¡El Apra no entendió nada!


¡El Apra no entendió nada!
Muertes en la Amazonía peruana
y lecciones no aprendidas
Por: Arturo Quispe Lázaro
arturoql2004@yahoo.com


El Apra no entendió nada. Todos pensamos que después de las muertes de peruanos en la Amazonia iban a enmendar rumbos y tomar aquellos acontecimientos como enseñanza para buscar puentes de conexión entre el estado y la sociedad. Sin embargo eso no fue así. Asistimos a nivel de la política a un quiebre en la relación entre el Estado representado por el Ejecutivo, el presidente y sus ministros, y las organizaciones sociales del país. Alan García, y su gabinete representado por Yehude Simon y Mercedes Cabanillas, y el partido aprista han seguido usando el argumento: los azuzadores externos y los grupos “antisistema” son los que buscan “torpedear la democracia”, y son los responsables directos de lo ocurrido en la Amazonia, y de las protestas a nivel nacional. Exculpándose y asumiendo posiciones duras, acrecentando la tensión entre ambas.

El cálculo político del Apra de negar todo tipo de responsabilidad que le cupo en la matanza de la Amazonía, y endilgarlos a otros es francamente vergonzoso y nada creíble por la población. Prueba de ello, el 80% de la población piensa que Alan García manejó muy mal el tema de Bagua, que le costó bajar en su aceptación en 8% a un magro 22%. ¿A qué se debe esta teoría del complot internacional en contra del gobierno del Apra en el Perú? ¿Por qué la repiten insistentemente buscando excluirse de responsabilidad alguna?


El Apra no es, Alan García tampoco, los otros son los responsables

Al inicio del gobierno aprista no había ningún tipo de protesta porque fue elegido para dar solución a los problemas sociales existentes y prometió realizar cambios que favorezcan a la población en su conjunto. Posteriormente, la Defensoría del Pueblo registro 8 conflictos sociales en la época de Jorge Del Castillo, cuando se decía que la economía era boyante. Hoy en día se registran más de 300 conflictos sociales en todo el país. ¿Por qué se han incrementado las protestas en todo el país? ¿Por la existencia de grupos que los alientan, por la injerencia extranjera o por el descontento de la población ante las políticas y actuación del partido aprista y de su presidente Alan García? Algunos ejemplos: ¿Quien vendió los terrenos de Collique forzando la ley? Los que se opusieron a esa venta por ilegal ¿fueron los grupos azuzadores de las protestas? ¿Quién intentó vender parte de los terrenos del Pentagonito? ¿Quién esta subastando el gas a empresas extranjeras que pronto desabastecerán el mercado interno? ¿Quién dio los Decretos Legislativos llamados la “ley de la selva” por el cual los amazónicos iniciaron sus reclamos? ¿Quién o quienes están involucrados en la corrupción relacionada con la venta del petróleo, sobre la que hasta ahora no hay nada al respecto? Todo esto compromete al gobierno de Alan García y algunos de sus políticos conspicuos del Apra. Estos son algunos de los hechos más saltantes que están detrás de las protestas de la población. Frente a estos justos reclamos antes de afrontarlos y asumir su responsabilidad dan uso del recurso fácil de endosar estos males a los otros, a los “antisistema”. Que si bien existen grupos que viviendo en la sombra o no, existen independientemente de las protestas de la población. Y no mezclar y afirmar interesadamente que las protestas son originadas y azuzadas por aquellos grupos pensando que la población no tiene criterios para asumir sus propios reclamos y son fácilmente manipulados.


El cálculo político antes que los intereses del Perú

Pero las preguntas siguen en pie ¿Por qué el Apra busca culpar a otros grupos, a los “antisistema” a los comunistas o los nacionalistas de estar detrás de estas protestas y afirmar que buscan dar “un golpe de estado de otra manera”? ¿Qué hay detrás de estas “verdades oficiales” que apuntan directamente a culpar a otros de todos estos acontecimientos y no reconocer los justos reclamos de la población?

