Las comunidades latinas y judía en las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos
La elecciones presidenciales en Estados Unidos 2016 han colocado a electorado en una gran encrusijada, el discurso politico de Donald Trump ha tenido impacto en la clase media americana en los estados donde el anglo se ha sentido desplazado y ve al inmigrante como ajeno a su realidad economica, social y politica. Por otro lado el discurso politico de Sanders a conquistado a los jovenes norteamericanos, latinos y afroamericanos. Los ataques xenofobicos contra las comunidades de migrantes han tenido un impacto politico negativo y su respuesta se notara en las anforas eectorales. Las comunidades latinas y judia hoy son muy importante y porque no decir pueden inclinar el voto hacia el candidato Democrata como respuesta a la xenofobia y a los ataques contra mujer. Dos candidatos que han roto modelos politicos, y su respuesta es mas un descontento.
Las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos han colocado el creciente empoderamiento político de las comunidades latinas y judía en este país nuevamente en el tapete de las discusiones. Para bien y para mal, debido a la retórica populista y paranoica de ciertos candidatos que buscan polarizar y enardecer a sectores insatisfechos del electorado. Sin embargo, con 28 millones de votos potenciales, los latinos no pueden ser ignorados, como ha sido evidente en comicios recientes. Y por primera vez, la posibilidad de elegir un candidato judío a la presidencia toma vuelo.
Las comunidades latinas y judía y las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos
Las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos han colocado el creciente empoderamiento político de las comunidades latinas y judía en este país nuevamente en el tapete de las discusiones. Para bien y para mal, debido a la retórica populista y paranoica de ciertos candidatos que buscan polarizar y enardecer a sectores insatisfechos del electorado. Sin embargo, con 28 millones de votos potenciales, los latinos no pueden ser ignorados, como ha sido evidente en comicios recientes. Y por primera vez, la posibilidad de elegir un candidato judío a la presidencia toma vuelo.
Dentro de este universo, de por si diverso y
complejo, existe una pequeña pero importante minoría que tiene el enorme
potencial de ser catalizador y puente. Nos referimos a los judíos latinos, más
de 200,000 en este país, o 3 % de la población judía de 6.7 millones, y mucho
menos de la latina de 55, quienes arribaron y continúan arribando como
inmigrantes desde distintos países de América Latina y por un sin fin de
circunstancias.
Como grupos minoritarios, latinos y judíos están
sumando fuerzas en el establecimiento de una coalición que trae consigo
porcentajes demográficos de peso, así como amplia experiencia, influencia y
alcance políticos. Más allá de las conexiones históricas y coincidencias
éticas, ambas comunidades tienen intereses compartidos que incluyen la
promoción de una reforma migratoria, la confrontación de la retórica y el
comportamiento de odio y la articulación de apoyos para patrias nativas o
ancestrales en América Latina y en Israel.
Hasta el pasado reciente poco se conocía sobre este
grupo, una minoría dentro de otras dos. Pero ahora gracias a un estudio
comisionado por AJC (Comité Judío Americano) tenemos la oportunidad de entender
en profundidad el rol que este grupo en particular pude jugar tanto en los
ámbitos inter-grupal como en el de la diplomacia pública. Y cómo, a través de
la articulación de sus múltiples identidades, pueden apalancar conexiones
domésticas, iberoamericanas y trasnacionales.
Diez grupos de enfoque se llevaron a cabo en Miami,
Nueva York, Chicago, Houston y Los Ángeles recientemente, centrados en las
identidades étnica y cultural, conexiones transnacionales y participación
comunitaria. Los participantes confirmaron cómo sus identidades judía y latina
impactan su cotidianeidad y cómo su combinación excepcional los hace sentir al
mismo tiempo parte de y extraños a ambos grupos.
La edad promedio de este sector es de 48, más
jóvenes que los judíos de Estados Unidos, cuya edad promedio es de 50 años y
por encima de la de los latinos de 34. Son particularmente bien educados, 92%
son egresados de la universidad, y la mayoría cuenta con ciudadanía o
residencia en este país. Mantienen lazos no solo afectivos sino de
participación activa con sus países latinoamericanos de origen. De hecho se
autodefinen hoy por hoy más en términos de su país de origen que como
americanos.
Una gran mayoría, 81%, proviene de México,
Argentina y Venezuela resultado de diversas crisis socio-económicas y políticas
a lo largo de las ultimas 5 décadas. Su identidad judía gravita en torno a su
conexión con Israel y no con la pertenencia a la sinagoga, lo cual difiere
marcadamente del resto de los judíos americanos. Están comprometidos a la
transmisión no solo de su identidad judía de generación en generación sino de
su ser latinoamericano. De hecho, el hablar español y viajar continuamente a
América Latina como a Israel forma parte de su acervo cultural
inter-generacional.
Aunque comparten rasgos con otros inmigrantes
latinos y judíos en este país, su participación permanente con América Latina
se manifiesta no solo en lazos con sus familias y comunidades sino en su
interés por influir positivamente en las relaciones entre sus patrias actual,
nativa y ancestral, incluso décadas después de haber abandonado la región.
Muchos de ellos aún expresan aprecio por el hecho
que sus países de origen, algunos de ellos inmersos hoy por hoy en graves
problemas que motivaron su inmigración, hayan abierto sus fronteras a sus
familias cuando muchas otras permanecieron cerradas.
Esto contrasta con las actitudes de una gran
mayoría de latinos que en el mejor de los casos se identifican con sus lugares
de origen o el de sus familias en forma anecdótica, sin percatarse del rol
significativo que pueden jugar en ayudar a fortalecer las relaciones
interamericanas. De hecho, la política exterior no forma parte de las
prioridades de la comunidad latina organizada.
Afortunadamente estamos evidenciando cómo distintas
diásporas del universo latino de EEUU están abandonado esta tendencia y junto
con los gobiernos de sus lugares de origen tejen redes de solidaridad y de
intereses compartidos que benefician a la vez las relaciones bilaterales con su
nueva patria.
Los judíos latinos de EU son un claro ejemplo de trasnacionalismo,
que es el signo de nuestros tiempos con movimientos migratorios multitudinarios
y conflictivos en todo el orbe. Muchas sociedades del siglo XXI – como lo hemos
evidenciado en Europa- aunque desde el pasado se han ido construyendo con miembros
de distintos grupos nacionales, étnicos o religiosos, no terminan en dejar
atrás de una vez por todas esa peligrosa y destructiva aspiración por la
homogeneidad.
A través de sus identidades y pertenecías múltiples
que suma más que divide, los judíos latinos refuerzan el concepto del mundo
como aldea global.
Dina Siegel Vann es Directora del Arthur and
Rochelle Belfer Institute for Latino and Latin American Affairs del American
Jewish Committee en Washington DC. Twitter AJC Latino
(@AJCLatino) | Twitter