Intolerancia y Odio de legisladores peruanos Cuando el Odio atraviesa fronteras


Intolerancia y Odio de legisladores peruanos
Cuando el Odio atraviesa fronteras

La intolerancia y el odio en el Perú se encuentra unida al cordón umbilical de los congresistas fujimoristas Aurelia Tan, María Cordero. Julio Rojas  y a una serie de organizaciones religiosas (Ceprofarena, ACI Prensa, Ciprofam, entre otras), cuyas páginas web no dejan lugar a dudas de su cometido en contra del derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos. Julio Rosas, congresista fujimorista, ha llamado a la alcaldesa pro gay, lo que constituye una falta de respeto e inapropiado conducta de un  legislado. Pero este discurso de odio se  extiende a la comunidad gay en el Perú, y su odio a los Gay, Lesbianas en un mundo globalizado.

Oscuridad legislativa
Diario La Republica - Lunes, 01 de julio de 2013 | 4:30 am


Una de las peores consecuencias del bajísimo nivel de nuestra representación congresal es la presencia de grupos religiosos ultraconservadores en el Poder Legislativo. El problema es que mientras las estupideces propuestas en materia económica, por ejemplo, son rápidamente atajadas por los afectados, los cuales disponen de los medios para hacerlo, no ocurre lo mismo con dispositivos de control de la sexualidad. Como sabemos, este es el terreno predilecto de posturas retrógradas, abocadas a dominar la vida privada de las personas, y en particular de las mujeres, a través de leyes que regulen la vida privada de la gente, su deseo, su placer, su libertad de decisión.
Hay quienes luchan contra esta injerencia inconstitucional de la religión en asuntos de Estado, pero esta lucha es solitaria, entre otras cosas porque muchas veces los grandes intereses económicos, que son quienes cortan el jamón en nuestra sociedad, o no se preocupan por esta invasión de la intimidad o están de acuerdo con ella.
Las últimas disposiciones oscurantistas que se han engendrado han sido el proyecto de eliminación de la educación sexual en los colegios públicos, por un lado, y la negación del aborto terapéutico en caso la vida de la madre corra peligro, por el mismo lado represivo y totalitario.
Quienes han pergeñado esta enésima arremetida a contracorriente de la legislación nacional e internacional, así como de lo que indica el respeto a la libertad individual y el derecho a la información, han sido las congresistas fujimoristas Aurelia Tan, María Cordero y, según precisa un detallado informe de La República efectuado por Beatriz Jiménez, la accesitaria María López Córdova. En dicho informe se precisa la vinculación de estas personas con una serie de organizaciones religiosas (Ceprofarena, ACI Prensa, Ciprofam, entre otras), cuyas páginas web no dejan lugar a dudas de su cometido en contra del derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos. Julio Rosas, congresista fujimorista asociado a estas iniciativas dignas de los Estados dominados por la religión en algunos emiratos, llama, por ejemplo, alcaldesa pro gay a Susana Villarán. Por eso estuvo estrechamente asociado a la promoción de su revocatoria, por su odio a los homosexuales. En varias de estas páginas, fuera de promover métodos tan desfasados como el Billings para el control de la natalidad, se ofrece “curar a los homosexuales”.

Insistamos en que todo el mundo tiene derecho al pensamiento, si me permiten la exageración en este caso, por atrasado que este sea. Lo que es inaceptable porque engendra sufrimiento e incluso muerte es que estas tendencias no laicas impongan sus creencias a las mujeres y hombres del país. Promover la ignorancia sexual en la educación pública solo agravará el drama de los embarazos adolescentes. Estigmatizar a los homosexuales promueve crímenes de odio homofóbico. Prohibir el aborto terapéutico condena a muerte a cientos de miles de mujeres, que terminan practicándolo en las condiciones espantosas que son de conocimiento público.

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