Esto se debería a dos propósitos con el mismo objetivo: 1) solapar la contradicción entre mercado y sociedad, y evitar el ridículo nacional e internacional que no entendería esa contradicción de querer ser visto como un país boyante con una gran población de pobres que no son considerados en el tan mencionado crecimiento. Esa clara contradicción entre mercado y sociedad.; 2) el temor a ser relacionado con las muertes y socavar el futuro político tanto a nivel del partido aprista como a nivel individual. El objetivo central con todo ello es: exculparse de la responsabilidad de las muertes ocurridas y de las protestas existentes a nivel nacional y seguir vigentes políticamente para futuras contiendas electorales. Frente a ello buscan sembrar el miedo en la población acerca del “cuco” comunista que va invadir el país generando desestabilidad en las sociedad, dejará más pobres a la gente, le va a quitar sus riquezas al rico, y va a estatizar todas las empresas del país y se perpetuará en el gobierno, como en Cuba y Venezuela; ahora el nuevo cuco son los antisistema los que están generando estos problemas para la captura del poder. Veamos.

Respecto al primer punto, la idea central es disfrazar esa dualidad existente y contradictoria entre mercado y sociedad, y buscar evitar el ridículo nacional e internacional. El Apra y Alan García, en particular, no toleraría que un gobierno que se jacta de ser la envidia de otros países por el tan mentado crecimiento económico sea flagelado en el rostro por una gran parte de la población del país que no es incluida, y se exprese masivamente a través de protestas sociales porque no ven ni se benefician de dicho crecimiento. Lo ocurrido en Bagua, la Amazonia es un claro ejemplo. Por ello, la exculpación del partido aprista de este problema es negar dicha contradicción y suponer que los otros buscan quebrantar el orden azuzando las protestas. Finalmente la población ha logrado que se deroguen los decretos anti constitucionales, motivo de la discordia, por no haber sido consultados, como lo ordena la ley. Entonces ¿de qué crecimiento hablamos cuando una gran parte de la población es excluida y sólo logra hacerse notar a través de sus protestas? Además de ser considerado un gobierno que no sabe prevenir los problemas, se podría aseverar que tampoco los resuelve, y para acallar los reclamos, utiliza la fuerza, generando consecuencias como las muertes en Bagua. Por ello, no quieren hacer el ridículo de aceptar que se equivocaron en medio de su tan voceado crecimiento económico no inclusivo.

Respecto del segundo punto, el temor a ser relacionado con las muertes y socavar el futuro político. Esto, se puede ver en dos dimensiones: a nivel de la organización como colectivo: el Apra; y a nivel individual, tanto de Alan García como los directamente involucrados (Yehude Simon, Mercedes Cabanillas, Mercedes Araoz, Antero Flores Araoz). Todo ello tendría que ver más con cálculos políticos que con un interés real por del país (¿no fue Alan quien dijo “en política no hay que ser ingenuos”?). Esto se expresa en lo siguiente: a nivel colectivo, del Apra, el temor a que los acontecimientos de Bagua queden en la conciencia de la gente y sea recordado por la historia como un gobierno cuyas manos están manchadas de sangre (como sucedió con la matanza de los penales, en el Frontón, en 1986, aun no esclarecido). Pero también habría un temor a nivel individual. Es decir, existe un cálculo político individual por el cual ni el presidente ni los ministros quieren hacerse responsable porque arruinaría sus pretensiones políticas futuras (recuerden lo que sucedió con las pretensiones presidenciales de Jorge del Castillo, todo se vino abajo cuando se descubrió que en uno de los “petroaudios” se hablaba expresamente de un dinero que se destinaria para su campaña política después de algunos negociados ilícitos entre Rómulo León y Canaán. Generando la renuncia de todo el gabinete Del Castillo).

