ESPECIAL SOBRE MARIO VARGAS LLOSA PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010

TIEMPO NUEVO
Por Addhemar Sierralta
Año 2 No. 99 Miami 09 de octubre de 2010.

ESPECIAL SOBRE MARIO VARGAS LLOSA
PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010

Selecciones:

UN GRAN SER HUMANO OBTUVO EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010, Por Addhemar Sierralta.
• PERUANO MARIO VARGAS LLOSA, PREMIO NOBEL DE LITERAURA – AL FIN SE HIZO JUSTICIA. ANALISIS GLOBAL
• MARIO VARGAS LLOSA PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010, Por Jorge Yeshayahu Gonzáles-Lara).
• MARIO VARGAS LLOSA: LOS PODERES SECRETOS DE LA LITERATURA, Por Eduardo González Viaña.
• ROMPIENDO LA MALDICIÓN, Por Carlos Garrido Chalén.
• INTELECTUALES Y POLÍTICOS DE VENEZUELA CELEBRAN NOBEL A VARGAS LLOSA.
• UN NOBEL A LA LIBERTAD, Por Antonio Sánchez García.
• LA DERROTA DE CHÁVEZ, Por Mario Vargas Llosa.
• VARGAS LLOSA CRITICÓ A LAS DICTADURAS.
• VARGAS LLOSA: Premio Nobel e Intelectual Publico, Por Gerardo Renique
UN GRAN SER HUMANO OBTUVO EL PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010.
Por Addhemar Sierralta
Miami, Octubre 2010.
El ser peruano, el haber estudiado en el Colegio Militar Leoncio Prado y en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, así como la práctica del periodismo, la participación en política, vivir parcialmente en el extranjero, el amor a las letras y la tarea de escribidor –salvando las distancias de su gran calidad y logros- es lo que me une a Mario Vargas Llosa nuestro laureado escritor que acaba de ser designado con el Premio Nobel de Literatura 2010. Por ello lo entiendo en muchas de sus opiniones.

Le ocurrió a Mario Vargas Llosa lo mismo que a Pérez de Cuéllar. Fue cuando el pueblo de mi país, dejando de lado las calidades humanas, honradez y talla mundial de ambos, prefirió elegir a Fujimori, un cuasi extranjero que hoy purga prisión por una serie de delitos que nos avergüenzan.
Muchos de los grandes hombres tardan en ser reconocidos. Se esperó décadas para que la Academia Sueca diera su brazo a torcer y le otorgara el galardón –el último que le faltaba- hartamente merecido. Su obra, que va desde el cuento como Los Cachorros, sus famosas novelas como La Ciudad y los Perros, La Casa Verde, Pantaleón y las Visitadoras, La Fiesta del Chivo y muchas otras, abarca el teatro como en La Señorita de Tacna y otras, ha sido traducida a múltiples idiomas y se han convertido en best sellers en gran parte del orbe.

Hay que destacar en Mario, además de su gran calidad literaria, su claro pensamiento político, defensa de la democracia y los derechos humanos, su dedicación familiar reflejada en el amor a su esposa Patricia y a sus hijos Álvaro, Gonzalo y Morgana. Constituye una especial característica de esposo, padre de familia amoroso y guía.
También es un abuelo consentidor.
Decir del flamante Premio Nobel que es disciplinado, constante, apasionado, no es nada nuevo. Lo importante es que es un hombre que con su fama y reconocimientos se mantiene sencillo y con el entusiasmo de continuar escribiendo como antaño.
Vaya, desde TIEMPO NUEVO, nuestro saludo a quien –como ejemplo de vida- nos ha proporcionado un orgullo para todos los peruanos y a toda la hispanidad.
En esta edición, especial en homenaje a Mario Vargas Llosa, consignamos diversas notas acerca de este acontecimiento las que esperamos sean de vuestro agrado. La primera es de ANALISIS GLOBAL:
Mario Vargas Llosa ganó el premio Nobel de literatura.
Mario Vargas Llosa ganó el premio Nobel de literatura. Este galardón, que se empezó a dar en 1901, ha sido entregado a casi 1,000 personas en 6 disciplinas: medicina-fisiología, química, física, economía, paz y literatura.

Sin embargo, es la primera vez que éste es otorgado a alguien nacido en Perú (el país que a nivel mundial figura como el número 20 en territorio y el 44 en población) o en lo que fuera el Incario (el mayor imperio precolombino).
No puedo dejar de ocultar cierta emoción por ello. Vargas Llosa es mi compatriota y con él comparto el haber vivido también en Bolivia y en residir como él en la Unión Europea. Desde menor de edad he podido leerlo y conversar con él en muchas ocasiones.

Me acuerdo cuando hace unos 3 lustros lo vi todo orgulloso en la London School of Economics asistiendo a la graduación de su hija Morgana, quien era conmigo la única otra peruana que cursaba historia en esa universidad. Me imagino, cuanto orgullo ahora debe sentir mi amiga por su padre, así como la celebración que debe haber por ello en mi patria.
Sin embargo, esa premiación no debe ser del total agrado para la mayor parte de los gobiernos izquierdistas de su subcontinente nativo, quienes lo ven como una especie de ‘renegado’.
El último Nobel de literatura que tuvo Iberoamérica (el comunista portugués José de Saramago) no pudo ver esa premiación pues murió pocas semanas antes y, en caso de haber seguido vivo, tampoco podía ver muy bien a Vargas Llosa.
Al igual que él y los otros 4 premios Nobel de literatura hispanoamericanos - Gabriela Mistral (1945), Pablo Neruda (1971), Gabriel García Márquez (1982) y Octavio Paz (1990) - Vargas Llosa había debutado como izquierdista. Los 2 primeros fueron chilenos que adoptaron seudónimos. Neruda fue comunista, García Márquez es amigo fiel de Fidel y Paz, si bien se fue apartando del castrismo, siempre se consideró como de una forma de izquierda.
Vargas Llosa, en cambio, transformó su admiración por el revolucionario con ‘fierros’ de una isla del Caribe por la de la ‘dama de hierro’ de una isla en Europa. De ser un hincha de la “revolución socialista” de Castro pasó a ser un 'fan' de su némesis: la “revolución privatizante” de Thatcher.

Las izquierdas han cuestionado como se le ha dado el Nobel de la paz a figuras estadounidenses que tildan de guerreristas como Kissinger (en 1973, el mismo año en que el promovía el Pinochetazo y poco antes de que reanudase la guerra vietnamita) o a Obama (en el 2009, poco antes de que él enviase más tropas para ocupar Afganistán). Sin embargo, éstas han ‘monopolizado’ los Nobel de literatura en Hispanoamérica.

Vargas Llosa ha roto esa tradición. El hace tiempo se distanció de todos sus antiguos camaradas que siguen simpatizando con el anti-imperialismo para convertirse en uno de los mayores propagandistas del nuevo liberalismo y pro-EEUU. A pesar de convertirse en el primer Nobel nacido en lo que fue la llamada “civilización socialista inca”, él es un oponente de los movimientos indigenistas y sus cercanías a España le llevó incluso a adoptar la nacionalidad de ésta.
El se convierte así en el primer derechista que gana un nobel de literatura en América Latina, algo que el finado Borges nunca pudo conseguir.
Suramérica es uno de los 6 continentes pero solo 10 premio Nobel han sido ganados por personas nacidas allí (un 1% del total), siendo la mitad de ellos a argentinos. A pesar que la mayoría de las naciones de América Latina nunca ha ganado un premio Nobel y que todos los que esta región ha obtenido solo suman 19 (igual que todos los obtenidos por el pequeño reino holandés y 16 veces menos que los 324 que ha sacado EEUU), los latinoamericanos debemos sentirnos orgullosos por el país que tiene más Nobel per cápita del mundo es una pequeña isla que ha creado su propio idioma criollo latinoamericano (Santa Lucía).

