Javier Diez Canseco: “Necesitamos una nación donde la corrupción no sea una forma consentida de gobernar”
Política | Marzo 26, 2013 Diario16
Javier Diez Canseco:
“Necesitamos una nación donde la corrupción no sea una forma consentida de gobernar”
El congresista Javier Diez Canseco se encuentra hospitalizado luchando
contra el cáncer que se le ha detectado, aún así se da un tiempo para
agradecer a sus seguidores y, fiel a su estilo, levantar también su voz
de protesta por el maltrato sufrido en el Congreso por quienes “han
visto afectados sus intereses y privilegios”. En su texto “Perú: el
sentido de la solidaridad”, publicado en el portal Sin Permiso, también
saluda el encuentro de líderes políticos de distintas y diversas
organizaciones políticas que, si bien piensan diferente, representan una
manera de hacer política sincera, de convicción, ideales y de valores, a
raíz de los últimos acontecimientos en la coyuntura política. A
continuación, su necesaria mirada:
No puedo dejar de expresar mi agradecimiento a las más de 2 500
personas que se reunieron el pasado 6 de marzo en el auditorio del
Colegio Médico del Perú. Hombres, mujeres, grandes y chicos, políticos
de izquierda, derecha, centro, jóvenes, viejos, artistas, compañeros del
Congreso, activistas de derechos humanos; a todos ellos muchas gracias,
gracias por esa cálida, afectiva y cariñosa muestra de amistad y
reconocimiento. Para quienes no pudieron ingresar por haber rebasado el
aforo del auditorio, mis disculpas y especial consideración. El afecto y
la generosidad de todos no hace sino darme más fuerza para seguir
adelante.
Mi gratitud y aprecio también para todos los compañeros y amigos
que organizaron el evento. Para ellos un fuerte abrazo por tomarse la
molestia de que el referido encuentro fuera posible, a pesar del corto
tiempo para organizarlo.
El reconocimiento de todas y todos ellos, a lo que creo ha sido
una trayectoria marcada por el esfuerzo de compromiso con el país y su
gente, me permite enfrentar, con más fuerza, la mezquindad que ha
significado para mí la absurda e injusta sanción que me impusieron en el
Congreso aquellos que representan a quienes en mi más de tres décadas
de lucha contra la corrupción y la redistribución equitativa de las
riquezas han visto afectados sus privilegios e intereses.
Me alegra que la solidaridad hacia mi persona haya permitido el
encuentro de líderes políticos de distintas y diversas organizaciones
políticas, que si bien piensan diferente representan una manera de hacer
política sincera, de convicción, ideales y de valores y que tienen en
común una trayectoria de consecuencia y el objetivo conjunto de
construir un Perú más justo, solidario, libre, soberano y digno.
El país necesita que la voluntad de los actores políticos para
trabajar en conjunto no se limite a este sentido acto de reconocimiento.
La situación que afronta el país exige un ejercicio serio e
institucional de unidad. Hay que unir en una sola plataforma política y
social a las fuerzas democráticas, agrupaciones progresistas, defensores
de derechos humanos, descentralistas, ambientalistas, movimientos
sociales y populares, organizaciones locales y regionales, colectivos,
pueblos indígenas de la Amazonía y de los Andes, peruanos residentes en
el exterior y ciudadanos y ciudadanas comprometidos con el desarrollo
del país. La convocatoria debe ser al mayor espectro posible.
Los millones de peruanos y peruanas que no gozan de los beneficios
del crecimiento económico y cuyas expectativas se han visto frustradas
reiteradamente necesitan una organización política que represente
efectivamente sus intereses y que transforme al país en una nación en la
que imperen la justicia y la libertad, donde la corrupción no sea una
forma consentida de gobernar y donde todas y todos tengamos igualdad de
oportunidades políticas, económicas, sociales y culturales, para
desarrollar nuestras potencialidades como personas, sin discriminaciones
por género, cultura, lengua, etnia, religión u orientación sexual.
En este proceso es indispensable hacer el esfuerzo de fomentar la
construcción de un sentido distinto de la vida, un sentido que rescate y
revalore el servicio, el bien común, la fraternidad, el interés
colectivo y la solidaridad como horizonte común de desarrollo personal.
La lucha por construir un mejor país es también la lucha por construir
otra cultura. Ello permitirá atraer a las juventudes y a quienes hoy ven
en la política un ejercicio alejado del bien común y de las mayorías.
No podemos perder la oportunidad ni rehuir a la obligación de
responder a las necesidades de cambio que requieren miles de mujeres y
hombres del pueblo que han llenado plazas agitando las banderas del
cambio. No hay tiempo ni materia prima para construir escenarios en los
que la victoria de grupos aislados sea posible. O bien avanzamos hacia
la unidad o volvemos a perder la oportunidad histórica de hacer
transformaciones significativas en nuestra sociedad.
Confío en que tenemos la madurez, el sentido de responsabilidad,
el compromiso y la voluntad para superar nuestras diferencias, respetar
nuestras opiniones, reconocer nuestros errores y no repetir las
experiencias que en el pasado nos han llevado al fracaso.
EL DATO
Javier Diez Canseco, veterano militante de la izquierda peruana,
es diputado y miembro del Consejo Editorial Diario16 Sin Permiso.
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