El nivel de aprobación de los congresistas peruanos es negativo en tema de ética y profesionalismo en su actividad laboral en el Congreso.
El nivel de aprobación de los congresistas peruanos es negativo
en tema de ética y profesionalismo en su actividad laboral en el
Congreso.
Por: Jorge Yeshayahu
Gonzales-Lara
Sociólogo MA, CASAC-T
La ética y el profesionalismo son
dos elementos ausentes en el aula magna del Congreso del Perú. Un congresista
leyendo su revista favorita de modas y modelos. Pero este no es el problema y
no es inmoral, es donde la lee y en horas de trabajo. El congreso es la aula
magna donde los congresistas y trabajan para legislar. Este principio se
aplicable en la empresa pública y privada.
Este tipo de comportamiento tiene
que ver con los valores éticos y ell
código de ética expresado en el profesionalismo de los llamados padres y madres de la Patria. Lo que requiere
el congresista es pedir disculpa por este tipo de comportamiento, desde su
desliz sexista o el lenguaje mordaz que atenta contra la dignidad ciudadana y la ética en una
cultura ciudadana.
Otros congresistas llegan en
manga de camisa, arrojan insultos contra el Presidente, Congresistas, la
primera dama y o funcionarios. Otras congresistas no tienen escrúpulos de
lanzar insultos en el Congreso en presencia de Delegación Internacionales. Los congresistas son los portadores sociales
de los ciudadanos que los eligieron para representar los intereses de la
sociedad societal y de los partidos o coaliciones que dicen representar.
El tema de la ética y representatividad
política de los congresistas ha puesto en evidencia, la quiebra entre el
Congresista, el Congreso y la Sociedad. Hay
congresistas que llegan a dormir al Congreso, otros tomar fotos a los senos de
las congresistas femeninas, y hay congresistas que más tiempo dedican a su
plática en el celular. Eso es el Congreso del
Perú. Cada tema social, económico, político o lectura legal sobre la
gobernabilidad y las políticas públicas se convierten en batallas
fundamentalistas interminables de expresiones desagradables; donde los
intereses personales del congresista y su partido priman sobre los intereses de
la ciudadanía y la Nación.
Los congresistas deben pedir
perdón y disculpas a la ciudadanía por estos tipos de conductas inapropiadas,
porque sus niveles de aceptación son negativos en el tema de ética y
profesionalismo en sus funciones de congresistas.