La Campana de la Revocatoria :Pésima señal Por: Oswaldo Carpio
LA CAMPANA DE LA REVOCATORIA.
La campana de
la revocatoria se ha convertido en una nefasta campana contra la integridad de
los ciudadanos de Lima. La expresiones racistas entre insultos y mentiras,
busca encubrir uno de los principales problemas: La seguridad de los transeúntes,
usuarios del transporte público. Esto tiene que ver con la vida, seguridad, en
una ciudad de más de 8 millones de habitantes usuarios del servicio de
transporte público y privado, donde las leyes son ignoradas por choferes irresponsables
entre ellos dirigentes de transporte que apoyan la revocación del SI, en una
ciudad donde todo vale." La reforma de transporte se ha iniciado en el
ordenamiento de una ciudad donde los incidentes de accidentes de tránsitos han
enlutado ciento de familias, hoy un grupo de personajes del SI se niegan asumir
sus responsabilidades, buscan retornar a las viejas prácticas.
Editor. La Diaspora
Pésima señal
Por: Oswaldo Carpio
“Una cosa es con guitarra y otra con cajón” afirma el dicho popular peruano. Esta frase me parece pertinente cuando se trata de examinar el tema del transporte en Lima y los acuerdos entre la alcaldesa recién elegida, Susana Villarán y el señor Julio Rau Rau.
Oswaldo Carpio
“Una cosa es con guitarra y otra con
cajón” afirma el dicho popular peruano. Esta
frase me parece pertinente cuando se trata de examinar el tema del transporte
en Lima y los acuerdos entre la alcaldesa recién elegida, Susana Villarán y el
señor Julio Rau Rau, dirigente de la Corporación Nacional de Empresas de
Transporte del Perú. Este dirigente ha expresado siempre “que el 70% de las
papeletas impuestas por la policía y los inspectores son “fantasmas”. Ambos,
declararon a la prensa, al finalizar la reunión, que se habían puesto de
acuerdo con que no habrá más “papeletas fantasmas” y que se acabará “la
corrupción”.
Lo extraño de esta declaración, es que no hay un solo
compromiso sobre el respeto al peatón, al reglamento de tránsito, a la
obligatoriedad de pasar las revisiones técnicas anualmente, respetar la luz
roja y ámbar del semáforo, los cruceros peatonales y al pasajero; dejar de
jugar a las carreras de la muerte en las avenidas y calles; respetar medidas
elementales como no usar en los vehículos equipos de sonido al máximo de
volumen. Asimismo, respetar a las mujeres en general y a las universitarias y
escolares en particular sin “meterles la mano” o decirles las peores groserías;
no tocar el claxon a cada instante, dejar de gritar en cada esquina,
estacionarse en doble fila a recoger pasajeros, tener los vehículos aseados y
evitar –tal vez es mucho pedir- de orinar en la vía pública y desperdicios y
restos de comida desde las ventanas del chofer.
La información sobre el transporte en Lima, es muy clara.
Tanto la PNP, el Instituto Nacional de Salud, entidades públicas y
privadas dan cuenta con cifras sobre la responsabilidad de los transportistas y
la labor de los dirigentes. El sociólogo Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara,
desmiente a Rau Rau y a otros dirigentes, que se niegan a asumir su
responsabilidad por el pésimo servicio de transporte. Estos dirigentes
justifican con toda clase de “argumentos” el deplorable servicio que ofrecen.
Hicieron huelgas contra el Código de Tránsito, las revisiones técnicas, las
multas, etc. La falta absoluta de respeto al prójimo, al usuario, al
peatón y la justificación de todas las barbaries. La anomia absoluta.
El mismo día en que Rau Rau y Villarán sonreían a la
prensa, un cobrador más de una combi murió aplastado porque una “custer”
embistió a ésta y a otra combi, en el “gana gana” por los pasajeros. Un muerto
y tres vehículos destrozados en un distrito no sosegado como el de Magdalena.
¿Qué respondió el chofer a la periodista que le preguntó por el terrible
accidente, el muerto y los heridos? “Usté no entiende pe señita…”.
Hablan las cifras.
Las principales causas de los accidentes de tránsito son:
1) Exceso de velocidad, 26 %. 2) Imprudencia del conductor, 25%. 3) Imprudencia
del peatón, 15%. 4) Ebriedad del conductor, 8 %. 5) Desacato a la señal de
tránsito 6 %. 6) Otras, 20 %. La mayoría responsabiliza al conductor que
siempre se victimiza o se da a la fuga. Curiosamente, hoy las campañas son para
sancionar al peatón -al que se debe educar y también sancionar- pero se tiembla
de miedo frente a la impunidad de transportistas que no respetan ni la ley ni
las vidas de los usuarios. Un negocio en el que se mata al cliente. Es de
¿emprendedores modernos?
En los últimos diez años 31,355 personas han muerto en
accidentes de tránsito en el Perú. Pero mientras el 80 % de los conductores
resultan ilesos, el 90 % de los peatones y pasajeros resultan afectados, señala
el INS en un informe del año 2009. ¿Cuántas personas han quedado incapacitadas
de por vida en una década? 117,900 personas.
En Lima y Callao, los accidentes de tránsito fueron
47,795 en el año 2008. ¿Cuántas personas perdieron la vida en el país? 3,591
personas entre ellos madres gestantes y niños. ¿Quién defiende a los
vecinos? ¿Es democrático defender la impunidad de un gremio que chantajea y que
hace mercantilismo puro o defender a los vecinos-usuarios-ciudadanos?
El costo por accidentes, según los estudios realizados,
supera los 2 mil millones de dólares al año: muertos, discapacitados, vehículos
destruidos, horas hombre perdidas, tratamientos médicos, rehabilitación, etc.
Según Jorge Yeshayahu “más de 500 mil accidentes de
tránsito se registraron en los últimos 6 años; cada 18 minutos se produce un
accidentes de tránsito en el Perú; cada 24 horas mueren 10 personas. La cifra
de accidentes de tránsito aumentó en 47%. El número de muertos se incrementó de
un año a otro de 3,100 a 3,480 de acuerdo a cifras de la PNP”. Es que en la
pelea por “la china” o “por el sol” todo vale. Jorge Yeshayahu cita una
investigación de la UNMSM que revela que cerca del 40% de los choferes
estudiados padece de alteraciones psicológicas y de carácter psicopático, es
decir, los que manejan las llamadas “combis de la muerte” no logran distinguir
entre el bien y el mal.
Es cierto que hay que cambiar el sistema. Pero no se
podrá hacer si se juega al populismo que debilita el liderazgo. Un Gobierno
Municipal débil no será capaz de liderar los cambios ni avanzar en los temas
estratégicos que Lima necesita.
Rau
Rau y otros dirigentes han realizado paros contra las revisiones técnicas,
contra “el Código de Tránsito”, contra el monto de las multas, contra “las
papeletas fantasmas” y se han impuesto a autoridades débiles como el ministro
Cornejo -cuando estuvo a cargo del ministerio de Transportes- que aceptó, luego
de una huelga, que el transporte público tendría revisiones técnicas cada tres
años (¡!). Sin embargo, esta vez, los dirigentes transportistas han doblegado a
la alcaldesa recién elegida sin ningún paro y antes de juramentar el
cargo. Pésima señal.
San Juan de
Lurigancho, Perú, martes, 16 de noviembre de 2010