Los Discursos Racistas en el Peru
Los grupos étnicos en el Peru han tenido una experiencia histórica y cultural exclusiva, y diferentes de otras experiencias vividas por el resto de los grupos. No se trata de una mezcla conceptual (mestización, cholificacion, modernización genética etc.) pueda resolver los problemas del racismo y la discriminación, si no está en la experiencia histórica y cultural exclusiva de cada grupo y en el respecto a las diferencias, en el respecto a la diversidad de lenguas indígenas, y la diversidad idiomática del castellano, en el respecto la diversidad racial-étnica, de género, de trabajo, y en el respecto a verse diferente compartiendo los mismos derechos civiles y ciudadanos.
LOS DISCURSOS RACISTAS EN EL PERU
Por Jorge Yeshayahu Gonzales-Lara
A pesar de ser un país con una diversidad de etnias y una diversidad multicultural, existe mucho racismo en el Perú. La discriminación racial no es una novedad. Es una consecuencia de un largo proceso que ha durado siglos, en los que se excluye a un sector de la población sobre la base de su etnia y se menosprecia sus manifestaciones culturales. El racismo apareció en Europa el Siglo XIX con el fin de justificar la supremacía de una supuesta “raza” blanca sobre el resto de la humanidad.
El racismo en el Peru es una forma de discriminación de las personas recurriendo a motivos raciales tono de piel, de tal modo que unas se consideran superiores a otras. El racismo tiene como fin intencional o como resultado, la disminución o anulación de los derechos humanos de las personas discriminadas. El racismo suele estar estrechamente relacionado y ser confundido con la xenofobia, es decir el "odio, repugnancia u hostilidad hacia los extranjeros". []Sin embargo existen algunas diferencias entre ambos conceptos, ya que el racismo es una ideología de superioridad, mientras que la xenofobia es un sentimiento de rechazo; por otra parte la xenofobia está dirigida sólo contra los extranjeros, a diferencia del racismo. El racismo también está relacionado con otros conceptos con los que a veces suele ser confundido, como el etnocentrismo, los sistemas de castas, el clasismo, el colonialismo, e incluso la homofobia.
Al revisar nuestra historia, entendemos cómo las decisiones políticas se han tomado a partir de una exclusión de la población, y de las etnias diferentes a la blanca (andina, amazónica, negra, criollos, mestiza y otras etnias). La etnia con este nombre se designa a un grupo humano que posee rasgos físicos y biológicos similares, además de compartir tradiciones históricas, lengua, cultura, creencias y valores y, es decir, un grupo que forma una comunidad socio-cultural forjada históricamente. Las etnias en el Peru poseen un árbol genealógico evolutivo común, y se asientan sobre relaciones de parentesco y de herencia que se remontan hacia lejanas épocas del pasado milenario del Peru.
En 1821, el año en que se declaró la independencia, se oficializó como idioma nacional el castellano, a pesar de que solo lo hablaba el 10% de la población, lo que señalaba claramente una independencia solo para la elite. Del mismo modo, las comunidades indígenas fueron desapareciendo, dejando que los hacendados tomaran sus tierras, empujándolos a una especie de sistema feudal y paternalista. Las diferencias se abismaban cuando se les negó participación política a los indígenas. Solo los hacendados, relacionados directamente con la oligarquía, tenían acceso a los asuntos del poder. En la migración europea, el panorama no cambio: los migrantes fueron absorbidos por las familias criollas, incorporándolos a sus prejuicios.
A lo largo del siglo XX, hubo cambios en la sociedad peruana al convertirse en un país centralista. Esto generó la sobrepoblación de Lima, lo que obligo a las autoridades a ejercer ciertas medidas para evitar más migraciones campo-ciudad (una de ellas se originó entre algunos congresistas, quienes presentaron la idea de construir un muro o peaje, que obstaculizara la inmigración andina). De esta manera, el racismo se intensifico en los criollos limeños, quienes se distanciaron de sus lenguas aborígenes.
El siglo XX no sólo significó en el Perú nuestra incorporación al capitalismo en calidad de país dominado y de una economía neocolonial, sino también, dio inicio a una serie de discursos racistas por parte de muchos de intelectuales de origen aristocrático. José de la Riva Agüero y Osma, Víctor Andrés Belaunde, Alejandro Deustua, Francisco García Calderón y Honorio Delgado, entre otros.
