El Cajon Peru

Historia del cajón Peruano en la música Negra del Perú

Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara
Sociólogo, MA, CASAC-T



El cajón es un instrumento musical de origen afroperuano que se ha popularizado en todo el mundo gracias al  jazz moderno, el nuevo flamenco y la música afro-latina-caribeña.  El cajón peruano tiene datos documentados de la existencia del cajón desde mediados del siglo XIX. El cajón fue reconocido oficialmente en Perú como «Patrimonio Cultural de la Nación» en el año 2001. El cajón nace de o para la música negra peruana, pero a principios de la década del 50 se incorpora a la marinera, tondero, el golpe áureo, y se incorpora incipientemente al vals en la década de los 60. Fue el popular "Gancho Arciniega", uno de los tañedores y primeros exponentes del cajón, quien lo incorpora al Vals, enriqueciendo esta forma musical, y transformando su carácter hacia un tono más festivo y sincopado.

El origen del cajón es afroperuano fue creación de la migración forzada de la diáspora africana. Fue creado por los negros esclavos en el Perú, durante la colonización española,  debido a la prohibición que pesaba sobre ellos para ejecutar sus tambores El uso de los tambores fue prohibido por la Iglesia Católica por considerarlos paganos y también prohibido por un edicto del virreinato del Perú de la época con el fin de evitar la comunicación a distancia entre negros (tambores parlantes) y evitar que tocasen el panalivio, un tipo de canción negra que mostraba en lamentos sus condiciones de esclavos. La inquisición de Lima y la iglesia católica de la época, decreto que todo tambor hallado, fuera quemado, y algunas ocasiones castigando los africanos  esclavos con azotes. La crueldad de la Inquisición de Lima, ha sido ignorada bajo el rotulo del catecismo, y también es una de las raíces de la discriminación contra los negros y negras peruanas. El cajón se convirtió en un instrumento de arte, música y poesía de la cultura afro-peruana, y fue incorporado a otras piezas musicales.

Hacia 1813 desaparece toda referencia del tambor en documentos virreinales y aparece hacia 1850 las primeras referencias al cajón como instrumento musical. Los negros esclavos usaban los cajones en los que transportaban la mercadería, sus descendientes ya libres, emplearon el mismo sistema, usaban todo aquello que le diera aquel repique, con ritmo de rebeldía. Los cajoneros obtienen diferentes sonidos de repique tocando en diferentes lados del cajón: las puntas del cajón tienen un sonido, la parte del centro otro, el filo superior, otro y así sucesivamente. Inclusive, llegan a lograr otro tipo de repique, desclavando una de las puntas superiores del cajón.

Los cajoneros negros peruanos, no necesitaron ni necesitan de diferentes tipos de cajón para lograr un sonido diferente. En el pasado no existía el cajón como se le conoce hoy día, el cajón carecía de forma definida y por ende no existían “tipos de cajones”.

Porfirio Vázquez, un negro cultor de la música afroperuana, fue quien le dio la forma actual al cajón. Es así que las creaciones puramente negras, son: el festejo, el agua nieve, el panalivio y aquellos sonidos de corte dulce-alegre netamente afroperuanos. El festejo es la danza afroperuana más antigua, africana y más representativa que tiene el pueblo negro-peruano; el festejo tradicional, el que se baila en los hogares negros peruanos, en las calles de los pueblos costeños, sobre todo en Cañete, Chincha, Pisco, Ica, y Nazca donde se baila sólo al ritmo de los cajones, tal como lo bailaban las antiguas negras esclavas el antiguo Perú.

La zamacueca y el tondero es otra de las danzas típicas afroperuanas, que nace de otra danza más antigua, denominada "ombligada".

Era ésta un baile en que se representaba la sexualidad;  hombre y mujer bailaban la ombligada, en clara alusión a la fertilidad. Nicomedes Santa Cruz, alude a esta danza como una de las fuentes originarias de la zamacueca, observando similitud con las danzas de iniciación sexual de otros países como Cuba o Brasil, donde se practicaba el  “vacunao”.

