No todo es canibalismo político en esta revocatoria. Por: Augusto Álvarez Rodrich
Un nuevo espacio para la política
Domingo, 10 de marzo de 2013 | 4:30 am
Augusto Álvarez Rodrich
No todo es canibalismo político en esta revocatoria.
El canibalismo visto en esta revocatoria contra el municipio de Lima
lleva a pensar que la política peruana se sigue degradando en un ‘vale
todo’ donde las leyes se estiran como chicle para adaptarlas a fines
particulares y subalternos.
Y si gana el ‘Sí’, este proceso degenerativo se va a profundizar
porque el espíritu de vendetta se habrá instalado en la política peruana
por mucho tiempo, con una serie de consecuencias sumamente
perjudiciales.
Por ejemplo, el hecho de que pudiera triunfar el intento de tomar el
principal municipio del país –el de la capital de la república– al
abordaje, sin una motivación vinculada a la mejora de la ciudad, sino
sustentada en la angurria política –en este caso de Solidaridad Nacional
y del Apra–, que lleva a acortar mandatos populares, va a devenir, sin
duda, en una serie de réplicas en varios ámbitos.
Estas van a zarandear la institucionalidad política en todos los
municipios y en los gobiernos regionales, los cuales también están
sujetos a este instrumento que algunos creen que significa ‘más
democracia’ pero que, en la práctica, implica un severo deterioro de la
estabilidad política requerida por una buena gestión.
Pero, a diferencia del canibalismo político que se ha visto, este
tiempo también ha traído expresiones valiosas que llevan a pensar que no
todo está perdido y que la política peruana también puede ser un
espacio de gestos que permiten el optimismo
.
Es el caso, por ejemplo, al que se refirió el viernes esta modesta
columna sobre el apoyo de Lourdes Flores al ‘No’ en la revocatoria, no
obstante que ella fue derrotada por Villarán y que, además, podría
sacarle provecho político a la circunstancia.
Ese mismo día, Santiago Pedraglio terminó su interesante –como siempre–
columna preguntándose qué habría hecho la izquierda peruana si la
alcaldesa de Lima fuera ahora Flores y ella enfrentara una revocatoria
similar a la de Susana Villarán.
Hablar de ‘la izquierda’ es, obviamente, una simplificación para un
sector que cobija posiciones tan distintas, pero sí es válido imaginar
que muchos del lado zurdo se habrían sumado al cargamontón injusto como
el que hoy experimenta Villarán.
Un gesto como el de Lourdes Flores –sumado a su presencia solidaria
en el reconocimiento del jueves a Javier Diez Canseco– lleva a pensar
que sí es posible la confluencia de distintos modos de pensar pero que
coinciden en asuntos cruciales como el respeto a la institucionalidad
democrática, la decencia en la política y el buen manejo económico.
Sospecho que por ahí hay un espacio enorme y valioso que la política
peruana podría recorrer y que debería tener –ojalá– un mayor
protagonismo en las elecciones futuras.