Frente a ello, generar el miedo en la población es el mejor recurso para distraer de los reales problemas y exculparse de responsabilidad alguna frente a las protestas sociales que el Apra, y Alan García han generado. El macartismo y la manipulación extranjera son las mejores armas. El miedo del comunismo siempre has sido un recurso muy utilizado por los gobiernos que han querido exculparse de sus responsabilidades, de los problemas en el país. No son ellos, sino los comunistas, ahora también llamados genéricamente los “antisistemas”. También, este temor ha sido usado para reprimir todas las protestas legitimas de la población y de sus líderes acusándolos de agitadores y los han o deportado o encarcelado. Eso no es nuevo y se llama macartismo, porque fue McCarthy senador norteamericano en los años 1950 que inició una persecución despiadada contra aquellos sospechosos de ser comunistas. Desde ahí se generalizó el método y fue usado por los gobernantes dictadores en América Latina como un recurso no solo para ver en toda protesta un matiz comunista sino también de iniciar su persecución y arrasar con todos aquellos que pensaban diferente del gobierno. Al parecer el macartismo se ha reavivado en el Perú por los apristas, la derecha política y algunos medios de comunicación adictos al gobierno, quienes ven en las protestas de la población no un legítimo derecho sino que son azuzadas por agrupaciones antisistema.

Hay pues, un conjunto de temores de Alan Garcia y del gobierno aprista por los cuales no estarían dispuestos a aceptar ningún tipo de responsabilidad de lo ocurrido en Bagua. De ese modo, buscarían evitar arruinar su futuro político. Entonces, ¿Quiénes son los responsables de lo ocurrido en la Amazonía? Fácil: los otros. De esa manera zanjan el problema y los culpables de los muertos son los otros, no Alan, no Simon, no Cabanillas, no Araoz. No, los otros: los grupos “antisistema” que perdieron las elecciones el 2006, los comunistas que no ganaron nada y que ahora se presentan revestidos de todo (ongs, ambientalistas, frentes de defensa, de Derechos Humanos, etc.), “los salvajes”, “los chunchos”, “cuatro sarnosos” amazónicos, “los ciudadanos de tercera”, y por supuesto los azuzadores extranjeros (Evo, Chávez). Pero Alan y su gobierno, no.

Discurso oficial: Los otros son los responsables


Este ha sido el discurso que se ha escuchado insistentemente como una retahíla interminable post 5 de junio. Fue lamentable y dio vergüenza ajena escuchar los alegatos de Yehude Simon y Mercedes Cabanillas durante su interpelación en el Congreso de la República. Ellos se guarecieron en las palabras y expresaron no ser responsables de nada. Simon simplificó y transformó los hechos sobremanera al afirmar que con la protesta en Bagua buscaban dar un golpe de estado “de otra manera”.

“La exclusión social histórica, dijo Simon, no justifica la violencia, y el bloqueo es violencia, pero cuando está en peligro miles de vidas que están supuestamente engañadas, que mediáticamente se le ha transformado la verdad en la mentira, y sabiendo que esta gente, hermanos nuestros, están dispuestos a morir por su causa entonces tiene que ver sabiduría del gobierno, tiene que haber sabiduría de la clase política para no mancharse justamente las manos de sangre. El costo ha sido alto, pero yo le puedo asegurar (Sr. Presidente del Congreso) que buscaban muchísimas muertes. Yo le diría que estaban buscando un golpe de estado de otra manera.” (Interpelación a Simon y Cabanillas. Congreso de la Republica, 25/junio/09).

No es responsable afirmar que los que protestaban en contra de las “leyes de la selva” hayan buscado dar “un golpe de estado de otra manera”. En aras a la transparencia de los hechos no se puede aceptar aquella afirmación por ser inexacta y tendenciosa. Todos sabemos que no hubiese ocurrido ninguna muerte si hubiesen atendido la huelga oportunamente en los casi dos meses que tuvo, y no lo hicieron. Ahora también sabemos que si no se hubiera dado la orden de desalojar (Alan>Cabanillas>policías) la zona denominada La Curva del Diablo -desconociendo el acuerdo que había entre la policía y los nativos, y que estos últimos habían aceptado salir de aquel lugar por la mañana del 5 de junio-, nada hubiera sucedido. Pero todo cambió, y se produjeron las muertes después de la malhadada orden de desalojo que la policía ejecutó la madrugada de aquel fatídico día. Entonces, las afirmaciones de Simon no tienen ningún tipo de sustento racional, porque si los nativos hubieran querido matar o dar un golpe “de otra manera” no hubieran esperado casi dos meses de huelga y no hubieran establecido un pacto de no agresión con la policía. Esa afirmación, por el contrario, está dirigida a salvar su responsabilidad endosando a los otros los errores políticos propios.