El tondero es una danza que nació de la competencia entre los indígenas y los negros del norte por demostrar quién practicaba y poseía la danza más bella; los indígenas con su “pava”  o los negros con su “lundero”. El tondero viene de la voz lundero, que habría sido aplicada para nominar a los que tocaban o practicaban el “lundu”, palabra de origen bantú, que significa “sucesor”.

Siendo la percusión el factor principal y divino de toda música africana, los negros esclavos se vieron obligados a buscar instrumentos, con los que pudieran expresarse. Los africanos esclavos, vieron pronto, en los cajones de madera, usados para transportar mercadería, un gran instrumento de percusión, empleándolos así en sus ritos sagrados y en sus diferentes manifestaciones artísticas. Ante la prohibición emitida el siglo XVII de usar el tambor, usaron cualquier elemento para producir sonido como las cucharas de madera, las sillas, las mesas, las cajitas de limosnas o el checo, una calabaza hueca de unos 60centímetros de diámetro, con un orificio en la parte posterior.

La etnia afroperuana, surge de la unión de etnias africanas (bene,  yoruba,  bantú, Congo, etc.), que llegaron a América en condición de esclavos, arrancados de su natal tierra. Etnias enemigas en África, pero que en América, intentaron dejar de lado sus diferencias, con el objetivo de obtener la ansiada libertad. Es importante resaltar que las poblaciones afroperuanas hasta el siglo  XIX, fueron mayoritarias en toda la costa y por ende influyeron poderosamente en ella, hasta 1890, en que la población afroperuana comienza a decrecer. Quizá de aquella época, cuando los negros influían mayoritariamente, se acuñó aquella frase tan común en el Perú: “El que no tiene de inga, tiene de mandinga”, que grafica claramente la expansión e influencia que ejerció el pueblo africano a lo largo de todo el territorio peruano.  El Cajón Peruano, llamado por el Decimista: Autor de Décimas peruano Don Nicomedes Santa Cruz, "Su Majestad, El Cajón ", nace y florece como instrumento a principios del siglo XIV, en que el empleo de este instrumento se generaliza en la forma que actualmente lo conocemos. Sin embargo, las "calabazas" o "chacombos" han empleados simultáneamente a los orígenes del cajón. En efecto, los pocos cronistas que han escrito acerca de la música peruana en tiempos de La fiesta de Amancaes, hablan de tambores, vihuelas y guitarras, e inclusive de "calabazas", pero aún no mencionaban al cajón.

En esas épocas, existen variedades de ingeniosos instrumentos con los cuales el músico se acompañaba, hay "tamboretes" que utilizaban un pedazo cuadrado de madera cepillada, sobre cuatro soportes, y también los llamados tambores. Estos eran hechos de troncos de árboles huecos y cortados de diferentes alturas, que se pulían y cubrían en uno y otro extremo, con piel de animales. Pancho Fierro en sus grabados costumbrista de la zamacueca, y el lundero o landó, no representa ningún instrumento de percusión en esas épocas, por lo cual se presume que el uso del cajón se generaliza años mas tarde. Al igual que la percusión, los ritmos peruanos de marcada influencia española van transformándose adoptando más elementos criollos y negros, y van tomando diferentes nombres, el Landó, o Lundero, el pan alivio, el aguanieves, el payandé y el festejo, para luego dar origen a la zamacueca, que queda oficializada como baile nacional con el nombre de Marinera, en honor a la flota naval Peruana. Estos ritmos cobraron forma con la inclusión del cajón. Es así que el cajón se convierte, casi exclusivo y auténticamente en el instrumento peruano de percusión, por excelencia.

El cajón peruano ahora es incluido en el estudio de los principales ritmos: Festejo, Landó, Zamacueca, Vals, Marinera y Panalivio. El percusionista se sienta sobre el instrumento y lo toca en su cara frontal con las manos, o dedos, según el tipo de sonido que quiere lograr. El cajón es quien lleva la base rítmica en un conjunto musical, y es usual en la música negra, que el tema se vea interrumpido para darle espacio al cajonero para que haga un "solo de cajón". Cuando hay más de un cajón, uno de ellos llevará la base rítmica, mientras que el otro adornara con matices sonoros, lo cual se denomina "florear".

