En Estados Unidos hay casi un arma por cada habitante
En Estados Unidos hay casi un arma por cada
habitante
Enrique Soria
AYLLUTIMES/LA DIASPORA
La matanza de la escuela de Sandy Hook en la ciudad de
Newtown ha tenido inmediata repercusiones en la sociedad y en el mundo de la
polÃtica. Ha sido la gota que colmó el vaso y que hoy pone al descubierto las
espeluznantes estadisticas de muerte violenta a causa de armas de fuego que
sacuden a este paÃs, ejemplo de democracia y civilización, pero que convive con
una ley constitucional que permite que cualquier ciudadano de los Estados
Unidos puede acceder a obtener armas de asalto sofisticadas.
Según el Foro de Seguridad en los Estados Unidos a diario
mueren 13 niños como consecuencia de accidentes con armas de fuego. El 50% de
esos menores, muertos o heridos a causa de esas armas, son productos de
incidentes ocurridos en el hogar, y un 38 por ciento ocurren en casas de
parientes y amigos. AsÃ, la probabilidad de que un menor estadounidense muera
por un disparo de arma de fuego es mayor que las probabilidades que ocurran en
la suma de los 25 paÃses más industrializados.
De acuerdo a un análisis de las Naciones Unidas para el
Control de Drogas, Gallup, Pew Investigación y Harris Interactivo, en los
Estados Unidos hay 315 millones de habitantes donde existen 300 millones de
armas, es decir 88.8 armas de fuego por cada 100 habitantes. Significa que
existe casi una arma por cada persona. El 47% de los habitantes de este paÃs le
informaron a Gallup en el 2011 que tenÃan al menos un arma en casa.
Los Estados Unidos han registrado en los últimos 20 años
23 casos de masacres similares a la de escuela primaria de Newtown. El año
pasado se registraron 14,000 asesinatos ocurridos en este paÃs, 10,000 de ellos
causados por armas de fuego. De acuerdo a la National Instant Chek System, el
sistema nacional que contabiliza el comercio de armas, se vendieron en lo que
va del año 16 millones 800 mil armas de fuego.
Esto supone un crecimiento del doble de ventas en una
década. Solo entre el 2006 y el 2011 la venta de escopetas de caza creció un 30
por ciento. En el 2009 hubo casi 600 muertos en accidentes provocados por armas
de fuego y casi 19,000 suicidios por el mismo medio.
El presidente Barack Obama acaba de formar una comisión
multidisciplinaria, encabezada por el vicepresidente Joe Biden para poner coto
a las armas de fuego, sobre todo a la facilidad con las que los habitantes se
han hecho de armas de asalto. Se trata precisamente de prohibir los fusiles de
asalto, revisar los antecedentes de todos los compradores de armas, la
reducción del número de balas, entre otras medidas, además de reformar la
atención de la salud mental y la educación.
Todo un desafÃo para un paÃs donde la mayorÃa de los dos
partidos politicos y la mayorÃa de la población creen, como lo cree el
presidente Obama, en la Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados
Unidos, que desde su fundación le otorga el derecho a sus ciudadanos de
armarse. Este pais vive a diario con el culto a las armas al punto que la
organización más antigua de defensa de los derechos civiles es la NRA
(Asociación Nacional del Rifle), de la que el expresidente Ronald Reagan fue
miembro, y una celebridad como el actor de Hollywood, Charlton Heston, fue su
presidente. Agrupa a cuatro millones de miembros.
Se considera el grupo de cabildeo más poderoso de los
Estados Unidos y gracias al NRA mucho de los congresistas y senadores han
alcanzado un curul parlamentario en Washington DC. Casi la mitad de las armas
que se venden en este paÃs son en ferias y exposiciones organizadas por el NRA.
En esos eventos se vende y compra cualquier tipo de armamento sin ninguna clase
de comprobación previa, y eso incluye a un perturbado mental o a un ex
convicto.
Si la nueva misión de la comisión Biden consigue
restringir esa compra venta y entrar en los antecedentes de los compradores se
habrá dado un gran paso, aunque a la larga insuficiente mientras prevalezca la
Segunda Enmienda, que al parecer no será cuestionada por los poderes politicos
pese al horror de la matanza de Newtown, donde el joven asesino portó casi
todas las armas de asalto que su madre asesinada adquirió legalmente.
Resulta incomprensible que una mujer divorciada que vivÃa
cómodamemte gracias a la pensión que le pasaba su ex marido (240,000 dólares
anuales) en un tranquilo vecindario fundado hace tres siglos, donde solo habÃa
ocurrido una muerte violenta en diez años, y donde viven apenas 27,000
personas, con un ingreso medio de 90,000 dólares (solo el 3% de la población
vive por debajo del umbral de la pobreza) tuviera en su casa un Bushmaster
AR-15, la versión civil del fusil de asalto M-16, empleado por las fuerzas
armadas, además de dos pistolas semiautomáticas y múltiples cartuchos de treinta
balas cada uno.
Este culto a las armas se ve imposible de ser alterado en
cuanto se perciba como un derecho civil, aunque las voces que han interpretado
antes con otra visión la Segunda Enmienda, hoy cobren cierta fuerza ante el
horror de Newtown que ha oscurecido las visperas de las navidades en los
Estados Unidos.
La Segunda Enmienda de la Constitución de los Estados
Unidos fue redactada por James Madison para calmar las sospechas de sus
coterráneos del sur de que los federalistas de Nueva Inglaterra se proponÃan
crear un estado central que acaparara todo. La letra de la enmienda en cuestión
dice: “siendo necesaria una bien regulada milicia para la seguridad de un
estado libre, el derecho del pueblo a tener y portar armas de fuego no debe de
ser infringido”.
Pero el contexto polÃtico y social que rodeó a Madison
fue anterior a la creación de un ejército nacional estadounidense y cuando las
milicias eran el principal cuerpo de protección de los ciudadanos, las mismas
que habian declarado la guerra a Inglaterra.
Como casi el integro de los milicianos compartÃan un
estilo de vida rural alejado de los centros urbanos, aquellos consideraban que
la protección de sus familias era su responsabilidad, lo que se desarrolló con
el tiempo y ante la desconfianza de la existencia de un estado central.
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