Cronica viva y cartas De Mujer Carmen Ramos

Cronica viva y cartas
De Mujer
Carmen Ramos


Sentada frente a la máquina de escribir

Sentada frente a la máquina de escribir, tu nombre me vino a la mente y es así como esta carta nació.

Querido…….se nos van los días, los meses, los años, la vida…pero pienso que algo tan maravilloso como es la vida no se nos puede ir con tanta facilidad. Algo quedara entre los dos, y esto es la Historia de amor que cada uno de nosotros va escribiendo en el libro de la vida.
Por favor escucha aun lo que no te digo, mi exterior puede  parecer seguro, pero no es más que una máscara. Por debajo no hay nada que se le parezca, confusa, temerosa, sola.
Pero eso lo oculto, no me gustaría que nadie cayese en la cuenta, solo pensar en mi debilidad me entra pánico y me da miedo exponerme a los demás. Por eso invento, fachada relajada, inteligente, que me ayuda a disimular algo que se asegure frente a las miradas sagaces que me pudiesen reconocer, cuando precisamente una de esas miradas seria mi salvación, y yo lo sé si viniese unida a una aceptación, al amor… eso es lo único que me daría la seguridad que no soy capaz de darme a mi misma; de que realmente valgo algo. Pero no te lo digo a ti. No me atrevo, tengo miedo de hacerlo, tengo miedo de que tu mirada no venga acompañada de aceptación y amor, temo que me desprecies y te rías de mi y tu risa me mataría, tengo miedo a no ser nada, no vale nada en lo más profundo de mi interior y que tu lo veas y me rechaces….por favor, escucha con cuidado e intenta oír lo que no te digo, lo que me gustaría decir.
Tu apercibir, tu intuitivo. Quiero que lo sepas, quiero que sepas lo importante que eres para mí, hasta que punto puedes hacer de mí el ser humano que realmente soy. Por favor, desearía que lo quisieras realmente; solo tú puedes derribar la pared detrás de la cual me encuentro, sola y temblorosa, solo tú puedes arrancarme la máscara, solo tú puedes librarme de mi mundo de dudas de miedos y de inseguridades de mi soledad. Te lo ruego, por favor no pases de largo, cuando más te acerques, más te repeleré. Me defiendo de todo aquello por lo que estoy clamando. Pero me han dicho que el amor es más fuerte que todos los muros y en eso reposa mi esperanza.             
Te ruego que intentes descubrir eso muros con manos seguras, con mano suave, un niño siempre es muy sensible. Quisiera que volvieras a leerla, despacio y con corazón.

La cruel realidad

Al  despertar  la  cruel  realidad  golpeo mi    cara
Otra  vez…… ¿NO se cuanto mi cuerpo pueda soportar.
Tal  vez  la  cruel  realidad, me  hará  saber  que   será
Por  toda mi  existencia.
¡OH! … TAL VES  LA  SUERTE  ME PREMIARA Y LA ACORTARA.
¡OH! … SUERTE DE LAS SUERTES QUISIERA QUE ME ACOMPAÑARAS.

 Carta de un ser

Escribo pensando en ti, pero  a  la vez en un ideal imaginario. Un  ser que nunca se cruzara en mi vida, porque  creo  que  los  milagros  están tan lejos de mí.

Quisiera  que  tú  fueras  esa  persona que describo, pero también sé que es demasiado, es  que  llegaras  a ser  un ideal, es  como  pedirte  que  alcanzaras  las estrellas con las manos.
Discúlpame  que tu también  me escribieras  y me cantaras que es lo que sientes por mí en lo  más profundo de tu ser, y  me hicieras saber, que  es  lo  que realmente  sientes por mí.

Por favor  se  sincero  para  que de  una vez  por  todas, despierte  de este letargo  que  me angustia.

Quiero  despertar, aunque  sé  que  la  cruel   realidad   golpeara  mi  cara  como una   cruel tempestad de invierno, prefiero eso que seguir durmiendo.

El viajero  y su acompañante.

El viaje en la nube.

Aquél  momento  se  volvió  propicio  para  relajarme,  despejarme  de  mis  angustias  y responsabilidades.

Así,  fue como  mi  subconsciente  sabedor  de  lo  que  necesitaba,  fui  envuelto  por  la imaginación    sin   querer   estaba  ahí,   en  la  nube  flotando   en  la   más    profunda

tranquilidad  entre  el  silencio,  mi  cuerpo se volvió  tan  ligero  en  esa  quietud en una distancia  sin  fin,  donde  solo  había  una  dirección  en  la  cual  me  dirigía  embargada por  miles  de  emociones, no  tenía  un  rumbo  fijo, solo disfrutaba del lugar, no  sentía  frío  ni  hambre  ni cansancio, solo  una paz interna y una tranquilidad del alma.

¿Será así la otra vida?

No lo sé.
Sólo  sé  que  estaba  ahí, disfrutando  de  ese  momento, envuelta  de  nubes   por todo mi  alrededor,  el  calor  no  era  muy  definido   porque   había  momentos  de  un  azul cielo,  un   plomo  claro   o   un  blanco  profundo. Todos  ellos  se  mezclaban   entre  sí como  buscando  una  armonía  entre ello,  y  el  silencio  que  no  era  un  silencio  sino una  forma de expresión  ¡ y yo !  Ahí en ese viaje sin fin.

En  cuestión  de  segundos  la  nube  se  iba  desvaneciendo  entre  mi cuerpo. Comencé  a  caer  en  el  vacio  poco  a  poco  sentía  que  recobraba  la  noción  de  lo real, por un segundo  pensé  si  abría  fondo  y que  me  esperaba  el final. Por fin me di  cuenta que en el transcurso de la letanía el final era la realidad.


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