 
ANALISIS GLOBAL
PERUANO MARIO VARGAS LLOSA, PREMIO NOBEL DE LITERATURA - AL FIN SE HIZO JUSTICIA
JUEVES 7 DE OCTUBRE DE 2010
Faltaban todavía unos segundos para la una de la tarde cuando Peter Englund, secretario de la Academia sueca, abrió la famosa puerta blanca de la sede académica y pronunció el nombre del escritor hispano peruano Mario Vargas Llosa como nuevo galardonado con el premio más prestigioso de las letras universales. Lo dijo en varios idiomas y cerró "en castellano".

En declaraciones a EL PAÍS, el autor ha afirmado, tras conocer la noticia, que "es una gran alegría" que comparte "con tantos amigos". "Gracias a ustedes por felicitarme y por tenerme siempre cerca. Cuando nos llamaron, a Patricia [su esposa] le pareció que podía ser una broma", ha subrayado, informa Juan Cruz. Para el autor, que se reconoció "muy conmovido y entusiasmado", el premio supone un "reconocimiento a la lengua española". El escritor también ha señalado, a W Radio Colombia, que es "un estímulo fantástico". "Creía que había sido completamente olvidado por la Academia, ni siquiera sabía que el premio se entregaba este mes", ha declarado Vargas Llosa en declaraciones a la agencia sueca TT.
El Premio Nobel de Literatura 2010 fue celebrado de forma unánime por escritores y editores españoles e hispanoamericanos que asisten a la Feria del Libro de Fráncfort. Entre las felicitaciones recibidas por el escritor procedente de todos los rincones del mundo está la del presidente de Perú, Alan García, que se ha referido al galardón de su compatriota como "un acto de justicia". "El mundo reconoce la inteligencia y la voluntad libertaria y democrática de Vargas Llosa y es un acto de justicia enorme que en verdad esperábamos desde nuestra juventud", ha afirmado García en una entrevista con la radio local RPP, recogida por Efe.

Como siempre, las razones de la Academia caben en dos líneas: "Por su cartografía de las estructuras del poder y sus mordaces imágenes de la resistencia individual, la revuelta y la derrota". En el momento del fallo el escritor se encontraba en Nueva York, dictando un curso sobre Borges en la Universidad de Princeton. El próximo 10 de diciembre recibirá el premio con 10 millones de coronas suecas, 1,1 millones de euros) de manos del rey de Suecia en el auditorio de Estocolmo (dotado. Antes, la editorial Alfaguara publicará su nuevo libro, El sueño del celta (Alfaguara), un apasionante relato novelesco sobre un personaje histórico, Roger Casement (1864-1916), que indagó la brutalidad del Gobierno de Leopoldo II de Bélgica durante la colonización del Congo y la violencia contra los recolectores de caucho en el Amazonas.
"Pensar en el Nobel es malo para el estilo"
"Pensar en ello [el Premio Nobel] es malo para el estilo, tardío o no". Esa fue la respuesta que Mario Vargas Llosa dio en agosto a EL PAÍS durante la entrevista en la que hablaba extensamente sobre su nueva novela. "Siempre me ha angustiado mucho la idea de esos escritores que pierden el fuego, se callan", dijo también respecto a la tendencia de algunos escritores consagrados a convertirse en monumentos de sí mismo. "Me sentiría muy desgraciado si no pudiera trabajar. Con el tiempo se pierden capacidades, me temo que sí, pero hay que mantener la lucidez y el espíritu crítico. Perder el espíritu es una enfermedad en la que caen muchos escritores. Es como volverse una estatua en vida".
Nacido en Arequipa (Perú) el 28 de marzo de 1936, Mario Vargas Llosa, miembro de la Real Academia Española, atesoraba ya todos los premios importantes de su idioma: del Cervantes al Príncipe de Asturias. Después de años de sonar como favorito en todas las quinielas del Nobel, el escritor peruano ha visto recompensada una trayectoria que incluye clásicos de la literatura contemporánea como La ciudad y los perros (1962), La casa verde (1965) o Conversación en La Catedral (1969).
Colaborador asiduo de EL PAÍS, Vargas Llosa ha destacado también como intelectual y ensayista, tanto en el ámbito político como en el literario. Igual de clásicos que sus novelas son los estudios que ha dedicado a la obra de autores como Flaubert, Joanot Martorell (autor de Tirant lo Blanc), Juan Carlos Onetti o Gabriel García Márquez. Este último era hasta hoy el representante en el palmarés del premio Nobel (lo recibió en 1982) del llamado boom de la literatura latinoamericana, un fenómeno alimentado por grupo de autores que en los años sesenta revolucionó las letras en español. Desde hoy hay ya otro nombre en esa lista: Mario Vargas Llosa.
El último autor en lengua española galardonado con el Nobel fue el mexicano Octavio Paz (1990), que sucedió en el galardón al español Camilo José Cela (1989). El mismo año en que ganó Paz Vargas Llosa se encontraba inmerso en la aventura política que le llevó a ser candidato a la presidencia de Perú. Aquella peripecia concreta, mezclada con sus memorias, dio lugar al libro El pez en el agua (1993).

Vargas Llosa, en detalle:
- Nació en Arequipa (Perú), el 28 de marzo de 1936. Pasó parte de su infancia en Bolivia y trabajó de periodista antes de viajar a España para estudiar literatura.

- Se convirtió en un referente literario en los sesenta, con el boom de la literatura latinoamericana. Ha abordado varios géneros, como la comedia, novela negra, literatura erótica, novela histórica y crítica literaria.

- Apoyó la revolución cubana, pero en los setenta, defensor del pensamiento liberal, se posicionó en contra de Fidel Castro.

- Comprometido con su país, fue candidato electoral por el centro derecha con un programa orientado a luchar contra los males endémicos de Perú como la violencia terrorista y la mala situación económica. Perdió contra el candidato Alberto Fujimori.

- Se trasladó a España tras su derrota electoral, lo que causó desencanto entre muchos peruanos.

- La gran pantalla ha adaptado varias novelas de Vargas Llosa como La tía Julia y el escribidor, (Tune in tomorrow, 1990) con Barbara Hershey, Peter Falk y Keanu Reeves.

- Ha recibido diversos galardones internacionales, entre los que destacan el Premio Internacional de Literatura Rómulo Gallegos 1967, el Premio Cervantes 1994 y el Premio Ortega y Gasset de Periodismo 1999. Además, ha sido investido doctor honoris causa por las universidades de Oxford y Harvard, entre otras.