Para Riva Agüero en el indio vivía secretamente una posición hostil y vengativa; para Deustua los indios eran pobres infelices y analfabetos, mientras que Delgado se convirtió en un defensor del nazismo (Yarasca 2003).
El asunto de la identidad y la peruanidad ha sido es sumamente conflictivo en la historia social del Perú. Ciertamente desde la “independencia” del Perú una de las características constantes del pensamiento y de los proyectos políticos peruanos fue la negación del pasado y de las tradiciones de Perú como una nación multiétnica en vistas a instaurar nuevos modelos de sociedad.
El liberalismo decimonónico renegó del pasado hispánico desde un primer momento y pretendió recrear los modelos jurídicos y políticos de las revoluciones francesa y americana en una realidad radicalmente distinta.
Probablemente, el utopismo formalista de las elites intelectuales y su incapacidad de crear instituciones adecuadas a la realidad social del país fue una de las muchas causas del constante conflicto entre la legalidad del estado peruano y el poder real ejercido por los caudillos.
Posteriormente los positivistas, entre los cuáles destacó Javier Prado, además de plantear un oscuro enfoque del pasado virreinal esbozaron una visión racista de la población indígena inspirada en el Darwinismo social. Para ellos el pasado debía ser superado por los ideales de orden y progreso tomando como paradigmas a los pueblos anglosajones y germánicos.
El Perú era considerado como un pueblo enfermo y una de las principales causas de esta enfermedad era la raza. Sólo la inmigración de “razas superiores” y la implantación de un nuevo modelo educativo podrían hacer que el país lograra el tránsito de la barbarie a la civilización.
Este racismo fue contundentemente criticado por Manuel González Prada quien se convierto en el máximo exponente del pensamiento radical en el Perú en su época. Para González Prada: “El Perú no es una nación sino un territorio habitado donde vegetan rebaños de siervos.”(Ensayo Nuestros Indios) Tampoco encontraba posibilidad en una reconciliación de razas. Los indios serían los únicos portadores de la nacionalidad, siendo la tradición occidental sólo un barniz superpuesto violenta y opresivamente sobre un verdadero Perú nativo. En el discurso del Potiteama sostuvo, “No forman el verdadero Peru las agrupaciones de criollos y extranjeros que habitan la faja de tierra situada entre el Pacifico y los Andes la nación está formada por las muchedumbres de indios diseminados en la banda oriental de la cordillera” ( Discurso en el Teatro Politeama”)
El Perú entonces debía ser un proyecto que no debía mirar al pasado como modelo, pues sólo se encontraría opresión en él. Sólo en el futuro, en la construcción de una sociedad donde se extirparan la herencia virreinal y la republicana, junto con el catolicismo, se podría generar un verdadero país. No en vano la frase: “Los jóvenes a la obra, los viejos a la tumba” fue uno de sus lemas más recordados.
Mariátegui, Haya de la Torre y los indigenistas lo consideraron como un pionero y un visionario que había marcado los derroteros para construir una nueva sociedad. José Carlos Mariátegui y Víctor Raúl Haya de la Torre elaboraron interpretaciones sobre el Peru, que luego fueron expresados en sus discursos políticos. Mariátegui busco encarnar al marxismo a un entorno cultural distinto al europeo. Haya de la Torre inspirado en fuentes reformistas y revolucionaria, elaboro un discurso político que anhelo convertirse en el sustento de un movimiento de dimensiones continentales.
Los indigenistas, especialmente en una etapa inicial, siguieron una tendencia parecida. Luís Valcárcel un representante de indigenismo elaboro un discurso político donde reivindica la cultura indígena donde muestra un rechazo y oposición a toda influencia occidental. La reivindicación del indio, la valoración de sus tradiciones estuvo muchas veces acompañado por un ataque radical a todo elemento occidental como puede verse en Tempestad en los Andes de Luis Valcárcel. Luis Valcárcel, planteaba la existencia una dicotomía esencial entre Lima y Cusco. Lima representaba el intento de adaptación de la cultura europea. El Cusco representaba la cultura madre, heredera de la tradición milenaria de los incas. El blanco y occidentalizado limeño no podría comprender la esencia y la vida real del hombre del ande pues no tiene raigambre en la tierra. Sólo al Cusco le estaría reservada la redención del indio. Es decir para Valcárcel existían dos nacionalidades en el Perú lo cual era fruto de un conflicto aún no resuelto desde la conquista.
