTSD
Los llamados linchamiento humanos o “populares”, es un
tipo de violencia que se ha convertido en una práctica cotidiana en los Pueblos
Jóvenes y Conos de la ciudad de Lima, frente a la complacencia del sistema de
Justicia del Perú, La Policía Nacional, El sistema de Salud Mental y la
sociedad civil. Estos actos de violencia y crueldad son en muchas ocasiones
justificados por personajes públicos, la prensa, los comunicadores sociales e
inclusive por autoridades locales, como forma de combatir la delincuencia y
pandillerismo. El problema de los actos delincuencia se presentan como un
problema social de forma, detrás del problema de forma hay un efecto clínico
que explica la conducta de los individuos en sociedad con respecto a la ley, la
moral, los derechos constitucionales, sistema de creencias, el valor de la vida
y la muerte. Este problema clínico y de salud mental expone a toda la sociedad
a otras tragedias de mayor envergadura.
Un gran segmento social de la población que hoy reside en
los Pueblos Jóvenes y Conos del Perú fueron familias desplazadas
voluntariamente o forzadas de las zonas de emergencia o zonas rojas durante el
conflicto armado durante 1980-2000. Esto puede explicarnos los efectos
traumáticos sufridos durante el conflicto armado y el fuego cruzado a que
fueron expuestos. El peligro para la sociedad civil es que este comportamiento
de violencia y odio son ignorados como resultado del trauma post-traumático y
terminan en tragedia. El ajusticiamiento colectivo es una forma de violencia
muy típica en las pandillas. La política pública y de salud mental ha ignorado
estos hechos como un problema de Salud Pública y Mental. El ajusticiar a una
persona frente a un grupo de personas que se complacen en matar a otro ser
humano, entre gritos de euphoria, puede ser explicado como un trauma
post-traumático que podría estar asociado a una enfermedad mental, y a la
histeria colectiva, o reproducir actos de violencia a los que fueron expuestos
durante el conflicto armado interno, hoy reproducen el rol como ejecutor, como
resultado del trastorno por estrés postraumático. El trastorno
psicológico clasificado dentro del grupo de los trastornos de ansiedad. Se
caracteriza por la aparición de síntomas específicos luego de la exposición a
un acontecimiento estresante, extremadamente traumático, que involucra un daño
físico o es de naturaleza extraordinariamente amenazadora o catastrófica para
el individuo.
La guerras internas y conflictos armados internos entre
el Estado y los grupos levantados en armas, insurgentes, narco guerrillas,
grupos que generan terror en los ciudadanos, en un concepto más amplio que no
solo abarca el conflicto bélico entre sus contendientes, en su sentido tradicional
y convencional, sino va más allá, es un amplio espectro de agresiones de toda
índole que abarca todos los aspectos de la vida de un grupo, etnia, comunidad,
clase social, pueblo, nación o país, incluyendo el uso de tecnologías de
avanzadas para lograr sus propósitos.
Los muertos sin
apellidos solo un rostro
|
El trastorno de estrés postraumático
puede producirse a raíz de traumas personales (por ejemplo violación, guerra,
desastres naturales, abusos, accidentes serios o cautiverio) o por haber
presenciado o saber de un acto violento o trágico. El resultado del conflicto
armado interno peruano que causo la muerte de cerca de 1.2 millones de víctimas
en todo el Perú, (INFORME Final 1999- CVR), de las cuales aproximadamente
340,000 residentes de la ciudad de Lima metropolitana, 16 mil personas
reportadas desaparecidas, una guerra marcada por el racismo y el odio étnico
donde la mayoría de las víctimas fueron de origen andino, sobre todo campesinos
(56%), quechua-hablantes, este conflicto es el más sangriento de la historia
del Perú.
Los efectos post-traumáticos se producen
a raíz de traumas personales o eventos traumáticos colectivos que afectan la
vida de cada persona en diferentes niveles. Una de las expresiones más
evidentes en la sociedad peruana, se evidencia en la prensa escrita, en los
medios de comunicación, en el discurso político y social son las brechas de
odio. PTSD pone evidencia los trastornos post-traumático afectan la vida
cotidiana de los peruanos en los diversos roles en que se desenvuelven.
Expresiones de odio desde diversos segmentos de la sociedad nos revela el
impacto de la violencia internalizada en los ciudadanos peruanos que sufrieron
los efectos de la guerra interna, por la pérdida de un familiar, amigo o un ser
amado.