- Actualmente imparte clases de literatura en la Universidad estadounidense de Princeton.
(Fuente: CULTURA)
MARIO VARGAS LLOSA PREMIO NOBEL DE LITERATURA 2010
Por Jorge Yeshayahu Gonzáles-Lara
La Diáspora Peruana
New York, Octubre 7, 2010
El escritor peruano Mario Vargas Llosa es el ganador del Premio Nobel de Literatura 2010, fue anunciado por la Academia Sueca. Vargas Llosa se encuentra actualmente en Nueva York, donde imparte clases en la Universidad de Princeton. Se trata del primer escritor en lengua española que ha ganado el premio en las dos últimas décadas. El último que lo hizo fue el mexicano Octavio Paz, en 1990. El Nobel de Literatura está dotado con diez millones de coronas, cerca de 1,5 millones de dólares y será entregado el próximo 10 de diciembre, en el aniversario de la muerte de Alfred Nobel.

Jorge Mario Pedro Vargas Llosa nació en Arequipa el 28 de marzo de 1936, más conocido como Mario Vargas Llosa, es un escritor peruano. Se trata de uno de los más importantes novelistas y ensayistas contemporáneos en lengua española. Galardonado con el Nobel de Literatura, “por su cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, su rebelión y su derrota” cuenta también en su haber, entre otros, con el Premio Cervantes en 1994.
Muchas de las obras de Vargas Llosa están influidas por la percepción que tiene el escritor de la sociedad peruana y por sus propias experiencias como peruano. Sin embargo, de forma creciente ha expandido su repertorio y tratado temas que son de otras partes del mundo. No obstante, ha residido en España, Inglaterra, y Francia la mayor parte de su tiempo desde 1958, en el inicio de su carrera literaria, recibiendo la nacionalidad española en julio de 1993, de modo que en su obra se percibe también una fuerte influencia europea.
Vargas Llosa subió a la fama en la década de 1960 con novelas como La ciudad y los perros (1962), La casa verde (1965), y la monumental Conversación en La Catedral (1969) y ha continuado escribiendo una serie de géneros literarios, incluyendo crítica literaria y periodismo.
Entre sus novelas se cuentan comedias, novelas policíacas, novelas históricas y políticas. Varias de ellas, como Pantaleón y las visitadoras (1973) y La tía Julia y el escribidor (1977), han sido adaptadas y llevadas al cine.
Vargas Llosa ha sido políticamente activo a lo largo de su carrera. Desde su inicial militancia comunista en la célula Cahuide, pasando por su apoyo a la revolución cubana, su cercanía a la socialdemocracia y su anclaje final en el liberalismo, en el movimiento de centro-derecha. Sin embargo, en el Perú este recorrido lo ha llevado a múltiples encuentros y desencuentros. La derecha conservadora e izquierda tradicional, lo rechazan. Unos lo consideran "caviar" y otros "reaccionario". Fue candidato a la presidencia del Perú en 1990 por el partido de centro-derecha Frente Democrático (FREDEMO). Mario Vargas Llosa ha luchado tenazmente por sus ideas, con las que se puede discrepar, pero siempre lo hizo por la defensa de la libertad y los derechos humanos.
Entre sus Obras más importantes destacan:
• El desafío, relato (1957)
• Los Jefes (1959)
• La ciudad y los perros (1962)
• La casa verde (1966), Premio Rómulo Gallegos
• Los cachorros (1967)
• Conversación en La Catedral (1969)
• Pantaleón y las visitadoras (1973)
• La tía Julia y el escribidor (1977)
• La guerra del fin del mundo (1981)
• Historia de Mayta (1984)
• ¿Quién mató a Palomino Molero? (1986)
• El hablador (1987)
• Elogio de la madrastra (1988)
• Lituma en los Andes (1993), Premio Planeta
• Los cuadernos de don Rigoberto (1997)
• La Fiesta del Chivo (2000)
• El Paraíso en la otra esquina (2003)
• Travesuras de la niña mala (2006)
• El sueño del celta (2010)
Obras Ensayos:
• Carta de batalla por Tirant lo Blanc, prólogo a la novela de Joanot Martorell (1969)
• García Márquez: historia de un deicidio (1971)
• Historia secreta de una novela (1971)
• La orgía perpetua: Flaubert y "Madame Bovary" (1975)
• Entre Sartre y Camus, ensayos (1981)
• Contra viento y marea. Volumen I (1962-1982) (1983)
• La suntuosa abundancia, ensayo sobre Fernando Botero (1984)
• Contra viento y marea. Volumen II (1972-1983) (1986)
• Contra viento y marea. Volumen III (1964-1988) (1990)
• La verdad de las mentiras: ensayos sobre la novela moderna (1990)
• Carta de batalla
por Tirant lo Blanc (1991)
Sus obras han sido traducidos al francés, italiano, portugués, catalán, inglés, alemán, holandés, polaco, rumano, húngaro, búlgaro, checo, ruso, lituano, estonio, eslovaco, ucraniano, esloveno, croata, sueco, noruego, danés, finlandés, islandés, griego, hebreo, turco, árabe, japonés, chino, coreano, malayo y cingalés.
Mario Vargas Llosa:
LOS PODERES SECRETOS DE LA LITERATURA
Por Eduardo González Viaña.
Durante el fujimorismo, una abrumadora mayoría de peruanos calificaban de anti peruano a Vargas Llosa por haber reclamado sanciones internacionales contra el autogolpe. Algunos periódicos lo mencionaban como “el español”. Incluso el primado del catolicismo peruano, Cardenal Cipriani, lo atacó de una manera que hizo que MVLL lo considerara abierto y descarado cómplice de la dictadura.

El sátrapa japonés que quiso quitarle la nacionalidad está ahora en la cárcel. Sin embargo, el fujimorismo llena las calles de Lima e incluso colma el pensamiento no muy encubierto de quienes suponen que la barbarie es la única forma eficaz de gobernar un país.

Supongo, sin embargo, que ahora el patrioterismo clamará ahora que el pisco, la buena comida y Vargas Llosa son peruanos. Ojalá que ellos también entiendan hoy que la inteligencia y la honestidad – los poderes de la literatura- tarde o temprano terminan por imponerse a lo indeseable, lo ramplón, lo criminal y lo indigno.
Tal es la razón de este texto sobre Vargas Llosa y los poderes secretos de la literatura.
Cuando lo conocí, el 66, Mario Vargas Llosa me confesó que quería viajar a Lima –no recuerdo si estábamos en París o La Habana- para romperle el alma al cholo Hernán Velarde, un periodista que le había hecho un reportaje en el cual la retórica se imponía al contenido, y las frases supuestamente galanas del reportero estrangulaban o por lo menos velaban las declaraciones del escritor.
Antes de transcribir una respuesta cualquiera, Velarde afirmaba que “mientras Vargas Llosa habla, Lima se va envolviendo en su baby doll de neblina.”, una metáfora de sabor dudoso que utilizaba en todos sus reportajes. En ellos, la capital de Perú practicaba striptease y se iba “envolviendo en su baby doll de neblina” mientras hacían declaraciones Ciro Alegría y Alberto Terry, los Panchos y el Ministro de Salud, Anakaona y la alcaldesa de Lima, entre otros personajes de entonces.
“Mario desgrana ahora su risa de choclo y afirma…” Y embobados ante los choclos, el baby doll y otras chafalonías de ese repertorio, los lectores olvidaban al entrevistado y quizás pensaban también en el alma de Velarde.

