En casi todos los estados se pueden llevar armas al cinto o en una cartuchera bajo el brazo : Más de un millón de personas han muerto a tiros en EEUU
Más de un millón de personas han muerto a tiros en EEUU
Enrique Soria
AYLLUTIMES/ LA DIASPORA
Las cifras siguen siendo reveladoras. Más de un millón de personas han muerto a tiros en Estados Unidos durante los últimos cuarenta años. Más del 40 por ciento de las ventas de armas
quedan fuera de la ley porque ocurren entre particulares, es decir las
autoridades solo conocen las transacciones que se producen en las
armerías registradas.
Esto significa que ese 40 por ciento transcurre, por ejemplo, en sitios web especializados que sirven de intermediarios entre los interesados, o en exhibiciones de arma de fuego. Las estadísticas también indican que los hombres (uno de cada tres) tienden más que las mujeres (una de cada diez) a adquirir armas de fuego.
Asimismo,
las personas de raza blanca poseen más armas que los afroamericanos, y
éstas circulan más en el campo que en la ciudad y son más frecuentes
entre gente mayor que entre jóvenes. En 1994 una ley federal prohibió la
producción y la venta de armas de asalto, pero después del 2004 el Congreso no la renovó.
En junio del 2008 la Corte Suprema de los Estados Unidos se pronunció por primera vez sobre el derecho constitucional a poseer armas de fuego en relación a una ley vigente que regía en Washington DC desde 1976, que prohibía la compra y posesión de armas. El tribunal supremo votó de forma apretada (cinco a cuatro) en contra de esa ley, “una victoria histórica”, tal como la definió el senador y ex candidato a presidente de los Estados Unidos, John McCain.
Pero igualmente, Barack Obama,
de forma más tamizada, comentó la decisión de la máxima corte de los
Estados Unidos al precisar “siempre he creído en el derecho de los
individuos a poseer armas, pero también me identifico con la necesidad
de las comunidades arrasadas por la violencia”.
Y
es que si a grandes rasgos la pasión por poseer armas de fuego
corresponde más a ciudadanos conservadores, en última instancia las armas es una cuestión que va más allá de las agendas
partidarias. Una vez conocida la decisión de la Corte Suprema de los
Estados Unidos sobre la ley de 1976 de Washington DC, un 61 por ciento
de los lectores del liberal periódico Washington Post respaldó el
veredicto.
Este supuso un gran triunfo para la NRA (Asociacion Nacional del Rifle) por sus siglas en inglés, que cuando se fundó en 1871 era una asociación defensora de la caza y del tiro de competición. Nadie imaginaría, que un siglo y medio después, la NRA, que fue fundada por dos veteranos de la Guerra Civil de los Estados Unidos, un abogado y un reportero de The New York Times, influenciarían en temas de enorme relevancia como la reforma sanitaria y la financiación de las campañas electorales.
Incluso,
en la convulsa década de los 60, la NRA no tenía como principal
propósito en su agenda la defensa del derecho constitucional a poseer
armas, antes bien ese derecho lo agitaba la comunidad negra, ya sea a través de Huey Newton , fundador de las Panteras
Negras en 1966, o de los nacionalistas afroamericanos liderados por
Malcolm X en 1964. Se hablaba en ese entonces de la necesidad de que la
comunidad negra se armara como autodefensa ante una sociedad racista.
Hoy por hoy la NRA posee su cuartel general en Virginia , un moderno edificio de cristal con un museo dedicado a las armas de fuego y con propaganda que va, desde carteles que explican la bondades de las armas, hasta la difusión de su ideario mediante su publicación American Rifleman.
No
es una casualidad que la sede de la NRA quede en Virginia . En ese
estado es legal llevar una pistola al cinto o en una cartuchera bajo el
brazo, tan visible y como lo hacen las fuerzas policiales, y en todo
momento de la actividad humana. Casi todos los estados, menos seis, permiten portar armas a la vista. Y en todos, menos en Illinois
y Washington DC , se puede llevar las armas de manera escondida, es
decir bajo un saco o abrigo, o en la guantera del automóvil.
El
poder de la NRA es incuestionable, aunque ahora tendrá que pasar por
una prueba de fuego tras la masacre de Newtown en Connecticut que ha
sacudido a todo el país. La determinación de la Casa Banca de hacer algo
en serio contra la proliferación de las armas, y muy en particular con
la posesión de las armas de asalto, al comisionar al vicepresidente Joe
Biden para este trabajo, ha sido contestado por la NRA con beligerancia.
A
través de su vicepresidente, Wayne Lapierre, la NRA ha señalado que la
respuesta para detener las matanzas no son poner en funcionamiento
comisiones gubernamentales ni la dación de leyes, sino pertrechar de
armas determinados lugares, como las escuelas, es decir armar a los
profesores y agentes de seguridad en los colegios. “Las leyes no son la
respuesta, la única manera de detener a un tipo perverso armado es un
buen hombre también armado”, ha manifestado Lapierre. (Enrique Soria)
Este
artículo periodístico es auspiciado por la Asociación de Profesionales y
Técnicos Nacionalistas en USA (ASPROTENA) que alienta el trabajo
profesional realizado por peruanos en los Estados Unidos