Para Belaunde el Peru es una síntesis viviente, “La peruanidad es, para nosotros, una síntesis viviente de la cultura hispano-católica y de los elementos telúricos y biológicos que existían en este pedazo de Nuevo Mundo que habitamos. La peruanidad no es yuxtaposición sino síntesis verdadera; y agregamos: viviente, para expresar que, en continuidad palpitante, fue, es y seguirá siendo.” (Belaunde Peruanidad). Esto lo lleva a firmar el papel fundamental que tuvo la fe católica en la formación del Peru y de la conciencia nacional desde el siglo XVI, y reafirmar la labor evangelizadora y de defensa de la dignidad humana llevada a cabo por numerosos misioneros. Para Belaunde el cristianismo fue la base en la formación cultural del Peru barroco y mestizo y permitió que si diera un “encuentro de dos culturas”. Belaunde agrega “en la historia y sociología peruanas constituye el capitulo la transformación religiosa que se opera en el Imperio de los Incas. Esta transformación es el verdadero origen de la peruanidad.” (Belaunde Peruanidad). Esta visión vertical de la historia del Peru, excluye a otros grupos étnicos, además el imperio de incas era una organización de castas, y la conquista fue, ante todo, una tremenda carnicería. La organización política y económica de la Colonia, que siguió a la Conquista, no puso término al exterminio de la raza indígena.
El Virreinato estableció un régimen de brutal explotación. “La codicia de los metales preciosos, orientó la actividad económica española hacia la explotación de las minas. Establecieron los españoles, para la explotación de las minas y los "obrajes", un sistema abrumador de trabajos forzados y gratuitos, que diezmó la población aborigen.” (José Carlos Mariátegui 7 Ensayos de la Interpretación de la Realidad Peruana)
Hacia fines del S. XVI, la Iglesia y la Corona consideraron necesario coordinar y formalizar la represión, y fundaron la Inquisición de Lima en Enero de 1570. Esta Inquisición tendría gran autonomía, debía rendir informe, de todas maneras, a la Suprema Inquisición de España. Siendo que los indígenas no conocían los dogmas católicos, se quitó de la Inquisición su intervención entre ellos. No obstante, se estableció una corte inquisitorial equivalente que no vaciló en emplear métodos
semejantes y peores para evangelizarlos y extirparles las prácticas paganas que pudiesen quedarles. A esta corte se la llamó Tribunal de Extirpación de Idolatrías. La crueldad revelada por los españoles que obraban en armonía con la Inquisición de Lima se ve patentada en la ejecución de Túpac-Amaru, un jefe indígena que por confesarse pudieron apresarlo lo descuartizaron con cuatro caballos atados a las extremidades de sus brazos y piernas.
Un nuevo precedente en la historia moderna del Perú es el Movimiento Nacionalista Peruano (MNP) de la familia Humala, proclamando un discurso milenarista, de crítica radical a la “minoría y su republiquita criolla, blanca, occidental y extranjerizante que tiene el poder en el Perú”, anunciando el fin de los viejos tiempos y el advenimiento de nuevas auroras redentoras.
El discurso, donde se convierten en banderas políticas, las grandes frustraciones nacionales heredadas desde la colonia, desarrolladas en el periodo de la república y que se encuentran en el imaginario popular y son temas habituales de conversación: “La culpa de nuestras desgracias lo tienen los blancos, todos los políticos roban, los españoles eran una raza maldita y nos dejaron como herencia su mala sangre, cuidado que vienen los chilenos, aquí se necesita mano dura, a los corruptos deben de fusilarlos, etc.”
Para el Movimiento Nacionalista Peruano, el incario resume la historia del antiguo Perú, el incario es el cimiento de la peruanidad. Hurgando en la doctrina del etnocacerismo nos encontramos con la quinta precisión histórica doctrinal de las once que constituyen su base doctrinal. Sostener que el incario resume la historia del antiguo Perú es reducir siglos de ricas culturas y sociedades pre-incas, (cimientos básicos de nuestra nacionalidad) a su último período, es una idealización arbitraria, deforma la propia valía del incario como gran sociedad de castas y es asimismo desconocer que hay otros pueblos, como las comunidades amazónicas que no se reconocen como sus herederos y que tienen otra génesis, es pensar con mente imperial o tratar de entubar la historia, a la doctrina.