En esta nota, me arriesgo a lo mismo que el periodista por transcribir, en forma parecida a un reportaje algo de lo que fue, en verdad, una conversación entre viejos amigos que se ven un siglo después y comentan los movimientos que dio el planeta mientras no se vieron.
Salvar la democracia
—Nos hemos salvado de una buena, viejo. Se ha acabado una dictadura tan feroz y tan perfecta que parecía construida para durar hasta siempre.

Me lo dijo Mario Vargas Llosa en una conversación que tuvimos cuando hace muy poco nos encontramos en Lima.

—Gracias a unos pocos…—le respondí— y dentro de esos pocos, gracias a ti.



Se lo dije porque la dictadura que ha padecido el Perú no fue solamente el logro brutal de una imposición armada sino también el fruto de una creencia irresistible, de una mentalidad compartida por gobernantes y gobernados en el sentido de que no importan los métodos ni la ética de un gobierno con tal de que éste sea eficaz. Los miasmas contagiosos de esa mentalidad estaban en todas partes e impregnaron, incluso, a muchos que suponían ser disidentes.
Las atrocidades de Fujimori y de su banda no solamente no fueron criticada, sino más bien aplaudidas y le hicieron subir el “rating” cada vez que ocurrían. El gobierno no se cuidó demasiado de disimular su escuadrón de la muerte, de esconder los cadáveres de los estudiantes asesinados y quemados vivos, de acallar a las mujeres violadas y torturadas, de borrar el rastro de la agente descuartizada, de negar a los miles de inocentes encarcelados, “juzgados” en menos de una hora y condenados a perpetuidad por unos aberrantes tribunales sin rostro. Aun en nuestros días, los derechos humanos no son plataforma de ninguno de los candidatos presidenciales, y los criminales gozan de una amnistía que ni siquiera han pedido porque nadie los ha acusado de genocidio.
De forma disimulada, el gobierno y la cúpula militar habían vendido la idea de que eran imprescindibles para la seguridad de la patria y de que todas las barbaridades de la “guerra sucia” eran la única forma de acabar con la subversión. Que le vendieron esas creencias incluso a los opositores es evidente. En las elecciones del 95 y del 2 mil, no se presentó una oposición unida frente a la dictadura, sino un conjunto de partidos cuya participación en cierta forma, legalizaba el régimen antidemocrático. E increíble, pero cierto, en plena campaña contra la primera reelección, muchos políticos opositores abandonaron el país y viajaron, comisionados por el gobierno, a otros países para hacer supuestamente propaganda “contra las pretensiones del Ecuador.”
—El Perú— dijo en esa época Vargas Llosa— vive una dictadura disimulada que mantiene unas formas hipócritas para aplacar a la comunidad internacional pero que de hecho perpetúa la tradición autoritaria latinoamericana. El presidente es un fantoche y las decisiones fundamentales las toma un pequeño grupo militar. Hay una política de intimidación sistemática a cualquier tipo de disidencia; la prensa es controlada, sobornada e intimidada; la opinión pública es manipulada y hasta las encuestadoras obedecen a la estrategia del régimen.
La denuncia de Vargas Llosa tuvo dos resultados. En el exterior, su autoridad moral desenmascaró al fujimorato. En el país, su admonición no fue popular. A través de todos los medios controlados, el gobierno se había adelantado a decir que el gran novelista quería dejar al país sin créditos y en la bancarrota. En consecuencia, no faltaron maritornes de la supuesta oposición que lo calificaran de exagerado, alguna revista dominical de literatura soslayó sus libros y sus premios, y los índices de las encuestadoras mostraron a Fujimori en la apoteosis del rating.
Ahora, todos en el Perú son partidarios de la democracia, pero no los había tantos en la época de Fujimori. Por su parte, la oposición —“moderada, responsable, decente” evitó declarar ilegal al gobierno porque ello habría significado no participar en la búsqueda de una curul parlamentaria. Arrinconado, solitario, calificado de ex peruano, Vargas Llosa insistió. Con obstinación, con inteligencia, con denuedo y con agallas, interpuso su demanda ante personajes y organismos internacionales, y su tremendo poder de convicción logró que la tiranía perdiera la máscara y fuera señalada como tal.
La publicación de la La fiesta del Chivo y su presentación desafiante en Lima fueron el hachazo final. La identificación de Trujillo con Fujimori y de Johnny Abbes con Montesinos era inmediata y mostraba ante el mundo la verdadera cara del régimen, colmada de sangre y de boñiga pestilente, mucho antes de que los vladivideos la hicieran pública. Como Juan Montalvo, Mario bien podría decir de la dictadura “mi pluma la liquidó.”

Salvar una vida
Lo anterior viene a cuento ahora porque también en 1966, en conversación informal, le escuché a Mario celebrar con fe intransigente los poderes de la literatura.
-Si como dices, quieres luchar por tu país, tu literatura también puede servir para eso. Tu obra puede ser más contundente que las armas.
La persona a quien estaba dirigida esta frase era un joven sudamericano, a quien llamaré Andrés aunque ese no sea su nombre. Andrés, de 22 años y autor de un libro de cuentos, estaba preparado para ir a su país e incorporarse a la lucha guerrillera. El ejemplo romántico del poeta Javier Heraud le hacía pensar que no había otro camino para derrotar a una sociedad corrupta que un sacrificio valeroso y una muerte honorable.
—Vi a Javier Heraud en París poco antes de su viaje al Perú. Si hubiera sabido que iba a tomar las armas, habría tratado de convencerlo de que no lo hiciera. Su poesía, y no su muerte innecesaria, es el más poderoso argumento para la edificación de una sociedad justa— alegó Mario- Además, en las presentes circunstancias, creo que tú sencillamente te estás suicidando.

Andrés respondió que no tenía deseos de suicidarse y que no creía que su decisión pudiera estar motivada por algún problema emocional. “Sencillamente, quiero ser útil a la causa de la libertad y del socialismo.”
—El trabajo del escritor —insistió Mario- no alcanza a transformar al mundo ni al hombre, pero nos induce a servir valores sin los cuales es desesperante el mundo, y el hombre deja de ser respetable.
Después habló con pasión sobre los poderes secretos de la literatura, insistió en que tal vez ella era capaz de cambiar el mundo sin que el mundo lo advirtiera y de preparar las conciencias para el advenimiento de una sociedad más humana.
—Tú quieres rehuir esa tarea- le dijo a Andrés. Estás tomando el camino más fácil. Cuando hayas publicado siquiera diez libros, tendrás derecho a pensar en lo que ahora estás pensando.
Por fin, luego de una larga charla, Andrés quedó convencido, y no viajó a su cita con la muerte. Hasta el momento, ha publicado más de los diez libros que Mario le sugirió escribir y cree que su decisión de entonces fue acertada. Está seguro, además, de que la paz es el mejor camino hacia la justicia.
Por coincidencia temible, el avión en el que Andrés iba a hacer transbordo obligado para regresar a su patria se estrelló.
Todos saben lo que Mario Vargas Llosa ha estado haciendo en los años que van o vienen desde entonces. Desde “Los jefes” hasta “El paraíso en la otra esquina”, este escritor torrencial ha visitado el mundo de los jóvenes, ha revelado la brutalidad de la institución militar, ha desenmascarado la corrupción de la dictadura, ha rastreado las rebeliones religiosas, ha recorrido los misterios de su propia vida, ha señalado las contradicciones de algunos grupos de izquierda, ha caminado por el mundo sin tiempo de la Amazonía, ha descrito el terror en los Andes, ha mostrado la fiesta atroz de los tiranos y, por fin, ha seguido los pasos y peregrinaciones de una agitadora social del siglo XIX.
Nuestra América ha recibido de él una profecía como la de Whitman y una lección moral como la de Tolstoy, pero sobre todo, su propio país, que conoció ayer la cobardía y el crimen y anda hoy extasiado frente a los videos de la corrupción, sabe hoy que todavía existen hombres honestos y aprende que escribir y leer son actividades que pueden tornar al mundo más decente.

