¿Y ahora? Una mirada a las elecciones peruana desde la salita del SIN
Opinion entorno a las elecciones del Peru.
Por: Carlos Bernales (CABE)
¿Y ahora? Una mirada a las elecciones peruana
desde la salita del SIN
Por: Carlos Bernales (CABE)
Se ufanaban de tenerlo todo controlado. El antisistema ya no existía gracias a la bonanza que experimenta el país. Tenían 4 candidatos que parecían siameses múltiples porque todos bailaban la misma música y perdían el mismo paso. Convirtieron las elecciones en un capítulo de Recargados de risa, o en un Ferrando cuyo trampolín a la fama funcionó para tocar el "campanazo" que catapultó a la "gringa" Inga reencarnada en Pedro Pablo Kuczynski.
Como siempre, en cada período electoral, la vieja y nueva oligarquía convirtió al Perú en un gran circo... pero sin pan. Y así no funcionan las cosas.
Ahora están desesperados. Porque con el fujimorismo, los manejos económicos de las empresas costarán más, porque las tarifas coimeras subirán como con el precio del petróleo porque así lo manda el mercado, y quien no pague al contado rabioso, tendrá al SUNAT para convencerle de que siempre se pueden hacer algunos "arreglitos". Algunas empresas nacionales sentirán la amenaza de despedirse de sus negocios, como cuando la Coca Cola se hizo de nuestro sabor nacional, Inca Kola, gracias a la ayuda del Doctor en su salita del SIN, donde todo se arreglaba al "cash", o contado rabioso.
Mantener la angurria de los fujimontesinistas en el poder no será muy barato. Además esta gente no juega. Para ellos, como para toda mafia, la vida no vale nada si no se paga por adelantado. Es que los trabajos sucios en el que los fujimoristas se mueven como pez en el agua, cuestan caro, arregalar licitaciones, trepar a un alto cargo en el ministerio, hacer trabajar la "vista gorda" para no pagar impuestos, o realizar faenones que tanto le gustan a los Quimper, León y tío George del Castillo, o meterle bala a los trabajadores que protestan, a las comunidades que resisten y a los pueblos que bloquean los caminos a quienes bloquean su bienestar. Todo eso que es parte del habitual y putrefacto mundo de las empresas privadas de ética y moral, sería la política de estado del fujimorismo si regresa al poder.
Quien sabe si hasta podría ser más barato y menos complicado pagar el impuesto a las sobreganancias y dar unos aumentos salariales y todos contentos. ¿Hará la burguesía peruana esta refexión final?
Muy difícil. La burguesía peruana está acostumbrada a actuar con espíritu de mafia. Es más, muy difícilmente puede ser calificada de burguesía. En la historia, las burguesías han desarrollado los medios de producción. La burguesía peruana solo ha desárrollado los medios de putrefacción.
El caso es que no sólo ellos están que se comen las uñas. La incertidumbre afecta a todos los peruanos y peruanas por igual. No cabe duda que la opción fujimontesista llegaría al poder para derrotar a quienes han osado desafiar su sistema votando por Humala y antes por Villarán. Los fujimontesinistas saben como castigar, Keiko se la ha pasado amenazando con aplicar la pena de muerte con la excusa de llevar a este extremo a los violadores de niños. Pero ya sabemos que a las dictaduras lo último que se les ocurre es proteger a los niños porque están más ocupadas persiguiendo opositores.
Es por eso que urge una definición, porque no es lo mismo que salga quien salga. En el Perú la disyuntiva es clara: o la barbarie fujimontesinista o el reformismo blanqueado de Ollanta Humala. No cabe duda de que la opción del pueblo es Humala, aunque todo indique que para evitar la barbarie se deban hacer conseciones, como permitir y hasta aconsejar una alianza con el Toledismo. La alianza Gana Perú con Perú Posible, no es nueva, funcionó durante la época de la Marcha de los 4 Suyos en la que los votos que hoy empujan a Humala fueron los que llevaron al poder a Perú Posible. En este punto, se le puede tomar la palabra a Toledo respecto a la "defensa de los derechos humanos y crecimiento con inclusión social". Esta es la hora en que Toledo debe decidir si lo que dijo fue sólo parte de la vieja demagogia o si, por el contrario, está dispuesto a impedir que sus otrora enemigos, los fujimontesinistas, se allanen el camino hacia el poder.
Ya sabemos que no podemos lograr el socialismo en las condiciones actuales, pero la situación no está para jugar ni para anteponer fundamentalismos de ultraizquierda frente a una realidad concreta. La tarea fundamental del momento es impedir el triunfo electoral del fujimontesinismo. Esto, por supuesto, no tiene que vulnerar la demanda de los socialistas por una Asamblea Constituyente que desprivatice el estado, para que éste deje de ser una "service" de las corporaciones capitalistas. Tampoco impedirá que sigamos nuestras denuncias contra el sistema capitalista, cuyo estado Humala deberá administrar. Mucho menos esto arrincona o envía al archivo, nuestra lucha indeclinable por el triunfo del socialismo. No debemos dejar de lado que para luchar se necesita estar con vida y para vivirla, lucharla y contarla hay que derrotar a la macabra opción de muerte que llegaría con el fujimorismo.
Sin arriar la bandera del socialismo, todos a votar por Humala en la segunda vuelta.
New York April 12, 2011