También se puede encontrar formas de contrapunto entre dos cajones, entrando en un diálogo de percusión, mientras alternan las funciones de ritmo base y repicador, o "hembra y macho". (Instituto Nacional de Cultura. 1978). Pero es en la década de los 70 en que el cajón se difunde ampliamente entre grupos de folklore negro y gracias a la destacada participación de agrupaciones como el Conjunto Nacional de Folklore, dirigido por Victoria Santa Cruz, y la conocida agrupación "Perú Negro", dirigido por Ronaldo Campos.

Más tarde, el cajón brilla como instrumento predilecto y necesario en prácticamente toda manifestación de la música ¨criolla¨, y alcanza su apogeo en las épocas de Arturo Zambo Cavero. A partir de esta época, todo conjunto musical criollo exhibe el trío inseparable de Guitarra, Voz, y cajón. Diversos estudios señalan que el origine la popular frase "de cajón", expresión muy criolla que se emplea por decir que algo es clarísimo o muy necesario, se dice "claro, de cajón". Esta frase se popularizo en los barrios criollos de la Lima.

El cajón no tiene más de 50 años en su forma actual. Antes sólo acompañaba marineras y festejos; luego, al empezar las grabaciones, lo incorporaron al vals y el jazz". "Ha habido varios intentos por mejorar el cajón, pero no han tenido arraigo, pues el músico prefiere el cajón en su forma original.

  
New York, Septiembre 2009


Bibliografía y Referencias

Baca, Susana, Basili Francisco y Pereira, Ricardo. Del fuego y del agua. El aporte del negro a la formación de la música popular peruana. Lima, Editora Pregón, 1992.

Soto Caitro. De cajón. . El duende en la música afroperuana. Lima, Servicios Especiales de Edición, Empresa Editora El Comercio, 1995

Sánchez Bazán, José Oswaldo. El Cajón es del Perú. Monografías.com

Santa Cruz, Nicomedes. Su majestad el cajón. El Comercio, Suplemento Dominical, 14 de diciembre de 1969.

Santa Cruz Rafael, El Cajón Afroperuano. Lima – Perú

• Agencia Andina de Noticias (23 de mayo 2009). El cajón peruano se alista a conquistar el mundo» (en español) (Web). diciembre de 2009.
• María del Carmen Dongo, una de las mejores percusionistas de América Latina, ha estudiado con profundidad y dedicación todos los matices del poli ritmo afroperuano y brasileño, además de la gran cantera del Caribe. Su lucha por la revalorización, difusión y promoción del cajón peruano logró que el INC lo declarara Patrimonio Cultural de la Nación, en agosto de 2001, y que el mundo reconociera su origen peruano.
• Diario El Comercio (13 de diciembre). «Récord de Guinness de cajón. Cajoneada limeña obtuvo reconocimiento internacional» (en español) (Web).
• El libro de los Récords de Guinness concedió al II Festival Internacional del Cajón Peruano» el reconocimiento por haber reunido al mayor número de cajoneros en todo el mundo para tocar juntos, informaron los organizadores de dicho encuentro. El récord le fue notificado hoy al organizador del festival, Rafael Santa Cruz, quien afirmó: “Más allá de establecer un récord de Guinness, fue importante y sumamente emocionante reunir en una calle de la ciudad a 1.050 cajoneros no solo de Lima, sino también a otros llegados de provincias como Cañete y Chincha, además del extranjero”.
• Santa Cruz, Rafael Santa Cruz (2006). «Los Cajoneros». Calado, Silvia (2005). «Érase una vez... un nuevo instrumento». Flamenco-world.com.
• Calado, Silvia (2005). «Entre la palma y el taconeo». Flamenco-world.com. [editar] Véase también
• Origen, Historia, Características, Controversia, Cajoneros, Técnica, Tipos
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Edición de julio de 2005 
La Diaspora – Peru Documentation Project

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