La Pseudología fantástica de Martha Chávez y la conducta desordenada en el Congreso de la Republica del Peru
en el mercado de pulgas
Por: Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara.
La congresista fujimorista electa Martha Chávez y la ex-congresista desaforada, Luz Salgado buscaron convertir la sala Magna del Congreso de la Republica en un mercado de pulgas. Este escándalo se produce frente a invitados extranjeros, presidentes, diplomáticos e invitados especiales de América Latina, Estados Unidos y Europa. Es el primer incidente en la historia de América Latina que en la juramentación presidencial en un evento protocolar se produzca un escándalo de tal dimensión por la congresista fujimorista Martha Chávez. La mentira es una conducta cotidiana de los humanos, ya desde los más remotos orígenes, por ejemplo, las mentiras de Adán registradas en el Génesis, y aunque tiene mala fama la mentira, se considera uno de los recursos más útiles y deseables para conseguir lo que nos proponemos. Una mentira es una afirmación de cuya falsedad solo sabe quien la dice y que supone un intento de conseguir un objetivo preconcebido. Ahora bien, la pseudología fantástica es un cuadro patológico caracterizado por la continua fabricación de falsedades groseras, desproporcionadas con relación a cualquier ventaja que pudiera obtenerse, y que normalmente incluyen una caterva de fantasías inciertas, que pueden llegar a configurar un engaño complejo sistemático, y que a diferencia de la mentira ordinaria, se origina en motivaciones patológicas y mecanismos psicopatológicos. En el caso de la conducta desordenada y las falsedades groseras expresada en la aula Magna de Congreso contra los invitados representantes de los gobiernos internacionales y contra el presidente electo del Perú Ollanta Humala, la comunidad internacional y las diásporas peruanas. El comportamiento narcisista de Martha Chávez de juramentar por el convicto por delitos que lezan la humanidad evidencia una conducta distorsionada, semejante a los que promueven la pornografía infantil.
Este tipo de conducta se expresa en la conducta cotidiana de un segmento de peruanos, inclusive algunos diarios, periodistas y reporteros buscan justificar esta conducta impropia aduciendo que este tipo de escándalo ha ocurrido en las salas Magnas de otros países, (Argentina, Mexico, Brazil, Bolivia, Ecuador, Espana, El Salvador) porque habría que escandalizarse. Es obvio que este tipo de conducta impropia no tiene justificación alguna y que puede ser atribuido a factores psicopáticos de los actores. El mecanismo básico es relativamente simple, en un primer momento el engaño aparece hacia uno mismo y hacia otro de forma consciente y deliberada, pero con el tiempo, el sujeto acaba convencido de la realidad de sus afirmaciones, momento en que el proceso se vuelve inconsciente y las afirmaciones pueden ser cada vez más fantásticos. Este proceso se ha atribuido según diversos estudios a factores psicopáticos, a trastornos de personalidad borderline, narcisista o histriónico. La mentira sería un mecanismo de reducción de la ansiedad o culpa por algo de lo que no nos sentimos orgullosos. A través del escándalo político y la irreverencia solo busca la atención. Para personajes como Martha Chávez la Constitución es un conjunto de páginas que personifica a un golpista como Alberto Fujimori, esto explica el juramento de lealtad a Alberto Fujimori ciudadano japonés, lo que constituye traición a la Patria jurar lealtad a un extranjero en la aula Magna del Congreso y en presencia de delegados, congresistas y representantes internacionales. Martha Chávez cometió traición al Patria al jurar por un extranjero nacionalizado japonés, en la sala del Congreso, sin que ningún Padre de la Patria cuestionara este comportamiento en presencia de delegados internacionales. Lo que amerita una sanción del comité de ética del Congreso.
En muchos de los casos el sujeto sobrevolando una realidad que resulta, de otra forma, demasiado anodina y dolorosa de soportar. La atención inicial y las poderosas retribuciones sociales que las mentiras provocan a corto plazo, actúan como grandes reforzadores. El mentiroso y la mentirosa patológico/a a menudo es inteligente y educado, pero en ocasiones muestra un trastorno del aprendizaje. Este es el caso de Martha Chávez y Luz Salgado que muestran un trastorno del aprendizaje, donde la concertación y el respecto a las diferencias para la transformación del Perú no pueden ser concebidos como políticas conciliadoras donde el dialogo es la política de concertación. Estos dos personajes, Chávez y Salgado que se aferran a sus propias mentiras y crean sus dioses de barro se han convertidos en una vergüenza nacional para el Perú y los peruanos residentes en el exterior.