Partida de JDC‏ : Javier Diez Canseco Por Gerardo Renique


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Partida de JDC
·         Javier Diez Canseco
Gerardo Renique (grenique@yahoo.com)
2:20 AM
Amig@s:

Muy apenado y encolerizado --como habrán de estar muchos de ustedes -- por la prematura muerte de JDC. Me pregunto quién hablara ahora los más jodidos quien tendrá la valentía de increpar a los poderosos con el coraje y decisión de JDC.

Si bien contemporáneo de  Javier y habiendo coincidido en los mismos escenarios, manifestaciones y discusiones políticas - los congresos de la Federación Minera, la formación de la UDP, los eventos de la CCP, los paros y manifestaciones de la CCP-- no fue sino hasta fines de la crítica década de los noventa en que entablamos una relación personal. El tratamiento en NYC de la enfermedad que también termino prematuramente con Alberto Tito Flores Galindo --del que se ocupo personalmente-- y posteriormente su estadía forzada en NYC a raíz del Fujigolpe; y más tarde su "vacación" forzada en NYC debida a la destrucción de su camioneta y el bombazo a su casa de Pueblo Libre crearon las condiciones para el acercamiento entre nuestras familias. 

Político y hombre a carta cabal JDC fue un admirable y ejemplar hombre de familia -- divertido, dicharachero y suelto de huesos fuera del ambiente del congreso, la reunión política o la manifestación pública. 

Admiro sobre manera su pasión y entrega a los derechos de los discapacitados; sus esfuerzos en favor de los presos --tanto comunes como políticos; su  temerario coraje de enfrentar a los poderosos sin más armas que la razón y esa fulminante mirada que les clavaba a los malvados.

Mucho recuerdo una de sus primeras acciones públicas después de ser elegido a la Asamblea Constituyente de 1979-1980 cuando solo se presento en el centro de "chuponeo" que mantenía la Marina  en Washington y Uruguay y prácticamente obligo a la prensa a que se ocuparan del asunto. Esa misma decisión y actitud temeraria mantuvo --según me contó con gran admiración Hugo Blanco-- durante la odisea
Que pasaran ambos durante su deportación a la Argentina durante el gobierno militar.

Mis más perecederos recuerdos sin embargo serán los de JDC y Liliana jugando con mi hijo Lucas durante su forzada estadía en NYC gracias a los atentados contra sus vidas del Fujimontesinismo; así su consternación y cariño cuando Tito Flores fuera diagnosticado con un terminal y prematuro cáncer.

Estoy más que seguro que donde quiera se encuentre JDC no está descansando en paz sino que estará creando alboroto y tratando de enderezar entuertos.

Hasta siempre JDC



Gerardo Renique
Associate Professor
Department of History
City College of the
City University of New

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