Mario es un premio para el premio Nobel. Andrés, que no se llama Andrés sino Eduardo, lo visitó recientemente para obsequiarle uno de sus libros. La próxima vez que lo vea, estoy seguro de que le dirá: “Gracias, Mario, por haberme salvado la vida. Gracias por habernos salvado el alma”, aunque creo que eso ya fue dicho, el corazón no tiene memoria.
ROMPIENDO LA MALDICIÓN
Por Carlos Garrido Chalén
Rompiendo una especie de maldición de dos décadas, un extraño sortilegio, que impedía que un escritor latinoamericano se alzara con esa máxima presea, obtenida en 1990 por el mexicano Octavio Paz, la Academia Sueca otorgó el Premio Nobel de Literatura 2010, al laureado escritor peruano Mario Vargas Llosa de 74 años, considerado uno de los más importantes narradores vivos de las letras universales.

Peter Englund, Presidente del Jurado dijo que Vargas Llosa – quien al momento de recibir la noticia se encontraba impartiendo clases en la Universidad Princeton de Nueva York - se hizo del galardón "por su cartografía de las estructuras de poder y su reflejo agudo de la resistencia del individuo, de su rebelión, y su derrota".

El escritor peruano, nacionalizado español, que ha renovado la temática y la técnica narrativa y ha creado una galería de personajes y episodios que revelan con hondura los conflictos entre civilización y barbarie, cultura y oscurantismo, creación y destrucción, todavía presentes en la sociedad contemporánea publicó su primera obra, “Los jefes” (1959), a los 23 años y con la novela “La ciudad y los perros” (1962) se ganó ya un prestigio entre los escritores que por aquel entonces gestaban el inminente "boom" literario iberoamericano. Luego aparecerían escritos de tinte autobiográfico como “La casa verde”, “La tía Julia y el escribidor” y “Travesuras de la niña mala”. En 1981, Vargas Llosa, quien ha ganado anteriormente el Premio “Rómulo Gallegos”, el Premio “Miguel de Cervantes” (1994), el Premio “Príncipe de Asturias” (1986) y el Premio “Planeta” (1993), entre otros, y es Miembro de la Academia Española de la Lengua, publicó su novela histórica “La guerra del fin del mundo”.
Mario Vargas Llosa se impuso, entre otros escritores de prestigio internacional, al estadounidense Cormac McCarthy, el favorito de todos los años, al poeta sueco Tomas Tranströmer, al japonés Haruki Murakami, al keniano Ngugi wa Thiong’o, al argentino Juan Gelman, el mexicano Carlos Fuentes, los españoles Javier Marías y Juan Marsé y el paraguayo Néstor Amarilla, todos ellos rivales en la disputa de ese premio que otorga al ganador la nada despreciable suma de un millón de euros. La noticia de que nuestro compatriota Vargas Llosa ha ganado el Premio Nobel de Literatura 2010, ha causado algarabía entre la intelectualidad hispanoamericana y sobre todo peruanos, que en 1990 ningunearon lamentablemente su notable valor intelectual y le negaron la posibilidad de acceder a la Presidencia de la República, por preferir a Alberto Fujimori Fujimori, que purga condena en una cárcel de la capital por delitos de corrupción y de lesa humanidad.
Criticado por unos, que no le perdonan su paso de un socialismo bermellón, que incluso defendió a Fidel Castro y la revolución cubana, a una derecha que abdicó de ella, pero que se ha enfrentado, sin embargo, a los gobiernos más totalitarios del Planeta; pero aplaudido por quienes ven en él a un adalid de la palabra cierta, por su inmensa calidad literaria y originalidad de ideas, se convierte en el primer peruano en ganar un Premio Nobel, y aunque ya militaba en la liga más alta de la literatura internacional, se encumbra con ese nuevo lauro, en el punto más alto de la consagración mundial. Loor y Gloria a un escritor que es grande y que es nuestro.
(*) Premio Mundial de Literatura “Andrés Bello” de Venezuela
INTELECTUALES Y POLÍTICOS DE VENEZUELA CELEBRAN NOBEL A VARGAS LLOSA
Caracas, oct. 07 (ANDINA). El Premio Nobel de Literatura otorgado hoy al escritor peruano Mario Vargas Llosa fue aplaudido por todos los sectores de la vida intelectual y política de Venezuela, pese a sus frecuentes y polémicas declaraciones contra el presidente de ese país, Hugo Chávez.

El escritor y novelista Alberto Barrera Tyszka indicó que este premio es "un reconocimiento a la literatura latinoamericana", al tiempo que resaltó que Vargas Llosa era uno de los escritores en lengua hispana que más se merecía este reconocimiento.

"Es una noticia excelente, entre los escritores de lengua española él es uno de los que más se lo merecía", señaló a DPA el ganador del Premio Herralde de Novela en el año 2006.
Barrera Tyszka consideró que "Vargas Llosa se merecía el Nobel desde hace tiempo, pero se dice que por sus posiciones liberales, políticamente hablando, es decir, de derecha, la Academia Sueca no le había concedido el premio porque la intelectualidad europea suele simpatizar más con lo que llaman la progresía (izquierda)".
El escritor y diputado por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Earle Herrera, elogió el galardón concedido a Vargas Llosa, pese a las críticas del peruano hacia Chávez.

"Independientemente de las posiciones políticas de Mario Vargas Llosa, él tiene una obra reconocida, sólida y destacada que sin duda se merecía el Premio Nobel", subrayó Herrera.
Vargas Llosa, nacido en Arequipa en 1936, ha ocupado gran espacio en la prensa venezolana durante los últimos tiempos por ser un ácido crítico del gobierno del presidente Chávez.