Un reporte de CVR o un discurso no cura
estas heridas que pueden estar asociadas a la salud mental. Hoy los peruanos
reviven con el odio irracional de los momentos de la guerra interna que afecto
a toda una nación y a su diversidad étnica y cultural. Hoy un segmento social
piensa que matando a todos los acusados de terroristas, o quemar a todos los
"indios" seria la cura al dolor causado por la violencia política.
Las imágenes que los medios de comunicación presentan de un segmento de los
peruanos que son provincianos, con rasgos indígenas, percibidos como incultos,
sin naturaleza humana o sentimientos de amor.
Magnificación
de los Eventos y la Creación de imágenes de Idolatría
Por otro lado, el odio a la ciudad
capital, contra los empresarios, periodistas, profesionales, policías,
militares son percibidos ideológicamente, sin sentimientos y pasiones, y que
los alimenta la codicia por el oro y el dinero. A ello se suma la
magnificación de los eventos y la creación de imágenes como personajes de
idolatría. Sendero Luminoso creo al “presidente” Gonzalo. El otro lado
creo a él “Salvador”, el japonés, Alberto Fujimori, donde se magnifica su
imagen entre rituales y el culto a la personalidad, donde la corrupción
institucional se justifica, por ser “El Salvador”, y los Senderista glorifican
la quinta espada del maoísmo y justifican las masacres, los llamados
"juicios populares", los degollamientos de sus víctimas y asesinatos
selectivos de dirigentes sindicales, policías, empresarios y miles ciudadanos
con rostros pero sin apellidos. La crueldad fue el cordón umbilical de los
grupos violentistas, terroristas, escuadrones de la muerte y aniquiladores a sueldos.
Esta crueldad ha tenido un impacto negativo en la memoria colectiva de las
victimas sobrevivientes de atentados, torturas, arrestados
inconstitucionalmente, violaciones, secuestros, y ciudadanos que fueron
afectados por la violencia directa o indirectamente por los recuerdos. En
términos de salud pública y mental soldados, sub oficiales, oficiales de las
fuerzas armadas y de la policía son víctimas de los post-traumas, de igual
manera los civiles adultos, jóvenes y niños, autoridades civiles, y los insurgentes
de los grupos levantados en armas. Las enfermedades mentales no discriminan
afectan a todas las partes en conflictos y se extiende en muchas casos a
miembros de la familia afectados indirectamente a temprana edad, y que
desarrollan los sistemas.
Efectos de los trastornos de estrés postraumático desorden emocional (PTSD) en las victimas sobrevivientes y familiares
Otro elemento que pone en evidencia los
efectos del trastorno de estrés postraumático (PTSD), son los
sentimientos de piedad y compasión por el prójimo. Para las madres que
perdieron sus hijos este vacío y sentimiento de dolor marco sus vidas con el
dolor emocional, y se profundiza para quienes nunca pudieron dar sagrada
sepulturas de sus familiares. El Otro lado es la pérdida del sentimiento de
piedad, compasión por el prójimo; donde el dolor ajeno se alimenta el odio del
Otro, llegando a expresar que los desaparecidos son solo una fantasía, y que si
fueron quemados vivos, o torturados se justifica porque eran diferentes. Los
efectos traumáticos afectan a los dos grupos que expresan su dolor desde
diferentes expresiones, pero no deja de ser dolor. En el caso del Perú
el trastorno de estrés postraumático (PTSD) tiene una relación con la
cultura en que desarrollaron los eventos, donde el racismo, la discriminación,
la diversidad lingüísticas del castellano, donde una mayoría de las víctimas
fueron quechua-hablantes. Estas víctimas siguen siendo invisibles para el establishment de
la sociedad peruana. Hoy solo se recuerda a las víctimas de Tarata y la
Cantuta, las otras víctimas son invisibles pero están presentes en la memoria
de las familias. Los peruanos suelen minimizar las tragedias, o negar los
hechos ocurridos cuando se trata de personas quechua hablantes, afro-peruanos.
El mestizaje como discurso político ha jugado un rol discriminatorio, y ha
reforzado el discurso intolerante y de odio por los familiares que reclaman por
sus familiares desaparecidos, o injustamente acusados por ser de origen andino
y ha creado una brecha en la sociedad. Los limeños convirtieron sus hogares en
cárceles privadas, enrejaron sus casas, negocios, oficinas para prevenir
asaltos, plagios por los grupos armados. El efecto psicológico de enrejar su
propia casa y ofrecer el sentido de seguridad tuvo un efecto secundario que
afecto en diversas formas el estima personal de las personas, que se expresa en
pánico e inseguridad.
