LOS CHICOS MALOS, SU MALA PRENSA Y LA REVOCACIÓN DEL MANDATO DE LA ALCALDESA DE LIMA
13 Ene 2013
LOS CHICOS MALOS, SU MALA PRENSA Y LA REVOCACIÓN DEL MANDATO DE LA ALCALDESA DE LIMA
Uno
de los temas recurrentes del verano político peruano es sin duda alguna
la campaña para revocar el mandato de la actual Alcaldesa de la Ciudad
de Lima, Susana Villarán. Uno de los argumentos centrales que manejan
sus opositores (muchos o casi todos pertenecientes al neo-fujimorismo y a
la derecha conservadora peruana) se basan en la hipótesis de su
ineficiencia e inexperiencia para gobernar la ciudad capital del Perú.
La idea es muy interesante, pero para aquilatarla en debida forma se
debería construir un marco de comparación basado en las gestiones de los
alcaldes que la precedieron a nivel metropolitano y también explorar la
gestión de los síndicos municipales distritales de la Gran Lima y del
Callao. Por ejemplo, Alex Kouri, ex alcalde del Callao enfrentó durante
sus mandatos denuncias por corrupción y peculado. Las cuales, bajo el
manto protector del ex alcalde de Lima, Castañeda Lossio y de los
gobiernos de Fujimori y Alan García, nunca se investigaron a
profundidad. Incluso, su actual partido político se encuentra sumergido
en una crisis derivada de “denuncias
de interceptación telefónica contra autoridades del Callao”, realizadas
por militantes de dicha organización política (La Republica,
28/3/2012).
Por su parte, el ex alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, fue denunciado por la Jueza
FANY SOLEDAD QUISPE FARFAN, el 9 de diciembre del 2010 por el delito
doloso de Malversación de Fondos que prevé el Art. 389° del Código Penal
peruano. En esta denuncia fueron involucrados los siguientes ex
funcionarios de la administración de Castañeda Lossio: Angel
Alfonso Pérez Rodas, Juan Gilberto Blest García, Carlos Manuel Chávez
Málaga, Carlos Manuel Asmat Dyer, Ulises Rodolfo Merino Rojas. Nombres
que resaltan entre los activistas inmersos en la campaña para revocar el
mandato de Susana Villarán.
En
una encuesta publicada por el diario Expreso el 15/12/2012, que mide el
sentir de la opinión pública limeña sobre el tema de la revocación del
mandato de la Alcaldesa Villarán, presenta los siguientes resultados: “de
un universo de 1,686 encuestados, un 61.7% está a favor de la
revocatoria de la alcaldesa de Lima Metropolitana, Susana Villarán de la
Puente, mientras que un 31.7% está en contra y un 6.6% no opinó al
respecto”. Según este ejercicio demoscópico, el grueso de la población que rechaza a Villarán se concentraría en la
periferia de la ciudad: Villa María del Triunfo (92.6% apoya la
revocatoria), San Juan de Miraflores (79.3%), El Agustino (78.6%),
Independencia (78.6%), Villa El Salvador (77.8%), y San Juan de
Lurigancho (74.6%). Curiosamente presenta también datos sobre el apoyo
de sus posibles sucesores: “Según Idice el 36.1% votaría por el ex
alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, 25.6% por Pedro Pablo Kuczynski,
el 10.0% por Alex Kouri. Con 7.1% aparece Francis Allison, alcalde de
Magdalena del Mar”. Cabe señalar que la encuesta citada ha sido
desmentida por otras posteriores presentadas por Radio programas del
Perú (RPP) y el diario la Republica. Asimismo, Expreso se ha
caracterizado en otros momentos políticos como las últimas dos
elecciones presidenciales por presentar encuestas que al final han
quedado muy alejadas de los resultados finales expresados en las urnas y
por caracterizarse por ser uno de los principales voceros de la derecha
neofujimorista y criolla peruana. En el fondo, la campaña contra Susana
Villarán es un intento político para que la derecha más recalcitrante
vuelva a gobernar la capital del Perú. Ciertamente Villarán ha tenido
errores en su gestión, ¿pero qué gobernante municipal no los tendría en
un contexto de aprendizaje y de enfrentamiento con los poderes fácticos
que han hecho de ciertos sectores de Lima sus feudos económicos y
políticos? ¿porqué los medios de comunicación escritos y electrónicos no
le pidieron los mismo estándares de trasparencia y accountibility a los
alcaldes que la precedieron?
Guillermo
O´Donnell, uno de los politólogos más importantes de América Latina
nos señalaba en uno de sus estudios que la debilidad en la rendición de
cuentas en buena parte de las democracias de la región se debía a la
transgresión ilegal de una agencia estatal de la autoridad de otra y
señalaba que la corrupción consistía en el desarrollo de ventajas
ilícitas que los funcionarios obtienen para sí mismos y sus asociados.
Estos principios rectores y su aprendizaje y puesta en práctica por la
clase política peruana son fundamentales para que la sociedad y la
ciudadanía peruana recuperen la confianza en la clase política y en sus
partidos políticos. En este sentido es importante señalar, que según la
última encuesta de Latinobarómetros, apenas el 44.7% de la ciudadanía
peruana se encuentra satisfecha con su democracia.
Para
concluir, y después de exhibir algunos datos estadísticos y de
coyuntura, la perspectiva sobre el tema de la revocatoria del mandato de
Susana Villarán y los argumentos que la sostienen se diluyen y aparece
en plenitud una mediocre y vil campaña política de actores que quieren
seguir profitando de la Ciudad de Lima. Algo así como la campaña
desatada por el oligofrénico cardenal Cipriani sobre la Pontificia
Universidad Católica de Lima. Al fin de cuentas los chicos malos, siguen
siendo chicos malos y por supuesto muy poco democráticos.