En su más reciente visita a Venezuela, el ahora laureado Premio Nobel participó en un foro realizado por la organización liberal Centro de Divulgación de Conocimiento Económico para la Libertad (Cedice-libertad), en el que criticó duramente el "populismo" de Chávez.
Incluso, llegó a aceptar la invitación a debatir por parte de Chávez, aunque posteriormente éste aclaró que la discusión sería con un vocero del oficialismo porque para que haya un debate cara a cara entre ambos Vargas Llosa tendría "que ser presidente de Perú".
Tras conocerse la noticia de que la Academia Sueca concedió el Premio Nobel de Literatura a Vargas Llosa, en Venezuela las redes sociales como Twitter y Facebook se convirtieron en hervideros donde se le empezó a dar una lectura política a este galardón, que ya muchos consideran como una derrota para Chávez.
De momento, el gobierno venezolano no ha hecho ningún pronunciamiento sobre la materia.
El integrante de Cedice-Libertad y profesor universitario Trino Márquez tildó a Vargas Llosa como "un escritor extraordinario", que ha estado comprometido en la causa de la libertad sin distingo de lugares o ideologías.
"Mario Vargas Llosa ha sido un escritor valiente y con muchísimo coraje para criticar los autoritarismos en todas las formas. Él fue igual de implacable con (el ex dictador chileno) Augusto Pinochet que con (el ex presidente cubano) Fidel Castro", rememoró Márquez.
Sin embargo, Earle Herrera tiene una lectura distinta: "Vargas Llosa ha involucionado -léase bien-, ha involucionado desde la izquierda a comienzos de su carrera hacia la derecha más recalcitrante y neoliberal que llevó a la década perdida de América Latina", disparó.
Barrera Tyszka lamentó que la polarización que vive Venezuela haya dado al Nobel de Vargas Llosa una lectura "politizada" a ese acontecimiento, lo cual demostraría la "mediocridad" en la que ha caído el país en la actualidad.
"La gran tragedia de Venezuela es que la polarización produce mediocridad y toda lectura que se haga de un hecho está politizada (...) Probablemente unos dirán que esta es una maniobra del imperio (Estados Unidos) y otros que esto es un golpe contra Chávez, pero hay que estar claros en que él (Vargas Llosa) no ganó el Nobel por razones políticas", concluyó Barrera Tyszka.
(FIN) Agencias/LIT/RES

UN NOBEL A LA LIBERTAD
Por Antonio Sánchez García.

Vargas Llosa, amén de ser un personaje universal, es un latinoamericano ilustre y, por ende, un venezolano entrañable. En Vargas Llosa, la Academia Sueca reconoce las luchas por la libertad de todo un continente. Ya era hora.



Los tiempos han cambiado desde que en 1971 se le concediera el Nobel de literatura a Pablo Neruda y 11 años después a Gabriel García Márquez: en 1990 se le concedería a uno de los lúcidos y rigurosos pensadores en lengua hispanoamericana, Octavio Paz, y hace unas horas al más comprometido defensor de la libertad y la democracia en América Latina: Mario Vargas Llosa. En ambos se repara, tácitamente, la grave falta de no habérselo otorgado a quien permanecerá en la historia de la literatura por sobre modas y avatares como uno de los más imaginativos, puros y egregios escritores de nuestra lengua: Jorge Luis Borges.



Hasta Octavio Paz, quien indagara de la manera más brillante y acuciosa en la naturaleza del ser mexicano, sus taras y virtudes y, por extensión, en las del caudillismo latinoamericano, considerado por él como una de las más profundas causas de la inestabilidad y el consiguiente retraso en nuestra región, una de las condiciones secretas para tener opción al premio era el comulgar con lo que las buenas conciencias de la burguesía europea consideraba “ser social y políticamente comprometido”. Dicho en cristiano: ser de izquierdas. Esa alcabala ideológica, alimentada por los ancestrales prejuicios de una intelligentzia europea que traslada la realización de sus utopías a los pobres de la tierra – Asia, África y sobre todo América Latina, su hija natural - mientras los destierra policialmente de las suyas, le cerró el pasó a Borges y se los abrió de par en par a un adorador de Stalin y a un venerador de Fidel Castro. Asuntos, por cierto, absolutamente ajenos al indiscutible talento y a los más que merecidos valores literarios de dos de nuestros más prodigiosos escritores, si bien mácula indeleble de quienes ante la opción de apostar por la libertad, decidieron por el avasallamiento.

A los demócratas venezolanos no puede menos que alegrarnos profundamente que esta vez el Nobel haya recaído no sólo en uno de nuestros más grandes novelistas sino también en uno de nuestros más fervorosos defensores. Y para quien la suerte de Venezuela se ha convertido en la de toda nuestra región, exactamente como hace doscientos años. El destino de América Latina, escribió en su último artículo, expresando en él su alegría por la victoria estratégica de la Unidad Democrática en los comicios del pasado 26 de septiembre, se está jugando en Venezuela. No son sólo palabras. No ha trepidado un instante en venir en auxilio de los demócratas venezolanos, poniendo su vida en juego. Y en un acto de alta responsabilidad intelectual, aceptó el desafío del caudillo a visitarlo en Miraflores para sostener con él un duelo verbal. Un hecho que se hubiera podido convertir en un acontecimiento de significación universal si la cobardía del presidente de la república no se hubiera interpuesto en su propio camino.



Durante los últimos dos años ha venido a nuestro país en dos ocasiones: a recibir el Doctorado Honoris Causa que le confiriera la Universidad Simón Bolívar y a participar de los eventos celebratorios del 25 aniversario de CEDICE. En ambas ocasiones dejó una estela de respeto, admiración y amistad. Su preocupación por nuestro destino, como lo atestiguan sus artículos y la permanente comunicación que mantiene con nuestro país, lo convierte en una de las personalidades más entrañables para quienes hemos decidido jugar nuestras vidas por un futuro de paz, reconciliación y prosperidad para nuestra atribulada Patria. Vargas Llosa, amén de ser un personaje universal, es un latinoamericano ilustre y, por ende, un venezolano entrañable. En Vargas Llosa, la Academia Sueca reconoce las luchas por la libertad de todo un continente. Ya era hora.





LA DERROTA DE CHÁVEZ



Por Mario Vargas Llosa



(EL NACIONAL - Viernes 08 de Octubre de 2010 Cultura/4 Cultura)



"Se avecina un período tenso, en el que, una vez más, como hace dos siglos, se decidirá en tierra venezolana el futuro de la libertad en toda la América Latina"



La derrota de Chávez en las elecciones parlamentarias del domingo 26 de septiembre es mucho más significativa de lo que indican las cifras electorales, pues, al mismo tiempo que muestra la creciente impopularidad del caudillo venezolano y su régimen, saca a la luz pública la grotesca manipulación del voto popular amañada preventivamente por el chavismo para convertir en victoria lo que esperaba sería una recusación rotunda de su política y sus pretensiones.



La ha sido y sin atenuantes. El comandante Chávez presentó la consulta como un plebiscito en el que el pueblo de Venezuela debía legitimar torrencialmente su "socialismo del siglo XXI" y su jefe de campaña, Aristóbulo Istúriz, profetizó con arrogancia: "Podemos perder ganando si no obtenemos los 2 tercios de la Asamblea Nacional". Pues bien, el resultado menos fraudulento de las elecciones, el voto por los 12 representantes al Parlamento Latinoamericano, dio a las fuerzas reunidas de la oposición una mayoría de cerca de 400.000 votos.



Esta diferencia se reduce en el voto para la Asamblea Nacional a 242.553 ­resultados oficiales: 5.642.553 contra 5.399.574­ porque allí la ingeniería electoralista de Chávez, con la complicidad de sus parlamentarios y del Poder Electoral, había enmendado la ley para dar una elefantiásica representación a las circunscripciones rurales, donde tenía fuerte arraigo, y encogerla en las urbanas donde la oposición era mayoritaria. Se ha calculado que con esta disparatada desproporción el régimen necesitaba apenas 30.000 votos para obtener un diputado en tanto que la Mesa de Unidad Democrática requería 140.000.Eso explica que la oposición, habiendo obtenido 52% del voto, cuente sólo con 65 diputados, y el chavismo con 98, pese a que alcanzó sólo 48%. Esos son los milagros matemáticos que produce el socialismo del siglo XXI.