Los Dos
Lados de la Moneda
Los dos lados de la moneda han creado
sus propias apologías. Lo irónico que los dos personajes mitológicamente
creados se encuentran en prisión. Este es un tema que nos pone a repensar
sobre los traumas y la salud mental, crea sus propios mitos psicológicos para
reducir el dolor físico que se convierte en dolor emocional a largo
plazo.
Los efectos post- traumáticos (PTSD) nos
permite explicar el lenguaje violentista en los diálogos. Esto pone evidencia
la intolerancia que para construir relaciones democráticas, hay que
racionalizar que los ciudadanos tienen derechos a sus opiniones propias, cultos
religiosos y creencias, que constituye parte de la naturaleza humana de los
individuos en una sociedad. En los diálogos peruanos el prejuicio latente está
detrás de cada expresión, hay una conspiración golpista, terrorista,
caviar-izquierdista, jacarista. El odio y la irracionalidad para entender
la dinámica y efectos de la violencia son diversos y tiene que ver con los
valores sobre la vida y la muerte de cada individuo. Las personas que sufre
PTSD bloquean colectivamente eventos de violencia, por ejemplo para algunos los
asesinatos de la Cantuta no existen es solo una creación caviar. Otro segmento
de la sociedad que sufre PTSD menosprecia el atentado que ocurrió en Tarata,
por ser un sector residencial de clase media .Como explicar estos dos eventos y
los traumas personales donde hubo víctimas. Los traumas PTSD muchas veces
reprimen emocionalmente incidentes violentos que no pueden ser explicados, y se
reprimen o se bloquea las emociones, victimizándose así mismo. Esta es solo una
aproximación que busca comprender el fenómeno de los traumas en los ciudadanos
que vivieron, porque puede presentarse otros elementos que afecten la salud
mental. (Bi-polar disorder, esquizofrenia, dependencia crónica a las drogas o
alcohol, bulimia,). El comportamiento de las personas que sufre este trauma
PTSD puede explicar su comportamiento frente a un monumento recordatorio de las
víctimas de la violencia "El Ojo que Llora". Un grupo de personas con
una agenda política de odio busco destruir el monumento recordatorio. Este
comportamiento nos revela el peligro que pueden ser expuestos individuos que
sufren post-trauma y llegar extremos de violencia. Destruir un monumento que
representa una reflexión sobre la violencia en la década pasada, bajo la
manipulación política es un grave delito para la salud mental. El
monumento es una roca que expresa el llanto y el dolor causado. El
bloqueo del dolor por los Otros, la represión de los sentimientos de piedad y
compasión por el prójimo por los familiares que también son víctimas
sobrevivientes. La compasión por el prójimo está ausente.
Políticas públicas de salud mental y prevención para
evitar tragedias
Esta dicotomía es la que se expresa en los diálogos y
comportamientos cotidianos entre peruanos y la exportan a las nuevas
generaciones como dogmas. Estos son los efectos que el PTSD requiere de
políticas de salud pública y mental. El conflicto interno que afecto a todos en
la diversidad de peruanos y ciudadanos que se inter-relacionan entre sí
cotidianamente han sido afectados por las imágenes de atentado en Tarata, los
plagios de la Cantuta, el caso de los periodistas de Uchurahay, los campesinos
asesinados en el caso Cayara, Accomarca, el caso de los Barrios Altos, el
atentado a la embajada de Japón, los coches bombas en las calles de Lima. Estas
y otras imágenes de terror están presentes en el subconsciente y en la memoria
colectiva de las victimas sobrevivientes de los atentados, (abusos
físicos-emocionales, violación sexual, torturas, persecuciones extrajudiciales,
acoso policial, político, el abuso verbal con el propósito de afectar la estima
personal de la víctima, estas y otras formas de violencia política).
El trauma es la
incapacidad del individuo para responder adecuadamente a la intensidad de un
aflujo de excitaciones demasiado excesivo para su psiquismo producido por
determinado acontecimiento experimentado. El bloqueo de la actividad motriz
externa (imposibilidad de reaccionar) aumenta la posibilidad del estrés
postraumático. La función del YO es evitar estos estados traumáticos,
tamizar y organizar la excitación recibida descargándola motrizmente o
ligándola a pensamientos y palabras.
Esto es posible debido a
la capacidad del Yo para anticipar en su fantasía lo que va a ocurrir e ir
preparándose para el futuro. Los hechos que no han sido anticipados y que son
experimentados de una manera violenta e intrusiva originan grandes cantidades
de excitación no controlada que las vuelven abrumadoras para el psiquismo. Esta
excitación es excesiva en relación con la tolerancia del sujeto y su capacidad
para controlarla y elaborarla psíquicamente.
