La esperanza está a la izquierda Por Nicolás Lynch
La
esperanza está a la izquierda
08/07/2013.
Por Nicolás Lynch
La presentación el 21 de junio del Frente Amplio de
Izquierda es una buena noticia, no sólo para la movilización popular en curso,
sino también para la política y la democracia peruanas. La izquierda como
alternativa crítica al modelo neoliberal en funciones pretende hoy volver a
ocupar el lugar de gran fuerza democratizadora que tuvo décadas atrás y que en
los últimos años había sido tomado por diversos “punteros mentirosos”, como
Fujimori, Toledo y Humala, que se aprovecharon de las derrotas sufridas por la
primera, así como por sus graves limitaciones que la hicieron incapaz de
renovarse a la velocidad que exigían los tiempos.
La novedad, sin embargo, como señala el manifiesto de
presentación pública, es la nueva organicidad que se propone. Escondido en la
palabra “frente”, las seis organizaciones de izquierda que unen esfuerzos nos
señalan que no quieren hacer un frente ni una confluencia, como suele suceder
en la política. Por el contrario, lo que buscan es jugar el papel de
promotoras de “un nuevo espacio ciudadano” que se rija por el principio de “un
militante un voto”. Esto quiere decir, para que la gente común y corriente que
tiene una identidad progresista forme un nuevo referente político y lo maneje
democráticamente, es decir elija a sus propios dirigentes y, a la vez, llame a
primarias abiertas para que cualquier peruano participe en la elección a
representantes a puestos públicos.
En esta propuesta los partidos siguen existiendo pero como
animadores y no buscando controlar el nuevo referente político que se forme. No
se trata de una invención nuestra, es el modelo que han seguido experiencias
tan diversas como el Polo Democrático Alternativo de Colombia, el Frente Amplio
del Uruguay y el Partido de los Trabajadores del Brasil.
Al efecto, el Frente ha aprobado como primer documento,
incluso antes del manifiesto, un cronograma de unidad, donde se señala las
fechas para poner en funcionamiento los comités promotores lo que será en los
próximos meses, las fechas para proceder a los congresos regionales y al
congreso nacional y finalmente para las primarias que elegirán, el año 2015,
nuestros candidatos al Congreso y a la Presidencia de la República.
Esta nueva estructura permitirá que participen en el espacio
que se ha creado tanto los movimientos sociales como las personalidades
democráticas de diversos campos de actividad que las más de las veces se
sienten cohibidas de participar en política para no ser manipuladas por
terceros. Es indudable que este planteamiento es el resultado de un proceso de
aprendizaje, de las malas experiencias de seguidismo a diversos caudillos,
tanto dentro como fuera de las filas izquierdistas, donde lo que prima es la voluntad
del caudillo y su séquito, dejando fuera a los demás.
En términos programáticos hay una consigna que vi en un
afiche del Frente Amplio, en la jornada nacional de lucha del 4 de julio, “Unir
todas las luchas para transformar el Perú”. Exactamente eso pretendemos en el
Frente ser expresión unificada, dirección política dirían otros, de las luchas
sociales, que en los últimos años se han caracterizado por su dispersión en el
Perú. Pero dirección no por gimnasia política, sino para llevar adelante un proceso
de cambio profundo del país. Por esa razón la vuelta de la izquierda le ha
causado escozor a la derecha en sus dos variedades, la liberal y la achorada,
porque no se trata de una izquierda domesticada sino de una izquierda
transformadora, que mantiene en alto sus banderas de reforma social y
democrática del Perú.
Al respecto, el colectivo al que pertenezco Ciudadanos por
el Cambio, llega a esta unidad con una contribución muy importante, el Programa
de la Gran Transformación. Este programa de nueva constitución, economía
nacional de mercado, políticas sociales universales e integración sudamericana;
que además comparten varios de los otros partidos comprometidos, ya fue votado
por un tercio del país y resume el anhelo transformador del electorado de izquierda
y centro izquierda en el Perú. Corresponde ahora a los promotores y a todos los
peruanos de buena voluntad que se vayan integrando reconstruir la identidad
progresista de la que es quizás una de las tradiciones políticas más antiguas
del Perú, para volver a ser una fuerza con opción de gobierno y poder
democráticos.
Es equivocado, por ello, pretender medir el potencial de
esta propuesta por el porcentaje que sus componentes hayan sacado en elecciones
pasadas, porque lo que las izquierdas están proponiendo no es una suma de sus
frustraciones sino una multiplicación de las aspiraciones del pueblo peruano.
Por último, cabe decir también que la autodestrucción
temprana de la derecha neoliberal de cara al 2016, que la ha llevado a jugar el
“quítate tú pa´ponerme yo”, dañando seriamente las posibilidades de Alejandro
Toledo, Alan García, Nadine Heredia y posiblemente Keiko Fujimori, le abre un
espacio a la izquierda que no existía hasta hace poco tiempo. El desafío está
planteado y le toca ahora al nuevo Frente Amplio estar a la altura de las
circunstancias.