No es extraño que, para comunicar estos datos, el Consejo Nacional Electoral tardara 8 horas más de lo previsto y que Chávez, siempre tan lenguaraz, enmudeciera cerca de 24 horas antes de salir a dar la cara a la prensa. Esta vez no se atrevió a decir, como en diciembre de 2007, cuando el pueblo venezolano rechazó su reforma constitucional, que se trataba de "una victoria de mierda". Más bien agradeció, con aspavientos que desmentían su cara avinagrada, al "pueblo revolucionario" la "victoria" que le otorgó.

Un aspecto interesante de la consulta es que los estados más castigados por el caudillo (por haber elegido en el pasado a gobernadores y alcaldes hostiles al régimen), a los que les ha recortado el presupuesto, cancelado programas sociales y defenestrado ­a veces encarcelado­ a sus autoridades, en vez de dejarse intimidar, han redoblado su oposición. Así ha ocurrido en Miranda, Táchira y Zulia, y en la propia Caracas: en el Distrito Capital la oposición derrotó al oficialismo por primera vez en 12 años en votos emitidos.



Con los 65 diputados en la Asamblea Nacional, la oposición tendrá la fuerza necesaria para frenar las reformas constitucionales que Chávez preparaba. ­Se necesitan para ello dos tercios de los diputados­ con el fin de acelerar la estatización y el dirigismo de la economía, acabar con las empresas privadas y la prensa y la televisión independientes, cerrar los limitados espacios críticos que aún quedan en los ámbitos político, sindical, social y cultural. El avance del régimen hacia un modelo cubano, de dictadura marxista-leninista integral, tendrá muchos más escollos para materializarse ahora que el propio pueblo venezolano ha comprobado que, con la civilizada y simple acción de depositar un voto en una urna, se podía infligir una seria advertencia a un gobierno en cuyo prontuario figura haber convertido a Venezuela en el país con la más alta inflación de América Latina, el de más alto índice de criminalidad, uno de los más corruptos e ineficientes del planeta y donde el desplome de los niveles de vida de los sectores de clase media y popular es más rápido. Este año Venezuela será el único país de América Latina con crecimiento negativo.



Las fuerzas de la oposición a Chávez no deben cantar victoria ni confiarse por este excelente resultado. Ni volver a cometer errores como el del año 2005, cuando, por abstenerse de participar en el proceso electoral, regalaron a Chávez una Asamblea Nacional servil y autómata (la Casa de las Focas) que todos estos años no ha sido más que una dócil sirvienta de los desafueros constitucionales y legales del comandante. Es imprescindible que la unión de los partidos, movimientos y personas de la oposición que es la Mesa de Unidad Democrática se mantenga y se afiance, porque de esta manera seguirá ganando adeptos y sumando a sus filas a los venezolanos que, abrumados o atemorizados por las represalias del régimen, se abstuvieron de participar en esta contienda. A muchos de estos abstencionistas escépticos, la victoria electoral de la resistencia tiene que haberlos sacudido y demostrado que todavía hay razones para la esperanza. Cuando lo que está en juego es la libertad de un pueblo, el riesgo de que el oscurantismo de una dictadura totalitaria se abata sobre él y viva quién sabe por cuántos años ­los cubanos la padecen hace más de medio siglo­ las pequeñas rivalidades de doctrina, de matiz o personales deben desaparecer con el fin de no debilitar la primera de las prioridades: resistir el proyecto autoritario de un caudillo demagogo que ha sumido a Venezuela en la miseria, la violencia y el caos, y podría seguir hundiéndola en formas todavía más infames de desvarío ideológico. Se reprocha a la oposición venezolana carecer de líderes, no tener al frente figuras carismáticas que arrebaten a las masas.



Pero, cómo, ¿todavía hay que creer en los caudillos? ¿No han sido ellos, esos horripilantes payasos con las manos manchadas de sangre, embelecos inflados de vanidad por el servilismo y la adulación que los rodea, la razón de los peores desastres de América Latina y del mundo? La existencia de un caudillo carismático supone siempre la abdicación de la voluntad, del libre albedrío, del espíritu creador y la racionalidad de todo un pueblo ante un individuo al que se reconoce como ser superior, mejor dotado para decidir lo que es bueno y lo que es malo para todo un país en materia económica, política, cultural, social, científica, etcétera. ¿Eso queremos? ¿Que venga un nuevo Chávez a librarnos de Chávez? Yo discrepo. Estoy convencido de que América Latina sólo será verdaderamente democrática, sin reversión posible, cuando la inmensa mayoría de latinoamericanos esté vacunada para siempre contra la idea irracional, primitiva, reñida con la cultura de la libertad, de que sólo un superhombre puede gobernar eficazmente y con acierto esas mediocridades que somos el resto de los seres humanos, esos rebaños que necesitan buenos pastores que los conduzcan por el camino debido. Los venezolanos lo creyeron así cuando apareció el comandante de marras, con su voz tonitronante y sus desplantes bolivarianos y sus monólogos farragosos, y votaron por él de manera masiva, descreyendo de la democracia. Así les ha ido. Lo han pagado carísimo. Ahora han aprendido la lección y una de las buenas cosas que vienen haciendo, mientras con gallardía se enfrentan a la semidictadura que padecen, es haber renunciado a los caudillos. Ahora tienen dirigentes que merecen respeto, no adoración religiosa, pues trabajan en equipo, buscan consensos y toman acuerdos a través del diálogo y la persuasión, es decir, comienzan a practicar ya esa cultura democrática que volverá a ser la de la tierra de Bolívar cuando el comandante Chávez no sea sino una más de esas figuras borrosas de una tradición de vergüenza y atraso.
Los meses y años que tiene Venezuela por delante no serán fáciles. El régimen ha avanzado demasiado en la construcción de unas estructuras dictatoriales y mucha gente medra ya de ellas como para que Chávez, acatando la voluntad popular, rectifique su política y esté dispuesto a retirarse del poder si así lo mandan las urnas. El peligro mayor es que, después de esta golpiza pacífica que acaba de recibir, se embravezca y quiera conseguir, mediante ucases y matonerías represivas, lo que no ha podido conseguir a través de las urnas. E instale la censura, la liquidación de la prensa no alineada con el régimen, la abolición de toda forma de oposición política y la estatización generalizada de la economía.

No le será fácil, desde luego. Ya ha perdido ese estado de gracia del caudillo mesiánico de que gozó algunos años y ahora no sólo él, también el pueblo venezolano sabe que es falible y vulnerable. Se avecina un período tenso, en el que, una vez más, como hace dos siglos, se decidirá en tierra venezolana el futuro de la libertad en toda la América Latina.
VARGAS LLOSA CRITICÓ A LAS DICTADURAS
La agencia internacional Reuters señaló que el escritor peruano Mario Vargas Llosa, quien ganó el Premio Nobel de Literatura 2010, dijo ayer jueves que Latinoamérica muestra avances en sus democracias, a excepción de Cuba y Venezuela, que representan un retroceso en la región.
Soy un escritor, soy un ciudadano también, tengo ideas, valores, pero también tengo ideas políticas y cívicas”, dijo en una conferencia de prensa en Nueva York que fue retransmitida por canales de televisión.