Un hecho peculiar en el Peru recientemente es el surgimiento de grupos que promueve la cholificacion como identidad peruana, esta es una expresión más que reafirmar el compartimiento racista y actitudes discriminatorias contra lo que no se identifican con la cholificacion. Es parte de un nuevo discurso racista, que aparece cuestionando el racismo de los llamados “blancos” en el Peru.
No hay que confundirla con el concepto de “raza”, ya que éste designa la existencia de unos rasgos genéticos que son comunes y exclusivos de un grupo humano. Sin embargo, dentro de cada raza existen numerosas etnias, que es el caso del Peru, ya que muchos de los grupos humanos que constituyen una raza han tenido una experiencia histórica y cultural exclusiva, diferente de otras experiencias vividas por el resto de los grupos.
Desde el punto de vista biológico, raza es cada uno de los grupos en los que se divide una especie orgánica, siempre que los individuos que pertenezcan a esos grupos posean ciertos caracteres genéticos comunes que se transmiten de generación en generación. Existen, por tanto, razas humanas y razas animales.
Sin embargo, los científicos actuales consideran que esa definición tradicional es poco precisa y tremendamente ambigua, porque está sujeta a numerosos errores de apreciación. Con el desarrollo y evolución de la genética, se ha intentado dar una definición de raza que cumpla con criterios científicos: raza sería la existencia de un grupo con caracteres genéticos propios y diferenciados de los de otros grupos humanos, que se conservarían a lo largo de la historia a través de una reproducción endogámica (mantener relaciones sexuales reproductivas exclusivamente con individuos de la misma raza o población).
Ahora bien, desde un punto de vista genético, no hay duda de que no existen razas puras en el Peru. Los grupos étnicos en el Peru han tenido una experiencia histórica y cultural exclusiva, y diferentes de otras experiencias vividas por el resto de los grupos. No se trata de una mezcla conceptual (mestización, cholificacion, modernización genética etc.) pueda resolver los problemas del racismo y la discriminación, si no está en la experiencia histórica y cultural exclusiva de cada grupo y en el respecto a las diferencias, en el respecto a la diversidad de lenguas indígenas, y la diversidad idiomática del castellano, en el respecto la diversidad racial-étnica, de género, de trabajo, y en el respecto a verse diferente compartiendo los mismos derechos civiles, políticos y ciudadanos.
Una revisión de los discursos racistas nos evidencia la intolerancia de los grupos en el poder contra a la persona y a los grupos sociales. Es el racismo encubierto contra el individuo y abierto contra el grupo social, raza, etnias y género. El racismo en el Peru se encuentra impregnado en las instituciones castrenses, en los colegios, en las instituciones gubernamentales, y no gubernamentales, inclusive en la tienda de la esquina del barrio, en la discoteca, en el club social, en la publicidad televisiva reforzada por un lenguaje racista, excluyente e intolerante.
A pesar de ser el Peru multicultural, existe mucho racismo en el Perú. La discriminación racial no es una novedad. Es una consecuencia de un largo proceso que ha durado siglos, los discursos racistas en la historia social y política del Peru, han marcado la fractura identitaria la que se excluye a un sector de la población sobre la base de su etnia y se menosprecia sus manifestaciones culturales.
Bibliografía
Ramacciotti Cubas, Ricardo. “Víctor Andrés Belaunde y el debate intelectual en torno a la realidad peruana.” Lima. Peru.
Belaunde, Víctor Andrés. “Meditaciones Peruanas. Lima: Edición de la Comisión Nacional del Centenario, 1987.
Gonzales Prada, Manuel. “Discurso en el Teatro Politeama” Lima: Gonzales Prada, M. Paginas Libres Horas de Luchas. Caracas: Bibloteca Ayacucho.
Belaunde, Víctor Andrés, El Debate Constitucional, Lima: Edición de la Comisión Nacional del Centenario, 1987.
Belaunde, Víctor Andrés, La Peruanidad, Lima: Edición de la Comisión Nacional del Centenario 1987.
Larraín, Jorge, El Concepto de Identidad. Chile : Revista FAMEGOS N# 21, Agosto 2003.