Tan o más sorprendente es el caso de Mercedes Cabanillas. ¿Hasta dónde es posible evitar responsabilizarse de lo ocurrido en Bagua? Lo sucedido en Bagua es realmente grave, una de las peores tragedias que le ha ocurrido al Perú en estos años y ha sucedido bajo el mando de la Ministra del Interior Mercedes Cabanillas. Pero su actitud frente a ello es francamente deplorable. Ella ha demostrado que el juego de palabras es el mejor recurso para no ser responsabilizada por las muertes de peruanos en Bagua. En el congreso señaló que ella era responsable de lo que la Constitución le indica, pero ella no dio la orden para que se dé el desalojo de los nativos en la Curva del Diablo. Más bien, fue el general de la policía el que lo hizo, porque además ella no estaba ahí, y no le compete ver los planes operativos, ni su ejecución.

El ex Ministro del interior, el Gral. Remigio Hernani le ha recomendado a Cabanillas no limpiarse las manos como Pilatos y que afronte su responsabilidad como corresponde con dignidad y renuncie como lo hizo él en una situación parecida. El ex Ministro del interior dice en el diario Expreso:

Ningún operativo de esa envergadura (como el de Bagua donde murieron 35 personas) se puede hacer sin el visto bueno del ministro del Interior, y más aún, del más alto nivel que es el presidente de la República. (…) La Dirección General de la PNP le va a decir a la ministra, “señora ministra, este es el operativo y acá está la exposición, y ella va a aprobarlos y va a decir “perfecto, procedan” y ella, a su vez, le tiene que decir al Presidente que va a ejecutar porque ese es el decalaje de la línea de mando. (El general Sánchez Farfán) Le ha pedido permiso para hacerlo, bajo ningún punto de vista se ha tomado atribuciones de coordinar operaciones sin que lo desconozca la ministra. Es totalmente falso (que quien tomó la decisión fue el director de la PNP –como dijo la Ministra–), se está lavando las manos como Pilatos. Evidentemente la responsabilidad operativa es de la policía, de los actos de la operación es de la policía, pero la responsabilidad política es de ella.

(…) Es una vergüenza que la ministra no renuncie y el Premier tampoco lo haga pero la ministra está arrastrando al Premier. Es una vergüenza que no tenga la dignidad de retirarse y reconocer su responsabilidad política. (…) Debería haber salido desde el primer momento. ¿Usted se acuerda cuando mataron en Pomac a dos policías en una emboscada por francotiradores? Yo salí al frente y puse la cara, ¿acaso yo hice el operativo? Pero yo fui el responsable político, eso hacen las personas que tienen dignidad. (…) Evidentemente (la ministra) no tiene dignidad, cómo le va a echar la culpa a la Policía, quiere decir que ella estaba pintada. Si a ella no le piden permiso para, qué sirve. (…) (Ella no asume la responsabilidad) Porque ella tenía otras aspiraciones que ya se han visto frustradas y quiere hacerle creer a todo el mundo que ella ha actuado bien. Ella ya quedó muerta políticamente porque toda su vida la perseguirán los 35 muertos. Esos 35 muertos serán sus perseguidores en lo que le queda de carrera política (…). (Diario Expreso. 28 de Junio, 2009)


Por su parte, el ex Ministro del interior, su compañero de partido, Luis Alva Castro, también dijo al diario Peru.21 que es la ministra la que ha autorizado ese operativo:

Es obvio que (la operación policial) tiene que haber autorización del ministro del sector, no hay que olvidar que se está diciendo que el Consejo de Ministros acordó (la operación), y después la ministra del Interior tiene que cumplir, está en sus manos. (…) Si me dicen en el Consejo de Ministros que intervenga, alguien ha tenido que decirle al director general de la Policía que intervenga... si se acuerda en el Consejo de Ministros restablecer el orden, alguien tiene que dar la orden, y el Consejo de Ministros no se dirige a la Policía, le dice a la ministra. (…) (El director general de la Policía, general José Sánchez Farfán, cuando expuso los sucesos de Bagua ante la Comisión de Defensa y Orden Interno del Congreso el pasado 26 de junio) dijo claramente 'yo le comuniqué por escrito a la ministra’. (Diario Peru.21. Junio 28.2009)

Después de lo dicho, Alva Castro tuvo que rectificare a pedido de la propia Cabanillas para no entrar en contradicción con su compañera de bancada parlamentaria. Ahora resulta, siguiendo la misma disquisición exquisita y solo para entendidos que “ella sí autorizó la medida de desalojo, pero no dio la orden” La pregunta es si esta disquisición exime a la ministra del interior de responsabilidad política. En conferencia de prensa Alva Castro dijo:

No es lo mismo ordenar que autorizar. Ella dio su conformidad cuando los policías ya estaban en la zona y tenían su plan de operaciones. Un ministro no puede intervenir en las acciones operativas”, refirió, al ratificar que los congresistas del Apra seguirán respaldando a Cabanillas. (El Comercio, 28 de junio, 2009)

Merecedes Cabanillas ha tenido un lamentable desempeño hasta para defender lo indefendible y ha culpado a todos aquellos que no tienen el poder que confiere un cargo, llamar a los medios de comunicación y la organización de un partido, aunque está igualmente desprestigiado. Ahora dice que no ha culpado a la policía y sí son responsables los que mataron a los policías en Bagua.

A mí nadie me puede catalogar de irresponsable. Se coordinó estrechamente entre el mando militar y policial. (…) Yo nunca he acusado a la Policía, pero hay ámbitos de competencias y responsabilidades” (…) tampoco puede haber responsabilidad penal en los jefes policiales, ya que ellos actuaron en estricto cumplimiento de sus funciones y consideró que es necesario que se busque esa responsabilidad en quienes asesinaron a los policías en Bagua. (El Comercio. 28 de junio, 2009).


“No es lo mismo ordenar que autorizar” “se coordinó” pero no soy responsable de lo que hubo, es un contrasentido ¿Cálculo político sin responsabilidad política? Como dice el ex ministro Hernani, los 35 muertos también le seguirán para el resto de su vida política.


Al final, el descredito supremo


Creemos que el gobierno de Alan García no aprendió nada de lo sucedido en Bagua. Mucho menos, los ministros directamente responsables de promulgar inconsultamente los polémicos decretos y el manejo de los conflictos en la Amazonía, los que tuvieron como consecuencia la matanza de peruanos en Bagua. El cálculo político individual y colectivo del Apra ha sido más importante que los problemas del país, afrontar las responsabilidades de esas muertes, y cambiar el rumbo de sus medidas y su discurso. No se ha dado ningún cambio sustantivo, además de la derogación de los decretos que el gobierno se vio forzado a realizar. Y aquella idea de “miente, miente que algo queda” esta vez parece no funcionar. Muy poca gente le cree a Alan, ni al Apra, ni a Yehude ni a Cabanillas. Las encuestas realizadas post 5 de junio así lo demuestran. A pesar de la obstinación aprista y de sus ministros, no se borrará la imagen que la población tiene de estos gobernantes y ahora también saben que ellos tienen las manos manchadas de sangre. Los policías y los nativos lo tendrán presente y estarán ahí para hacerlos recordar.


Lima, 30 de junio, 2009

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