El escritor afirmó que Latinoamérica vive un proceso de reforzamiento de su democracia, con gobiernos de derecha y de izquierda legalmente elegidos, que respetan la libertad y promueven políticas liberales en el campo económico. Vargas Llosa alabó “los gobiernos de izquierda” en Brasil, Uruguay y Chile en tiempos de la Concertación de la ex presidenta socialista Michelle Bachelet; y en la otra acera los de las “derechas democráticas” de Colombia, Perú y la actual Chile de Sebastián Piñera.
“Yo he sido un crítico de cualquier tipo de dictadura, de la izquierda, de derecha, yo he criticado y continúo criticando a la dictadura cubana y así como critiqué la dictadura chilena en el tiempo de (Augusto) Pinochet”, afirmó.
El autor de afamados libros fustigó en ese sentido al Gobierno comunista de Cuba con más de 50 años en el poder y al del venezolano Hugo Chávez, líder latinoamericano con más de una década como un presidente que ha influido en el reforzamiento de la izquierda en algunos países de la región.
“Mi impresión es que la corriente autoritaria, antidemocrática está como de salida, que cada vez hay menos apoyo y respaldo popular, como se acaba de ver por ejemplo en las elecciones venezolanas, que a mí me han alegrado muchísimo”, agregó.
Vargas Llosa, al ser consultado sobre los gobiernos en Cuba y Venezuela en una entrevista con CNN, exhortó a los presidentes Chávez y al cubano Raúl Castro –quien sustituyó a su hermano Fidel– a que “dejen el gobierno” debido a que son un “enorme estorbo para el progreso de sus países”.

“Mi solidaridad va totalmente hacia los cubanos y hacia los venezolanos que luchan por la libertad, por la democracia, por cambiar el rumbo”, afirmó el escritor.
Vargas Llosa: Premio Nobel e Intelectual Público
Por: Gerardo Rénique
New York, Octubre, 2010
City University of New York

El premio Nobel de Literatura a un escritor de la lengua castellana, Latinoamericano y peruano por añadidura, es sin lugar a dudas motivo de orgullo para quienes, como el galardonado escritor, compartimos un mismo territorio y la lengua que nos legaron nuestros conquistadores. Para muchos de nosotros cincuentones las novelas de Vargas Llosa, y sobre todo sus personajes como el caso del sempiterno Zavalita, nos sirvieron de guías y anfitriones a las tribulaciones, miserias y expectativas de la convulsa y apasionante realidad social y cultura limeñas sufriendo todavía en ese entonces el pesado lastre de su legado oligárquico. Con más contundencia y de manera más conmovedora que cualquiera de los aburridos volúmenes de historia patria La Ciudad y los Perros, Conversaciones en la Catedral, La Casa Verde me permitieron un mejor y cabal entendimiento de las complejidades de la formación cultural y racial peruana, la miseria de la ideología y dominación oligárquicas, la venalidad de sus dictaduras militares, la arbitrariedad y abuso del machismo criollo. Goce también de sus magistrales dotes de narrador y de constructor de diálogos con la Tía Julia y Pantaleón. La fiesta del chivo junto con El otoño del patriarca y El Señor presidente G. García Márquez y M.A.
Asturias Premios Nobel de 1982 y 1967 respectivamente quedaran para la posteridad como perdurables relatos casi radiográficos del sátrapa Latinoamericano. Su primer intento de novela histórica con La guerra del fin del mundo ambientada en el movimiento milenarista brasilero de fines del siglo 19 que tomo forma alrededor de la figura carismática de Antonio Consejero, marco también un radical viraje en la intencionalidad y naturaleza de su obra literaria. Finamente entrelazado con una esplendida narrativa de los hechos el autor desliza una despiadada y destructiva descalificación de todo pensamiento utópico o acciones colectivas transgresoras del orden establecido como acciones irracionales y sin sentido. Dejando de lado su lenguaje modernista que le permitió su acuciosa reseña y critica de la compleja realidad de la sociedad y cultura peruanas, con esta obra, así como con Historia de Mayta y El Hablador, asumió una postura alegórica y modernizante ante la sociedad peruana a la que considero hacia fines de la década de los ochenta bajo la amenaza de “fanaticismos” de izquierda y derecha. Amenaza que –como señalará en un artículo en Harper’s (1990) – tendría su origen en lo que denomino como la “estructura vertical y totalitaria del imperio Inca.” Similar desprecio hacia la cultura andina manifestó en su ataque a la obra de José María Arguedas a la que califico como “ejemplo de un regionalismo pasado de moda.”
Según su reporte para la comisión encargada por el presidente Belaunde de investigar la muerte de ocho periodistas en Uchuraccay, remanentes de ese imaginado pasado Inca subsistirían en las inescrutables prácticas y culturas del campesinado andino. Incapaz de imaginar una democracia incluyente que pueda incorporar las culturas y conocimientos de la mayoría de peruanos y peruanas, haciendo eco de un gastado discurso oligárquico, en un artículo en el New York Times Magazine (31 Julio, 1983) señalo que “la modernización solo es posible con el sacrifico de las culturas indígenas.”

En combinación con la fabula romántica del “capitalismo popular” de Hernando de Soto, la retórica modernizante excluyente de MVLL, dio sustento al movimiento Libertad que –en sus propias palabras— expresaría “un liberalismo radical nunca antes planteado en el Perú.” Si bien su campaña presidencial resulto en un fracaso los seminarios promovidos por Libertad con la presencia de luminarias internacionales neo-conservadores abrieron las puertas a la dominación cultural neoliberal. Como fundador de la coalición derechista del FREDEMO y posteriormente como su candidato presidencial en las elecciones de 1990 Vargas Llosa corono su transformación en apasionado propagandista del neoliberalismo. La manifestación pública de su admiración por Margaret Thatcher –la Dama de Hierro destructora del estado de bienestar británico—como la sola responsable de haber alterado el rumbo de la política mundial durante la inauguración de la Feria del Libro de Edimburgo el ano de 1997, le valió su entrada al jet set de intelectuales al servicio de los grandes intereses que controlan el planeta.
La elección de un novelista cuya figura como intelectual publico contrasta radicalmente con la de otros premios Nobel recientes (Darío Fo, José Saramago, Harold Painter y Gunter Grass entre otros), cuya obra literaria y vida pública mantienen una actitud crítica a los poderes establecidos, representa tal vez la culminación de la transformación conservadora de la política iniciada en criterio de MVLl por su admirada M. Thatcher.
No dejemos pues que el patrioterismo obnubile la memoria histórica reciente y el nefasto papel de MVLl en la consolidación de un sentido común de derecha. Admiremos su genialidad novelística sin dejar de lado la crítica de su nefasta actuación como intelectual público. Como bien lo expresara el escritor mexicano Paco Ignacio Taibo si bien el Nobel lo tiene bien merecido, su actitud –agrego yo—como ciudadano e intelectual público es deplorable. Su admirable rechazo al chantaje de Alan García en relación a la construcción del Museo de la Verdad no guarda proporción con su entusiasta promoción de la modernidad regresiva y excluyente a la que los indígenas del continente se refieren acertadamente como una “tercera conquista.”
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