Soy un ciudadano
Soy
un ciudadano
El miércoles canté el himno nacional. Y hacía mucho que
no lo cantaba.
Desde el miércoles, lo he cantado tres veces más. Créeme
cuando digo que, desde el miércoles, lo canto con el alma. Duele la garganta y
se lleva todo mi aire en las notas altas (a las que no llego, pero no importa:
las canto igual). Mi himno es lo que tengo; es una columna vertebral
inquebrantable. Ahí está la historia del país en el que nací. Ahí están las
voces de cientos de miles de peruanos. Luchas, derrotas y victorias, grandes y
chicas. Todas están ahí.
No por mí solamente, sino por nosotros, treinta millones
cuatrocientos setenta y cinco mil peruanos (y te incluyo).
El poder dura poco. Dura lo que dura nuestra confianza en
ti. Tu paso es y será efímero. Tus errores, los sabremos corregir en el tiempo,
no importa cuánto nos tome. Por eso, no quiero hablar de tus errores sino del
mío: voté por ti y sí, me equivoqué.
Creí en tu sonrisa en la foto. Y sé cómo es, lo he hecho
varias veces: sonreír solo para convencer de que eres lo que el otro quiere.
Creí también en tus palabras, la mayoría sofritas en aceite usado, ensayadas,
enyesadas. Pero, peor aún, creí en mí al votar por ti: en mi esperanza, en mi
juventud, en mi ingenuidad y en mi futuro.
Te veo desesperad@, te queda poco tiempo y no has hecho
gran cosa. Trataste de traerte abajo a quien trató de perjudicarte a ti e
intentaste justificar los atropellos a tu propios valores, a tu ética, a tus
ideas, a eso por lo que me tendría que sentir orgulloso de haberte puesto donde
estás. Te atropellaste. Un@ no debe conducir borrach@ y mucho menos, borrach@
de poder. Te creíste eso de que en política todo vale, incluso comparar esa
miserable repartija con un acuerdo multipartidario por el bien del país. Tu
repartija colmó el vaso.
Congresista, presidente, voy a salir a las calles todas
las veces que haga falta. Lo hago para tratar de corregir mi error.
Quiero tratar de que, con mis gritos, algo cambie en ti,
que te pase algo parecido a lo que le pasó a Cecilia Tait: que despiertes. Que
te des cuenta de dónde estás, por quién estás donde estás y qué representas
desde allí. Ten dignidad, trátame con respeto, tenle cariño a mi país y escúchanos
bien: somos ciudadanos, ¿te acuerdas de lo que significa ser ciudadano? Se
parece a ser votante, solo que no está en venta.
Un ciudadano.
Martes, 23 de julio de 2013 | 4:30 am