Obra Poetica de Beto Perez
Por: Beto Perez
No estoy ni
estaré seguro de que es lo que quiero,
pero de algo estoy
completamente seguro,
que es lo que no
quiero en mi vida para ser un tranquilo ser,
ahí va la lista o una
pequeña parte de ella.
no quiero ser un
conductor en el trafico limeño,
una excusa
en ningún idioma,
tampoco tu
compañero en los tiempos del cólera ni tu mareo en la sima,
menos tu droga o
tu conciencia,
no quiero ser
tus mañanas inciertas como las cierta,
no quiero ser
ni tu sádico ni tu masoquista favorito,
ni la luz en el
atardecer de tu vida,
no quiero ser
mas que nadie,
ni el pisador de
la capacidad ajena,
tampoco
tu príncipe azul,
ni tu pena
capital,
no quiero ser tu
violencia en una apacible playa norteña,
ni tus ojos
rojos, ni tu nariz destilando blanco,
tampoco tu super
ego,
ni el operador
de la ecuación del hoyo negro,
no quiero ser tu
centro ni tus extremos,
aunque llores a
lagrimas sueltas tampoco quiero ser tu gravedad ni tu magnetismo,
ni tu amante ni
tu amado, solo quiero por hoy ser algo diferente,
quizás yo
en la sonrisa de tus labios.
Orando
Necesito el mar
horadando tus
orillas
en el
interminable vaivén,
de los tiempos,
de la marea,
ir y venir, de
los afectos, de los
días.
Necesito la sombra
de los viejos
bosques,
de la tierra
de la semilla,
del húmedo
invierno,
del sol de primavera.
Necesito el cada día
que me nutre la
vida,
de la noche y el
descanso
correctamente
horizontal,
de la oscuridad
y el silencio,
de latidos
claros y labios
juntos,
de quietud
mansa, de
esperanza,
necesito la luz
del día,
otra vez el día,
y cuantos sean
necesarios
necesitar en
vida
el reflejo de tu
alma en tus
pupilas,
pura,con la mar
orando en
las orillas,
las lagrimas
sanan las heridas,
déjame hacerlo,
pulverizar el
dolor
con la fuerza
del olvido
en el olivar, en
el huerto
nadie esta vencido.
Necesito de los vientos,
de la reacción
en cadena,
de los fotones
en cóncavo
simétrico
del incansable
inconsciente,
del inhalar y
exhalar, oxidando respiro
del latido
percutivo,
involuntario
amigo, pendiente,
mientras vivo.
Necesito del ancho mundo,
mas que de los
ajenos
muros
de tu mente, del
espacio,
lo que necesito
mas,
es tu amor,
por el que estoy
vivo y muero
con paciencia
Cayó el sol intenso de verano,
cayó la luna llena de
sueños,
cayeron las lágrimas y
seguirá cayendo la justicia,
mientras la monja cae en
sus rodillas.
caigo de pie, ante los
ojos inciertos, de afectos inciertos,
como cae la bolsa de Nueva
York;
seguirá cayendo el tiempo,
mientras callas y
encalleces el corazón,
inundando la mente de lo
que filtra el alma,
no cae, hemos caído en el
punto de vista exclusivo,
como cae el sol en el
mar,
hay un fragmento del
mañana copado del pasado,
donde se refleja tu hoy,
tu cara tierna,
como tu ternura de
infancia esa que es mía para toda la
vida.