El trastorno por estrés
postraumático es generado por los efectos patógenos duraderos que este
incidente traumático provoca en toda la organización psíquica. Las
probabilidades que tiene un incidente de producir un trastorno por estrés
postraumático se hayan directamente relacionadas con su carácter de imprevisto.
El principal síntoma es
el bloqueo o disminución de las funciones del Yo y esto es lo que
trae como consecuencia todos los demás síntomas. Este bloqueo se explica por la
concentración de toda la energía psíquica disponible por el psiquismo en una
sola tarea: el intento de controlar la abrumadora excitación psíquica invasora.
La urgencia de esta tarea hace que todas las demás funciones lloicas queden
relegadas, la emergencia domina completamente al sujeto. Eso genera toda clase
de mecanismos de defensa del Yo y de fenómenos regresivos.
Casi todos los síntomas
del trastorno por estrés postraumático son producto del bloqueo de las
funciones perceptivas del Yo: el embotamiento psíquico, la amnesia total o
parcial, la reducción acusada del interés, la disminución de la capacidad para
sentir emociones, las dificultades para concentrarse, el insomnio, la
irritabilidad y la disociación psíquica.
El gobierno central, y los gobiernos locales y regionales, las instituciones de salud pública y bienestar social deben establecer políticas públicas de salud mental y prevención para evitar tragedias. El PTSD es una enfermedad real. Las personas que viven una experiencia terrible y aterrorizante pueden tener PTSD. Se puede tratar con medicamentos y/o terapia. No existe en el Perú estadísticas sobre cuántas personas pueden sufrir de PTSD después de: - Ser víctima de una violación o abuso sexual - Ser golpeado o herido por un miembro de su familia - Ser víctima de un crimen de violencia - Estar en un accidente aéreo o automovilístico - Un huracán, tornado o incendio - Estar en una guerra o conflicto interno - Ser obligado a convertirse en refugiado - Estar en una situación en la que pensó que lo iban a matar - O, después de haber presenciado cualquiera de los eventos anteriores.
Las personas que sufren PTSD, a menudo tienen
pesadillas o pensamientos aterrorizantes sobre la
terrible experiencia que tuvo. La persona trata de mantenerse alejado
de cualquier cosa que le recuerda ese momento tan horrible. Puede sentirse
enojado e incapaz de preocuparse por otras personas o confiar en
ellas. Siempre está a la defensiva, pendiente de cualquier peligro. Las
personas que sufren PTSD son propensas en algunas situaciones de extremo estrés
asociadas a enfermedades mentales no diagnosticadas a tiempo y pueden cometer
un crimen y terminar en una tragedia. Las señales de PTSD tardan años
en manifestarse. El PTSD puede ocurrir a personas de
todas las edades. Hasta los niños lo pueden tener. Algunas
personas mejoran en seis meses mientras que otras pueden tardar mucho
más en mejorarse.
El PTSD es un trastorno cerebral serio que tiene un
sustento biológico. Recientes estudios científicos determinaron que las
personas con PTSD tienen una disminución en el tamaño de la región del cerebro
involucrada en el aprendizaje, la memoria y el desarrollo de las emociones, así
como una alteración en los niveles de algunos químicos del cerebro. Se
cree que estos cambios son causados por un incremento de las hormonas del
estrés producidas durante el evento traumático y durante los numerosos momentos
en que se revive el evento.
New York, Julio 21, 2012.
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es.scribd.com/doc/82506764/ENTRE-PROJIMOS-El-conflicto-armad
[i] -In 2000, the American Psychiatric Association revised the PTSD
diagnostic criteria in the fourth edition of its Diagnostic and Statistical
Manual of Mental Disorders (DSM-IV-TR)(1). The diagnostic criteria (A-F) are
specified below. Diagnostic criteria for PTSD include a history of exposure to
a traumatic event meeting two criteria and symptoms from each of three symptom
clusters: intrusive recollections, avoidant/numbing symptoms, and hyper-arousal
symptoms. A fifth criterion concerns duration of symptoms and a sixth assesses
functioning. Criterion A: stressor
:The person has been
exposed to a traumatic event in which both of the following have been present:
The person has experienced, witnessed, or been confronted with an event or
events that involve actual or threatened death or serious injury, or a threat
to the physical integrity of oneself or others. The person's response involved
intense fear, helplessness, or horror. In children, it may be expressed instead
by disorganized or agitated behavior.